Usted está aquí: martes 24 de mayo de 2005 Espectáculos En Pilcaya no se extraña nada, expresa Armando Salgado

El astrólogo, experto en numerología, cumplió su utopía

En Pilcaya no se extraña nada, expresa Armando Salgado

MARIANA NORANDI

Ampliar la imagen Vista desde el DUAMA Pilcaya hacia el cerro de la Huaca, observatorio prehisp�co FOTO Roberto Garc�Rivas

En 1516 el filósofo inglés Tomás Moro en su libro Utopía exponía: "La utopía es utópica no por ser irrealizable, sino por no haber sido cumplida todavía". Anhelaba la creación de una sociedad ideal, más justa y equitativa, donde se eliminara la propiedad privada, el ejército y la intolerancia. Una sociedad que rescatara la bondad natural del hombre para invertirla en su propio bienestar. Que desarrollara un proceso de producción autosuficiente, en el que el progreso no dañara su calidad de vida, sino que la beneficiara.

Esta obra, y este escritor, fueron simiente esencial del pensamiento de los socialistas utópicos y del marxismo, de las comunas chinas y francesas, de los kibbutz judíos y de las reservas de los indios de Estados Unidos. Hoy, casi 500 años después, el pensamiento de Tomás Moro influye en los ideales de varias personas. En México, una de ellas, es Armando Salgado, quien reconoce abiertamente dicha influencia. Originario del estado de México, es astrólogo, experto en numerología, escritor y fotógrafo. Valiosa fue su labor de reportero gráfico durante las décadas de los años 60 y 70; quien puso su mirada, de manera especial, en movimientos revolucionarios colombianos y guerrerenses. Actualmente, a sus 65 años, realiza un viejo proyecto, el cual vive como una utopía viable.

Luego de vivir 50 años en la ciudad de México y observar el descomunal crecimiento del que ha sido objeto esta capital, Salgado empezó a idear un proyecto de desconcentración urbana, cuya finalidad era elevar la calidad de vida de la población, afectada gravemente por el crecimiento metropolitano.

De esta manera, a finales de los años 80, diseñó un plan que consistía en habitar zonas rurales, aprovechando energías naturales y desarrollando estrategias de producción -agrícola e industrial- autosuficientes. "Esta propuesta está pensada para todos aquéllos que están cansados de los perjuicios que produce una ciudad, como estrés, males de la contaminación, efectos de la delincuencia, ruidos o tráfico. Si se van los que no quieren estar en la ciudad, y se quedan solamente aquéllos que prefieran vivir en una gran urbe, vamos a vivir todos mejor", afirma.

Un día de 1992, Armando comenzó el camino hacia el campo para demostrar, con su ejemplo, que era capaz de lograr su utopía. Compró un terreno de 20 hectáreas en un lugar llamado Pilcaya, Guerrero, a 20 minutos de Ixtapan de la Sal (estado de México). Dos años más tarde se trasladó ahí con su familia y edificó dos casas de adobe, un sistema de agua por gravedad, un plan eléctrico alimentado por energía solar, y comenzó a plantar árboles frutales. Hoy, 13 años después, Armando afirma sentirse feliz en Pilcaya, no extrañar absolutamente nada de la ciudad y haber demostrado que, todo aquél que quiera abandonar el Distrito Federal, lo puede hacer: "No extraño nada de la ciudad. Cómo voy a extrañar el ruido, el tráfico, la contaminación y el paisaje de hormigón al tener una vista tan bella frente a mí. Además, con el sistema de energía solar, que nunca se acaba y es gratis, se puede tener hasta Internet".

En estos momentos Salgado continúa viviendo su propia utopía de Pilcaya junto a su esposa y sus cuatro hijas, quienes le ofrecen todo su apoyo. Ha sembrado duraznos, naranjos, limones, plátanos y unos aguacates que están a punto de madurar. Asimismo ha conformado una entidad llamada Desarrollos Urbanos Amigos del Medio Ambiente (DUAMA) que aglutina a personas que han empezado a seguir su ejemplo de desconcentración urbana.

Salgado, así como los miembros de esta asociación, opina que "el capitalismo no ha encontrado la solución para el bienestar de la gente en las ciudades, sólo hace que las orillas urbanas sigan creciendo y acabando con todas las zonas verdes. Ahora se se construye el segundo piso del Viaducto, pero con el tiempo vendrán más pisos en los ejes viales.¿A dónde vamos a llegar con el actual plan de desarrollo urbano? El hombre tiene que volver a vivir en contacto con la naturaleza". Y añade: "Si yo lo pude hacer con pocos recursos, otros también pueden. Es necesario desconcentrar la ciudad como imán económico y crear corredores urbanos hacia zonas deshabitadas donde construir áreas productivas. Tras esta experiencia puedo afirmar que, dejando la ciudad, gané en salud y bienestar".

El DUAMA está abierto a todo aquel interesado. Si desea obtener más información puede dirigirse al teléfono 01714-30992.

 
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