Riesgoso, depender de la maquila de autopartes; aporta 25% del valor de la rama, advierte
Incierto futuro del sector automotriz mexicano después de 2008: Banamex
Carece el país de una red de proveedores nacionales que garantice calidad y entrega a tiempo
Luego de los pobres resultados que ha tenido en producción y exportaciones a Estados Unidos durante los últimos tres años, la industria automotriz establecida en México vivirá un "relanzamiento" en 2006 gracias a un aumento de ventas a los países del Mercosur, particularmente a Brasil; sin embargo, esta buena racha sólo durará hasta 2008.
A partir de ese año, las esperanzas de aumentar las exportaciones del sector y reconstruir la proveeduría nacional dependerán de la industria de autopartes, un sector cada vez más basado en la maquila, con escaso valor agregado, pobre contenido tecnológico y cuya principal ventaja son los salarios bajos.
En un análisis titulado Dilema actual de las principales actividades en el complejo automovilístico, Banamex-Citigroup detalla que la industria automotriz y de autopartes genera 20 por ciento de las exportaciones del país y tiene un superávit comercial superior a 10 mil millones de dólares; sin embargo, en los últimos tres años se ha visto amenazada por una caída de las exportaciones de vehículos ligeros y por la eliminación de cuotas y aranceles.
De hecho, en los recientes tres años las exportaciones de autos ensamblados en México han ido a la baja y al mismo tiempo se han incrementado las importaciones.
De acuerdo con la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), en los primeros cuatro meses del año la producción total de automóviles fue 4.4 por ciento menor a la del mismo periodo de 2004 y las exportaciones fueron 7 por ciento más bajas.
Asimismo, la presencia de automóviles importados en México ha crecido más de 800 por ciento, al pasar de 8 por ciento en 1994 a 64 por ciento el primer trimestre de 2005; al mismo tiempo, la producción para exportar ha caído desde el año 2000 y actualmente se encuentra en los niveles que tenía en 1998.
La organización reconoció que los graves problemas financieros de las principales armadoras de Estados Unidos (Ford, General Motors y Chrysler) serán un obstáculo para que las matrices de sus distribuidores mantengan los atractivos planes de financiamiento que venían ofreciendo en México y en otros países.
Banamex-Citigruop explica que en 2003 (última cifra disponible) la industria ensambladora ocupaba el lugar 15 entre las 73 actividades productivas del país por el tamaño de su producto; el valor bruto de su producción ascendía a 27 mil 483 millones de dólares; le daba empleo a 45 mil 513 personas.
Mientras, la industria de autopartes ocupaba el lugar 17, con un valor bruto de producción de 26 mil 745 millones de dólares y le daba trabajo a 387 mil 901 personas.
Aunque ambas industrias tienen un peso similar en la generación de riqueza, las disparidades entre ambas son notorias: mientras la industria ensambladora o terminal tiene un elevado nivel tecnológico, una fuerte generación de ganancias y un alto nivel de valor agregado por trabajador, la de autopartes se caracteriza por un bajo nivel tecnológico y abundante mano de obra.
La industria de autopartes es la mayor generadora de empleo en el sector y se desarrolló a partir de la instalación de plantas maquiladoras en el norte de México. La maquila concentra actualmente 60 por ciento del empleo y la mitad del valor de la producción de autopartes; sin embargo, sólo aporta una cuarta parte del valor agregado de la rama. Más aún , las remuneraciones promedio en las plantas ensambladoras son inferiores al promedio de la industria de la transformación.
Además, los intentos por aumentar el contenido nacional en la industria de autopartes y de buscar el desarrollo tecnológico se enfrentan con problemas estructurales: los fabricantes extranjeros que desean instalarse en México tienen dificultades para encontrar proveedores nacionales que cumplan las exigencias de calidad total y entrega a tiempo.
Esto se debe a deficiencias en la transferencia de tecnología de las empresas mexicanas, un limitado desarrollo empresarial y la falta de políticas gubernamentales para crear y fortalecer redes de proveedores mexicanos.
La recomendación de los especialistas de Banamex para sacar del "marasmo" a la industria automotriz mexicana es aprender de la experiencia de Japón, donde la creación de redes de proveeduría nacional, los sistemas de calidad total y de entrega justo a tiempo fueron la base del éxito de compañías como Honda y Toyota.