Reprocha a Sergio García Ramírez la incongruencia entre sus escritos y sus hechos
Aunque la vida acabe, seguirá la lucha por los desaparecidos: Rosario Ibarra
La ONU la decepcionó: manejaba cifras, no nombres, y "daba por buena la opinión oficial"
Aunque "hemos hablado mucho ya; nuestra vida se está acabando, y nuestra voz enronquece, lo único que no decae es el ánimo: seguiremos luchando, con la memoria fresca, aunque nos duela, porque duele mucho la memoria", declaró la luchadora social Rosario Ibarra de Piedra, tras señalar que las madres de los desaparecidos políticos durante las décadas de los 60 y 70 quieren vivos a sus hijos .
Lamentó que muchos de quienes estuvieron en movimientos sociales de lucha en esos años estén ahora en la trinchera del gobierno federal y desde ahí censuren a las madres de los desaparecidos que claman por sus hijos.
"Qué triste que muchos que se dicen de izquierda sean más derechistas que los nazis. Perdón que lo diga, pero dejar un movimiento donde luchaban por un país y un mundo mejor y hoy, que trabajan en Gobernación y en la Procuraduría General de la República (PGR), nos dicen que estamos totalmente locas porque queremos vivos a nuestros hijos, duele. A los del Comité Eureka nos duele, nos lastima, nos llena de frustración y tristeza", destacó.
Escuadrones de la muerte en Juárez
Durante su participación en el foro internacional denominado Resistencia y alternativas, celebrado en la Casa de la Cultura del Bosque de Tlalpan por organizaciones sociales e instituciones académicas, como la Universidad Nacional Autónoma de México, la presidenta del Comité Eureka destacó que los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez y los recientemente ocurridos en Monterrey y otras ciudades, "más parecen que provienen de escuadrones de la muerte que de venganzas, como dicen las autoridades".
En entrevista al concluir su participación en el panel Paz y militarización, Ibarra de Piedra, que ha exigido en forma reiterada que el ex presidente Luis Echeverría Alvarez sea encarcelado por su participación en la matanza de Tlatelolco, expresó que, aun cuando han transcurrido 30 años de lucha contra la "injusticia" -en los cuales persiste en exigir la aparición de su hijo Jesús, secuestrado en Monterrey, Nuevo León-, los gobiernos de México responden con "sordera, simulación, impunidad y ceguera voluntaria".
Inclusive lamentó que en instituciones internacionales como la Organización de Naciones Unidas (ONU) y la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH) exista también simulación.
"Yo acudí mucho tiempo a la ONU y ya no volví después de 18 años, porque me decepcionaron: manejaban los casos de los desaparecidos por número; eran números y no nombres, y le hacían caso al gobierno, tomando la respuesta de éste como buena."
En alusión al secuestro de su hijo Jesús, a quien acusaron de pertenecer a la Liga Comunista 23 de Septiembre, comentó: "Cómo es posible que nos respondieran así, si hasta dábamos los nombres de las personas que se los habían llevado, y eran los nombres de las personas del Ejército y de las policías bajo el mando de Gobernación".
Destacó que tampoco puede confiar en la CIDH, menos aún cuando es presidida por Sergio García Ramírez, a quien como titular de la PGR, "le dimos muestras, detalles de que una muchacha vio a su hermano vivo y cómo se lo llevaron unos guaruras, y él (García Ramírez) respondió que eran 'ilusiones amorosas de la joven'. Eso no se vale, vivimos en un mundo de simulación, impunidad y corrupción. Lástima por los textos jurídicos de García Ramírez, de qué sirven las palabras, aun escritas, si no son respaldadas por los hechos congruentes".
La luchadora social narró cómo desde niña se percató del avance de la militarización en el país. "Ha sido una caminata constante a paso redoblado del Ejército que se ha ido metiendo más y más, y ha acabado con infinidad de luchas", señaló tras exhortar a los presentes -que la ovacionaron al término de su participación- a continuar luchando por las causas justas.