Nacionalizar los hidrocarburos y el cierre del Congreso, entre las demandas
Jornada de protestas en Bolivia aumenta la presión sobre Mesa
Evo Morales se deslinda de bloqueos carreteros y del pedido de una Asamblea Constituyente
El presidente, reunido con su gabinete; hoy presenta su proyecto de reforma a la ley petrolera
Ampliar la imagen Manifestantes bolivianos provenientes de El Alto intentan cruzar el cerco policiaco en pleno centro de La Paz. Los marchistas exigen la nacionalizaci�e los hidrocarburos y la renuncia del presidente Carlos Mesa FOTO Reuters
La Paz, 16 de mayo. Una jornada de protestas en Bolivia con demandas de nacionalización de gas y el cierre del Congreso por parte de juntas vecinales y grupos sindicales acrecentó hoy la presión sobre el presidente de Bolivia, Carlos Mesa, en vísperas de que el mandatario señale sus reparos a la ley petrolera que aprobó el Legislativo.
El Movimiento al Socialismo (MAS), del líder campesino Evo Morales, realiza una movilización separada, en defensa de las regalías de 50 por ciento de las ganancias que obtengan las trasnacionales petroleras, y por una Asamblea Constituyente.
Formados en varias columnas, vecinos de la empobrecida ciudad El Alto, próxima a La Paz y epicentro de una cruenta rebelión popular que hace 19 meses sacó al presidente derechista Gonzalo Sánchez de Lozada, descendieron por diversas vías hacia el centro de La Paz, en cuya Plaza San Francisco se realizó un mitin que congregó a más de 10 mil personas.
Además de exigir la "nacionalización de los hidrocarburos", los manifestantes demandaron el cierre del Congreso, la renuncia de Mesa o el adelanto de elecciones presidenciales, en una concentración de la que también tomaron parte líderes sociales y la Central Obrera Boliviana (COB).
El líder de los sindicatos bolivianos, Jaime Solares, uno de los oradores en la concentración que terminó poco después del mediodía, demandó a Mesa "jugarse por la nacionalización del gas" o dimitir.
"La posición de El Alto es de cerrar el Parlamento y exigir la recuperación o nacionalización de los hidrocarburos", dijo Edgar Pantana, de la central obrera de esa región, en declaraciones radiales.
La protestas, que colapsaron las actividades en varios puntos la capital, estuvieron a punto de desbordarse cuando un grupo de mineros y campesinos intentó tomar el edificio del Poder Legislativo en la Plaza de Armas de La Paz.
Los manifestantes, que emplearon fulminantes de dinamita, fueron dispersados por la policía con gas lacrimógeno, con un saldo de dos heridos leves y varios detenidos.
En tanto, Evo Morales acusó a los mineros que bloquearon carreteras de intentar sabotear la marcha que inició su movimiento y que pretende llegar a La Paz el próximo lunes.
En declaraciones a la prensa, el líder campesino, quien fue impedido de llegar al punto de partida de la marcha convocada por el MAS, señaló en cuanto a las cooperativas mineras: "estoy convencido de que son oficialistas, sospechosamente, esta ma-ñana aparecen para bloquear a los marchistas".
Precisó asimismo que el MAS "no ha convocado a bloqueos de caminos sino a una marcha (de 200 kilómetros) desde Caracollo hasta La Paz para pedir que el Congreso modifique la ley de hidrocarburos, pues el gobierno sigue al servicio de las trasnacionales petroleras, mientras el pueblo quiere que los recursos naturales, que son patrimonio nacional, sirvan a los bolivianos".
La ley en mención, aprobada por el Congreso a comienzos de mayo, establece que las compañías multinacionales deben pagar 18 por ciento de regalías más impuestos de 32 por ciento, mientras que Morales señala que las regalías se deben fijar en 50 por ciento, como se aprobó en un referendo vinculante.
Además, Evo -como se le conoce popularmente en Bolivia- marcó distancia de quienes exigen el cierre del Congreso al indicar que "están buscando una dictadura, creo que sería un error político", aunque aclaró que "el pueblo alteño no busca una dictadura".
"Si la marcha es por el petróleo, es para toda Bolivia, no sólo para el campesinado ni para los cocaleros, ni el sector minero", apuntó.
Pero Jaime Solares calificó como "un paseo" la marcha encabezada por el MAS. "Que les vaya bien, pero mientras haya otras manifestaciones que lucharán por la nacionalización no puede haber gente que esté de paseo", según declaraciones atribuidas al sindicalista por la prensa local.
Morales no pudo llegar a Caracollo debido a los cortes de ruta de los mineros cooperativizados, mientras que por otro lado los sindicatos de maestros urbanos y médicos paralizaban las actividades de sus respectivos sectores en demanda de mejores retribuciones.
Ante las protestas, el viceministro de Coordinación Parlamentaria, Carlos Agreda, afirmó que el independiente Mesa "no piensa renunciar".
Su colega de Justicia, Carlos Alarcón, insinuó que detrás de las movilizaciones está el partido de Sánchez de Lozada, el ex mandatario que radica en Estados Unidos.
"Los días contados"
Un vocero del Movimiento Nacionalista Revolucionario, el diputado Luis Eduardo Siles, muy cercano a Sánchez de Lozada, dijo que Mesa "tiene los días contados" si no toma una posición respecto de la ley de hidrocarburos.
En momentos en que los cocaleros de los Yungas, valle agrícola cerca de La Paz, amenazan con marchar hacia la capital, también en favor de la "estatización" del gas, el ministro de Hidrocarburos, Guillermo Torres, manifestó: "sólo queremos que se calme todo esto".
En un intento por calmar las protestas, Mesa desplazó a negociadores a los puntos de bloqueo carretero, mientras sostenía una prolongada sesión con su gabinete de ministros.
El mandatario se apresta a devolver con modificaciones puntuales la ley y deberá contar con un tercio más un voto de los 157 del Congreso para imponerse y convertir en ley sus observaciones.
Mesa se opone a una ley que, considera, espantará la inversión extranjera y frenará el desarrollo de la industria petrolera, en manos de 20 multinacionales que operan desde 1997 en este país, el más pobre y segunda reserva de gas de Sudamérica.
El gobierno está "en la situación más crítica desde que comenzó, en octubre de 2003", dijo en analista Jorge Lazarte, mientras el politólogo Alvaro García sostuvo que el presidente "casi no decide nada en estos tiempos" y "son otros actores los que mueven el escenario político".