Mar de Cortés, del gobierno foxista, persigue crear desarrollos como en Acapulco
Peligra una de las regiones más frágiles del ecosistema con el proyecto turístico
La zona alberga unas 4 mil especies de flora y fauna: algunas son de las más vulnerables
La región del Mar de Cortés y la porción del océano Pacífico que bordea la península de Baja California son las zonas más singulares del mundo, sitios frágiles, donde la regeneración es lenta, donde las ballenas azul y gris se recuperaron de sus crisis de extinción y se pueden encontrar las imágenes más esplendorosas.
Así resumen investigadores el área seleccionada por el gobierno de Vicente Fox para desarrollar su proyecto turístico Mar de Cortés, y dejar huella en el espectro de los planes que destruyeron paisajes en Acapulco, Huatulco y Cancún, señaló La Jornada Ecológica en marzo de 2002, un año después de que se anunciara el desarrollo conocido inicialmente como Escalera Náutica.
La zona es tan especial que la vaquita marina únicamente existe en el Golfo de California y su presencia ahí fue uno de los factores que llevaron a que la región fuera decretada por el gobierno federal área natural protegida. Ahí se alberga a 3 mil 700 especies de plantas vasculares, 463 especies de pájaros y 169 de mamíferos -entre ellos diferentes clases de cetáceos-, así como tortugas marinas. Hay 30 especies de mamíferos marinos y se sostienen los arrecifes coralinos del norte del continente.
La circulación de los vientos y las corrientes oceánicas son el mecanismo fundamental que ha generado y mantiene "los increíbles ecosistemas de la región: la corriente de California es impulsada hacia el oeste por el movimiento rotacional de la Tierra para formar la corriente ecuatorial", indica Exequiel Ezcurra, ex presidente del Instituto Nacional de Ecología en el suplemento de Internet de La Jornada.
Destaca que las aguas oceánicas frías son causa de la aridez de la tierra, porque los vientos provenientes del océano se calientan y secan cuando penetran en los desiertos costeros. La riqueza de la biodiversidad de la región se manifiesta en la cantidad de áreas naturales protegidas: Cabo San Lucas, Cabo Pulmo, Islas del Golfo de California, Alto Golfo de California, El Vizcaíno, Isla Guadalupe, Bahías de Loreto, Valle de los Cirios y el complejo insular de Espíritu Santo.
Cada una de ellas se encuentra bajo categoría de protección especial por su importante diversidad biológica.
Ezcurra dice que "pocos lugares en el mundo muestran la extraordinaria heterogeneidad ambiental del Golfo de California y los ecosistemas terrestres que lo circundan. Los climas regionales varían desde el mediterráneo, con lluvias de invierno, al norte, hasta el tipo monzónico, con lluvias de verano, al sur. Las inclinadas laderas de cadenas montañosas generan algunos de los gradientes ambientales más dramáticos de la tierra".
Señala que, fiel a su etimología, la "península de Baja California es realmente una isla biológica. El aislamiento evolutivo ha mantenido su flora y su fauna separadas del territorio continental por tiempos tan largos que casi 30 por ciento de su riqueza biológica es privativa de la región".
Resalta que como la península se encuentra aislada del territorio continental mexicano por el Golfo de California, y "éste en sí es una especie de 'península marina', aislada del resto del océano Pacífico por sus más de mil kilómetros de largo".
Agrega que se trata de una región donde se localizan los organismos más vulnerables: la ballena gris en bahía Magdalena, las aves marinas de isla Rasa, el borrego cimarrón, el berrendo, los cirios, los torotes y las palmas azules. "Durante 6 millones de años estas plantas y estos animales evolucionaron sin la presencia de los modernos humanos y se las arreglaron para sobrevivir con un espectacular conjunto de formas y funciones. Han estado allí desde siempre, con adaptaciones cada vez más maravillosas, diversidad de formas sin fin."
Vacíos en las autorizaciones
Luego de que el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) presentó a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) del plan maestro de Escalera Náutica, ésta lo rechazó porque incluía infraestructura que no podía ser evaluada en un solo estudio y en cambio autorizó un análisis regional.
Cuando Alberto Cárdenas Jiménez ocupó la titularidad de la Semarnat, en noviembre de 2003, enseguida se autorizó el estudio y se le impusieron 18 condiciones, entre ellas la prohibición de que las embarcaciones fondeen en áreas críticas; que cada MIA particular de las escalas defina las medidas para atenuar los impactos acumulativos, y apoyar y financiar las operaciones de inspección y vigilancia de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente.
En la conferencia de prensa en la Semarnat, donde se anunció la autorización del estudio, Cárdenas Jiménez consideró el hecho "como un ejemplo de que cuando hay algo importante en que se puede coincidir es posible concretar". En ese momento se anunció que en 2004 se pondría en marcha el desarrollo, con la construcción de 17 de las 29 escalas programadas, pero hasta ahora nada de esto se ha concretado.
Se aprobó un documento que no incluía obras o actividades para identificar los impactos ambientales que pueden ser prevenidos o atenuados, por lo que era difícil tener elementos para el análisis, señaló la organización Conservación Internacional (CI), y advirtió que no puede "ser evaluado conforme al procedimiento establecido en la ley".
El artículo 30 de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente establece que se deben detallar los posibles deterioros ambientales de las obras para que la autoridad pueda evaluar el impacto ambiental del proyecto; no se mencionan planes maestros o de desarrollo, como es el caso de Mar de Cortés o Escalera Náutica.
CI consideró que "hay un error primordial del promovente, cuando parece suponer que el carácter regional de una MIA le permite hacer planteamientos ambiguos o abstractos sobre obras, actividades y medidas de prevención, mitigación y compensación, basándose sólo en conceptos o en especulaciones infundadas".
Destacó que no se documentaron experiencias del promotor o de otras regiones que pudieran ilustrar de manera apropiada la particular situación de la región comprendida por la MIA, a pesar de "que es reconocida como de extrema fragilidad ambiental y con un carácter relativamente prístino de acuerdo con estándares mundiales de desarrollo de la zona costera".
En su favor, la Semarnat señaló que se autorizó un gran "plan maestro" que evaluó el efecto de la navegación en la zona y en las áreas naturales protegidas. Participaron organizaciones no gubernamentales, "llegamos a la conclusión de que si la actividad se desarrolla suelta, sin restricciones, obviamente puede haber muchos problemas, por eso en el resolutivo se establecieron medidas, como evitar que en ciertos lugares haya desembarcos y para vigilar esto llevan un chip", explicó Ricardo Juárez, director de Impacto Ambiental.
Escasez de agua
Las organizaciones ambientalistas han planteado, entre algunos de sus temores, que los sitios más visitados de la región puedan tener el mismo destino de Cabo San Lucas, donde el crecimiento poblacional es de 9 por ciento y no hay suficientes servicios, además de que es una zona donde el agua potable es escasa.
Entre los posibles conflictos ambientales que se podrían generar en la región están el abastecimiento de agua a mediano y largo plazos en las localidades ligadas con las escalas náuticas y sus potenciales áreas de influencia, indicó CI. También consideró que el aprovechamiento de los recursos pesqueros puede ser un impacto no identificado por el agotamiento de las especies y porque las embarcaciones turísticas podrían realizar esta actividad, mientras que hay ejidos y comunidades que tradicionalmente viven de la pesca.