De Moratti a Marcos
Siento muchísima emoción al tener el privilegio de escribirle en respuesta a su simpatiquísima y afectuosa provocación. Me dirijo a usted, y por conducto de usted a todo el EZLN, para agradecerle la posibilidad que nos ha dado a todos nosotros de vivir esta especial relación. Me permito también expresar mi pensamiento en respuesta a su gentilísima carta. Jugaremos. Jugaremos nuestro partido y le agradezco por ello. Será un gran partido. Quizás en el campo, como hacíamos de niños, quizá rodeados de árboles gigantes. O en un estadio, en la capital o en un rectángulo diseñado con yeso sobre la tierra, con el polvo que se alza hasta hacerte toser. De cansancio, pero feliz.
Como quedamos de acuerdo, nosotros traeremos los balones y vosotros el pozol agrio. Si usted acepta empezaremos a discutir la organización con los respectivos representantes y directivos. Esperamos se pueda jugar pronto. Pienso que podríamos enviar a México un buen grupo de jugadores; veremos el periodo. Díganos usted qué lugar puede ser el más acertado. Si en el DF o en San Cristóbal, o en una comunidad o en un caracol. El futbol puede ser un instrumento para alcanzar objetivos importantes, pero ya es algo que nos convierte a todos en niños y todos iguales. Todos soñadores. Imaginamos grandes cosas y disfrutamos con las pequeñas: un dribbling, una tijereta, un remate de cabeza nos hacen felices. Y descubrimos después que estas pequeñas cosas están hechas de sentimientos verdaderos.
Estimado subcomandante, me siento feliz y orgulloso por haberle conocido y haber desarollado esta relación con los pueblos indígenas de México, en nombre de los hombres y las mujeres del FC Internazionale. El pueblo interista, como esta sociedad de futbol, intentará estar siempre cerca de vosotros exactamente como vosotros, con vuestro ejemplo, estáis cerca de nosotros. El partido será de verdad un momento simple e importante. Cada revolución comienza de su propia área de penalti y finaliza en la puerta adversaria.
Con tanta admiración y afecto, traslado a usted y a todos los hombres y mujeres indígenas zapatistas, mis más personales saludos y los de mi mujer, mis hijos y del pueblo nerazzurro.
Un abrazo.
Massimo Moratti