Usted está aquí: martes 24 de mayo de 2005 Opinión ASTILLERO

ASTILLERO

Julio Hernández López

Palacio

Previsiones inmobiliarias

Disculpas instrumentales

Divanes fluctuantes

UN DIA DESPUES de anunciar que no se marearía con el poder, Andrés Manuel López Obrador se declaró totalmente Palacio. Allí vivirá, en Palacio Nacional, si-es-que-el-pueblo-lo-elige-presidente. La precoz previsión inmobiliaria sirvió al todavía jefe del gobierno capitalino para zafarse de la insistencia periodística que pretendía saber si está dispuesto a debatir con Cuauhtémoc Cárdenas. Atrincherado en un útil y oportuno concepto del respeto hacia su adversario abiertamente retador, el tabasqueño eludió cuanto pudo los dardos periodísticos hasta que, en ese intento de desatender las obligaciones de polemizar con sus contrincantes que Leonel Cota habría establecido ineludiblemente, tropezó con una piedra futurista: "Estamos iniciando la campaña", dijo, aparentemente confundiendo la omnipresente campaña con el trivial inicio de semana. El tropiezo declarativo fue sustituido de inmediato en el escaparate mediático con la inopinada recurrencia al expediente de la vivienda presidencial. De hecho, AMLO pareciese estar dispuesto a llevar a un nivel superior la presunta conversión popular de Los Pinos que la pareja Fox habría iniciado este sexenio con visitas guiadas a la casa presidencial. El perredista, que ya se hace con la banda tricolor en el pecho, integraría la ex hacienda de La Hormiga al conjunto de Chapultepec, con salones (¿y cabañas?) abiertos y pinturas famosas expuestas a los ojos de todos (¡Híjole, y Cárdenas pensando todavía en la contienda interna, y los debates, y toda esa bisutería, en lugar de centrarse en lo importante, en el asunto de los bienes raíces sexenalmente habitables!)

EL ACTUAL PROFUGO de Palacio, Vicente de Los Pinos, sufrió a lo largo del día un ataque más de bipolaridad, duplicidad de personalidades, fatiga o simple atolondramiento crónico. Primero se lanzó con todo contra los miembros de su villano favorito, el segmento priísta y perredista al que genéricamente llama "el Congreso", ente lombrosiano al que responsabilizó (culpó, condenó) de la violencia mortal contra mujeres que se ha vivido en Ciudad Juárez. La frecuencia de los dislates presidenciales ha hecho que ni siquiera sentencias golpistas como la de ayer generan todo el escándalo o la censura que merecen: el jefe del Estado mexicano acusó directamente a los legisladores que no son de su partido de tener responsabilidad en las muertes fronterizas de mujeres en general y, en particular, de la reciente de dos niñas. "Lleno de dolor y de tristeza", el hombre que designó contralor federal a Francisco Barrio, quien durante seis años fue responsable fallido de indagar y castigar crímenes similares, advirtió que no quería "abonitos ni aprobaciones parciales" de una iniciativa sobre asuntos de seguridad que habría presentado al susodicho Congreso y que no le han aprobado. Según el justiciero Vicente, autorizando ese texto (como si el problema de México fuera la falta de leyes y no su cumplimiento) las cosas cambiarían, pues contando con tales "instrumentos necesarios" se podrá enfrentar adecuadamente la delincuencia. De pasada, el enérgico mandatario se exculpó como en los juegos infantiles en que uno de los participantes declara tomada la base por él y todos sus compañeros: "No se puede exigir sólo al presidente, a los gobernadores, a los presidentes municipales, si no se les dota de los instrumentos" (¡Oh de Provida que prevé albures con la alusión herramental y se apresta a ir a comprarle a esos fierros su respectiva tanga serrana con limón!). Ya podrá la historia ir tejiendo la explicación de este sexenio: no hubo el baile prometido, ni la música anunciada, por falta de instrumentos. Del presidente del cambio al presidente sin trebejos. Damián Carmona de Los Pinos: ¡Cabo de guardia, estoy desinstrumentado!

PERO LAS CRONICAS del diván no quedaron allí. Más tarde, el Señor de Los Pinos le daría otro llegue al mismo Congreso, diciendo ante científicos que los legisladores no le aprobaban los bondadosos presupuestos que él proponía. Octavio Paredes López, presidente de la Academia Mexicana de Ciencias, había denunciado que días atrás en el Conacyt le habían censurado su discurso original (que finalmente leyó) por criticar la poca aportación del producto interno bruto que el gobierno asigna a las tareas científicas nacionales. Pero eso era lo de menos, porque Vicente Fox seguía empeñado en justificar todo con el pretexto de los legisladores que no le hacen caso. Hasta que llegó su otro yo, y en cuestión de minutos lo sombrío se volvió luminoso y lo gris colorido: nada de pleitos, decía el Fox alterno, pues los políticos deben pasar "de la cerrazón a la razón" y dejar de "jugar a las vencidas". Prudencia en vez de estridencia, demandó, y se dijo reiteradamente dispuesto "al diálogo y a la negociación", deseoso de pasar de las protestas a las propuestas.

BONITO DIA SIQUIATRICO , en el que Manuel Espino llamó "vulgar mentiroso" a López Obrador y Roberto Madrazo se reunió a comer con quienes a su vez quieren comerle parte del mandado, los predestinados priístas gastronómicamente autodenominados tú comes, y Al Sharpton, que consideró "inaceptables" los caracoleos vicentinos que pretenden ahorrarse disculpas atribuyendo a otros las negras intenciones que causaron todo el actual rollo de color (e invitando el mencionado líder espiritual visitante al Presidente mexicano a ofrecer disculpas a la comunidad afroestadunidense en el mero Harlem), y El Chapito en vías de quedar libre como para demostrar a todo mundo que en México sí hay ju$ticia o cuando menos fundado temor a tener filiales papas calientes en prisión que igual un día de éstos habrían decidido emular hazañas fugitivas paternas.

AH, Y POR si todo lo anterior fuera poco: la final de futbol entre América y los Tecos, que llevaría a este tecleador a la nunca pensada hipótesis de alegrarse si es que el equipo crema que nunca ha sido de su preferencia cierra el paso al plantel tapatío de dueños ultraderechosos. Así es que, ¡hasta mañana, mientras el maistro encuentra su cajita de herramientas y mientras Creel reivindica para sí el título de Totalmente Palacio que los Almacenes Andrés le pretenden arrebatar!

Fax: 56 05 20 99 * [email protected]

 
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