Treinta heridos frente al Congreso en choques de campesinos sin tierra con la policía
Culmina en Brasilia marcha para demandar a Lula cumplir promesas de reforma agraria
Ampliar la imagen Campesinos sin tierra protestan frente a la embajada de Estados Unidos en Brasilia FOTO Reuters
Brasilia, 17 de mayo. Unos 12 mil campesinos del Movimiento de los trabajadores rurales sin Tierra (MST) recorrieron hoy la Explanada de los Ministerios de Brasilia -último tramo de una marcha de 200 kilómetros iniciada hace 15 días- para reclamar al presidente Luiz Inacio Lula da Silva el cumplimiento de sus promesas de reforma agraria.
La demostración, que provocó un caos en el tránsito de la capital brasileña, se realizó en forma pacífica, aunque con incidentes aislados, culminó con una entrevista de los líderes del MST con Lula.
Los campesinos partieron poco después del mediodía del estadio Mané Garrincha, en cuyas inmediaciones pasaron la noche en gigantescas tiendas bajo las cuales durmieron hacinados sobre precarios colchones.
Antes de dirigirse a la Explanada de los Ministerios los labriegos se manifestaron frente a la embajada de Estados Unidos, para protestar contra el Area de Libre Comercio de las Américas que impulsa Washington, la invasión de Irak y todas las formas de "colonialismo estadunidense", explicó José Damaceno, miembro de la dirección nacional del MST.
"Estamos aquí para devolver la basura de la competencia, la basura de la prepotencia, la basura de la arrogancia, la basura de la dominación, la basura de la guerra", dijo un locutor del MST, mientras los manifestantes arrojaban residuos frente a la misión diplomática.
Luego se dirigieron al Ministerio de Hacienda, para rechazar la "ortodoxa" política económica del gobierno de Lula, especialmente su decisión de obtener durante sus cuatro años de mandato un superávit fiscal primario (que se usa para pagar los intereses de la deuda) de 4.25 por ciento del producto interno bruto.
"Esos recursos que está ahorrando el gobierno a causa del neoliberalismo y de las imposiciones externas son necesarios para mejorar las condiciones de vida del pueblo brasileño, lo que prometió Lula en su campaña presidencial", se quejó previamente Damaceno.
Sin embargo, el líder campesino descartó que Lula pueda modificar la actual política porque, según dijo, eso no depende sólo del mandatario, sino también del ministro de Hacienda, Antonio Palocci, y del jefe de gabinete, José Dirceu, todos del Partido de los Trabajadores (PT).
A su paso por el Congreso, otro de los puntos que recorrió la manifestación, los campesinos chocaron con policías, en un enfrentamiento que dejó 30 lesionados.
El MST entregó a representantes de los tres poderes del Estado un documento con sus reivindicaciones, la principal de ellas el cumplimiento de la promesa de asentar 430 familias sin tierra. Algunos manifestantes corearon "¡Lula, el pueblo te eligió, donde está la reforma agraria que prometió!"
El ex obrero metalúrgico que fundó el izquierdista PT y actual presidente prometió tras la marcha que el MST realizó el año pasado entregar tierras a las 430 mil familias hasta 2006, cuando terminan sus cuatro años de mandato.
Según el movimiento de los sin tierra, en más de dos años de gobierno de Lula han sido asentadas sólo 60 mil familias, por lo que sus líderes consideran que si no acelera el programa no podrá cumplir la promesa.
Las cifras oficiales, en cambio, hablan de unas 110 mil familias asentadas bajo el gobierno del líder del PT.
El MST también quiere que el gobierno nombre a 4 mil nuevos funcionarios en el Instituto Nacional de la Colonización y la Reforma Agraria, para viabilizar la entrega de tierras, y que presente al Congreso un proyecto de ley que modifique los parámetros vigentes para determinar la productividad de las haciendas, a partir de la cual las autoridades determinan si pueden destinarse a la reforma agraria.
Asimismo, demanda medidas que pongan fin a la impunidad de los actos de violencia en el campo y exhorta a convertir en delitos federales los atentados de hacendados y pistoleros a sus órdenes contra los campesinos sin tierra.
Unos 4.6 millones de agricultores pobres carecen de tierra en Brasil, donde menos del uno por ciento de los terratenientes concentran 46 por ciento de las extensiones cultivables, en una de las peores distribuciones del mundo.