La escritora explica ''sus secretos de cocina literaria'' a La Jornada
Mónica Lavín espera despertar el apetito por la escritura de ficción
''Saber qué más va a pasar es el encanto de una narración'', expresa
Mañana presentan su nuevo libro, publicado por Editorial Alfaguara
Ampliar la imagen M�a Lav�invita a leer o releer, porque "todo libro es una ventana, como una comida que abre todo un panorama hacia otros sabores" FOTO Jes�llaseca
Para armar un relato literario no existen recetas, ''ésa es la maravilla de la escritura: no hay caminos trazados. Una aventura que se inicia con varios ingredientes que ni siquiera se sabe cómo se van a acomodar y, como los pasteles, hay que dejarlos enfriar", explica Mónica Lavín, transformada ahora en una suerte de ''chef de las letras" luego de concluir su nueva novela Despertar los apetitos (Alfaguara).
A partir de un viaje de degustación gastronómica que la escritora y periodista realizó en 1998, por Canadá, surgió este libro en el que describe ''una aventura sensacional, habitada por muchos personajes desvinculados del exterior", pero unidos por el placer de disfrutar los más exquisitos platillos y una travesía de 10 días en tren.
Agasajo completo
En entrevista con La Jornada, Mónica Lavín explica sus ''secretos de cocina": ''El principio de una novela es lo más complicado. Como en los menús, hay que saber muy bien qué se ofrece al principio al degustador-lector, para que quiera seguir hasta el final, hasta el postre e inclusive hasta el licorcito digestivo. Y luego que repose ese agasajo. Escribir una novela es una aventura que se parece a la de cocinar."
Al respecto, Lavín aspira a que su relato sea una comida completa y no sólo un postre; ''puros postres no son suficientes. Espero que la novela despierte el apetito por la ficción, porque los personajes tienen, precisamente, el apetito por estar contando historias, por estar inventando y dejar de ser ellos mismos".
En su juego literario, los protagonistas de Despertar los apetitos proponen realizar, en tan sólo una noche, un escrito completo.
-¿Acaso, el platillo perfecto?
-No -se apresura a responder Mónica Lavín-, en literatura el platillo perfecto necesita tiempo, en una noche no sale. Lo rápido, normalmente, no sale bien. Un texto necesita su tiempo de maduración. Luego, el escritor debe tomar una distancia emocional respecto al texto para ver si se entiende y descubrir qué más se puede decir que no se ha dicho.
''Una novela se construye por etapas. En una noche se podría conseguir el primer gran ingrediente: la historia, o por ejemplo, el primer capítulo, donde se da el tono, se define al narrador, el lugar donde sucede."
Seducción con la palabra
Mónica Lavín desea que su nueva novela sea ''devorada" por los lectores con mucho apetito, como ''deseando que ya venga la siguiente vianda, porque está rico; imaginando con qué vino llegará lo que sigue. Es decir, que no se pierda ningún tiempo de la comida, que tenga el deseo de probarlo todo para que se sorprenda, se asombre y sea mi cómplice.
''Eso hacen los chefs: seducen a los que comen. Un chef seduce al paladar. El escritor seduce con la palabra, invita a un mundo que no es el que vive el lector, pero que se vuelve real.
''Para lograrlo, ofrezco una historia de misterio, un thriller. Quisiera que el lector se sintiera convocado por el deseo milenario de saber qué más va a pasar. Ese es el encanto de una narración.
''Si un escritor logra llevar a su lector-aliado con esa inquietud del 'qué va a pasar', con ese efecto Scherezada, entonces hay un gran logro.
''Pero también espero despertar el apetito por leer (o releer) La intrusa de Borges, para entender otra parte de mi novela, y el relato fascinante de Thornton Wilder que se llama El puente de San Luis Rey.
''Es decir, espero que se despierten los apetitos por otras lecturas, porque todo libro es una ventana, como una comida que abre todo un panorama hacia otros sabores.
''Por eso pienso que escribir se debe hacer con sencillez, de manera que las esencias no queden encubiertas, sino que la esencia de la condición humana esté ahí, permeando los textos o cualquier historia que se lea."
Para que una novela quede "en su punto", Lavín advierte que se debe tener cuidado en no usar de más la adjetivación y palabras que adornan, "no irse por una escritura muy barroca. Hay que creer en el poder de la palabra. Hay que aspirar a la sencillez. No a la pobreza del lenguaje ni de las imágenes, sino a decir justo lo que se quiere, a lo esencial que, cuando se encuentra, fluye como la música."
La novela Despertar los apetitos de Mónica Lavín se presenta este miércoles a las 19:30 horas en el Colegio Superior de Gastronomía, ubicado en Sonora 189, colonia Condesa. Participan Alberto Ruy Sánchez y Verónica Murguía.
Habrá degustación de platillos de la imaginería gastronómica canadiense.