Usted está aquí: martes 17 de mayo de 2005 Mundo Villaraigosa buscará hoy ser el primer latino en ganar la alcaldía de Los Angeles

Tiene 11 puntos de ventaja sobre James K. Hahn, quien se impuso hace cuatro años

Villaraigosa buscará hoy ser el primer latino en ganar la alcaldía de Los Angeles

Residentes negros vinculados con la vieja generación política y blancos moderados le dan su apoyo

DAVID BROOKS CORRESPONSAL

Ampliar la imagen Antonio Villaraigosa, aspirante a la alcald�de la ciudad de Los Angeles, California, saluda a simpatizantes durante un recorrido por Venice, la v�era de las elecciones FOTO Afp

Nueva York, 16 de mayo. Justo en medio de una tormenta racista antinmigrante -en gran medida dirigida contra los "hispanos"- que se intensifica en varias partes de este país y su capital, justo cuando los mexicanos vuelven a ser percibidos como amenaza potencial, justo para confirmar la pesadilla de Samuel Huntington y otros que lamentan el efecto contaminante de los inmigrantes latinos sobre Estados Unidos, este martes podría concluir con la elección de un alcalde latino en la segunda ciudad más grande de Estados Unidos.

Si Antonio Villaraigosa gana este martes, se convertirá en el primer alcalde latino de Los Angeles desde 1872. Pero su triunfo tendría implicaciones no sólo en Los Angeles, sino a escala nacional, ya que representaría otro paso histórico de la presencia latina en la política estadunidense. A la vez, marcaría un cambio en la siempre presente dinámica racial en la política de esa ciudad.

Este es el segundo intento de Villaraigosa para llegar a la alcaldía, hace cuatro años, en 2001, fue derrotado por James K. Hahn, quien logró consolidar el voto conservador blanco y el negro para superar el voto latino aliado con el sindical que abrumadora, pero no suficientemente, votó por este hijo de padre mexicano y madre méxico americana.

Esta vez Villaraigosa ha disfrutado una ventaja de hasta 18 puntos en las últimas semanas sobre Hahn, aunque este margen se ha reducido a sólo 11 por ciento la semana pasada en la encuesta más reciente de Los Angeles Times. Villaraigosa y sus simpatizantes están confiados en que han logrado ampliar su base, y repiten, igual que la vez pasada, que esta elección no se trata de grupos étnicos, y que su candidato busca ser el alcalde de todos los "angelinos", y no sólo de los latinos.

Inusual sistema electoral

En el inusual sistema electoral de Los Angeles, las elecciones son no partidarias, o sea, son entre candidatos del partido que sea, y esta es en realidad la segunda ronda entre los dos candidatos que ganaron más votos. Ambos son del Partido Demócrata, pero no son amigos.

Hahn insiste en que se repetirá la hazaña de la vez pasada cuando a pesar de que Villaraigosa armó una amplia coalición latina-sindical y ganó el respaldo de las principales figuras demócratas, Hahn ganó al final. Sin embargo, éste no ha lucido en su puesto, y su índice de aprobación se ha desplomado a 38 por ciento. Algunos de sus asociados están bajo investigación por posibles actos de corrupción, pero Hahn ha regresado a sus tácticas de la vez pasada, armando un ataque personal contra su contrincante; acusa a Villaraigosa de asociaciones sospechosas y de ser "suave" con el crimen, algo que le funcionó en la recta final en 2001.

Otro factor diferente de hace cuatro años es que la cúpula del movimiento sindical de Los Angeles, antes eje clave de apoyo para Villaraigosa, esta vez apoyó al alcalde Hahn. El liderazgo sindical, encabezado por latinos y amigos de Villaraigosa, justificaron esto al decir que tendrían que ser leales a Hahn, ya que él cumplió sus compromisos con los sindicatos y les ofreció participación en su gobierno. Sin embargo, muchos analistas en Los Angeles señalan que un gran porcentaje de las filas sindicales votará por Villaraigosa, a pesar del endoso oficial a Hahn de los líderes de sus organizaciones.

Villaraigosa fue criado en East Los Angeles, la zona marginada y dura más famosa del mundo latino estadunidense, joven furioso, activista político, sindicalista, defensor de los derechos civiles, y tan hábil políticamente que llegó a ocupar el segundo puesto más poderoso de la política estatal, presidente de la Asamblea Estatal de California, en lo que todos coinciden en calificar como una carrera política "meteórica". Después de su derrota en 2001, fue electo al concilio de la ciudad, desde donde se preparó para este día.

Si gana, se convertirá en una de las figuras políticas latinas demócratas más importantes del país, junto con el gobernador de Nuevo México Bill Richardson.

Hahn ha sido alto funcionario del gobierno municipal por más de 20 años. Hijo de una de las figuras políticas liberales más conocidas de esta ciudad, quien fue participante en el movimiento de derechos civiles, ha logrado construir su base a partir de una alianza de residentes negros vinculados con la vieja generación política aquí, junto con algunos latinos, y parte de la población blanca moderada. Se verá si esta vez logra mantener el apoyo suficiente de estos sectores.

Pero ya se han visto rupturas en este bloque. Villaraigosa obtuvo el respaldo de la estrella de basquetbol, Magic Johnson, y otras figuras influyentes del sector negro, y eso podría ser fatal para Hahn esta vez.

Mucho, dicen los analistas, dependerá de la tasa de participación, tanto de los sectores claves para cada candidato, como la total.

La candidatura de Villaraigosa ha llegado a este punto en California en parte por el movimiento que se generó contra la política antinmigrante. Líderes sociales comentaron a La Jornada que en 2001 una nueva alianza entre latinos, inmigrantes, sindicatos y diversas fuerzas progresistas se consolidó en 1996 en torno a la respuesta social a la famosa propuesta 187 antinmigrante. Ahora se verá si esta coalición junto con figuras del sector privado y buena parte de clase política logra triunfar.

En la ciudad de sueños fabricados por Hollywood, escondida debajo del lujo de Beverly Hills, rodeada y atravesada por los freeways, bajo la sombra del gobernador terminator, expresándose cada día más en español como inglés, como también en los idiomas indígenas de Oaxaca y asiáticos meciéndose al ritmo de rock, gospel negro, salsa, rancheras y cumbia, se esperan los resultados.

Tal vez será más de lo mismo, tal vez resulte ser, gane quien gane, otra película de Hollywood, o tal vez podría será el principio de un largo y amplio cambio en la política dentro de esa ciudad con potenciales efectos nacionales. Pero lo cierto es que esa ciudad es cada vez menos la de los Beach Boys, y cada vez más de Los Lobos.

 
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