Usted está aquí: domingo 15 de mayo de 2005 Economía Se alió México a EU para boicotear obligación a etiquetar transgénicos

La delegación habló fuerte en Malasia contra la iniciativa impulsada por países del CI

Se alió México a EU para boicotear obligación a etiquetar transgénicos

Funcionarios de la Secretaría de Economía no estuvieron disponibles para explicar la posición

Informar de los OGM, campo de batalla entre industrias biotecnológicas y la sociedad: Ana de Ita

ROBERTO GONZALEZ AMADOR

Ampliar la imagen Esta mujer inici� China en 2003 una compa�ontra Nestl�orque la etiqueta de Nesquik no informa que contiene transg�cos FOTO Greenpeace

El gobierno de México se alió al de Estados Unidos esta semana para boicotear una iniciativa que busca hacer obligatorio el etiquetado de alimentos transgénicos y que se discutió durante una reunión internacional realizada en Malasia, informaron asistentes al foro.

La reunión del Comité Internacional del Codex sobre Etiquetado de Alimentos, realizada en Kota Kinabalu, Malasia, concluyó el 11 de mayo con el aplazamiento de una decisión sobre el etiquetado obligatorio de los alimentos genéticamente modificados (OGM) o transgénicos. Este comité es un organismo de Naciones Unidas integrado por los países miembros de la FAO y de la Organización Mundial de la Salud.

Estados Unidos obtuvo el apoyo de las delegaciones de los gobiernos de México, Argentina, Paraguay y Filipinas para boicotear el apoyo global a la etiquetación de alimentos transgénicos, impulsado sobre todo por países europeos, africanos y asiáticos, reportó Consumers International (CI), una organización no gubernamental con presencia en 115 países y que tuvo representantes en el encuentro de Malasia.

"México habló fuertemente contra el etiquetado de los organismos genéticamente modificados y contra el avance del debate sobre el etiquetado de los alimentos transgénicos en el comité del Codex sobre Etiquetado de Alimentos reunido esta semana en Kota Kinabalu", explicó a La Jornada David Cuming, coordinador mundial de la campaña por el etiquetado de los alimentos transgénicos de CI.

La delegación mexicana en ese encuentro, que fue encabezada por Carlos R. Berzunza Sánchez, director de normalización internacional de la Secretaría de Economía, se opuso incluso a la creación de un grupo de trabajo que tiene como mandato reconstituir la directriz de etiquetado de alimentos genéticamente modificados, informó Cuming.

"México y Argentina fueron los respaldos más fuertes que tuvo la posición de Estados Unidos, país que se opone al Método para la Producción del Etiquetado", añadió. "Si México no hubiera estado aquí, la historia hubiera podido ser muy distinta, pues Estados Unidos y Argentina habrían estado mucho más aislados. Es importante observar que muchos otros países o bloques de países estaban a favor de que los alimentos transgénicos se etiquetaran, incluyendo Brasil, Panamá, la Unión Europea, Ghana, Turquía, Noruega, Senegal Swazilandia, Japón, Malasia, Indonesia, India y Kenia", añadió.

En la Secretaría de Economía no hubo nadie disponible este sábado para obtener la posición sobre la negativa mexicana a la etiquetación de los alimentos con OGM.

La especialista Ana de Ita comenta que el etiquetado de los alimentos transgénicos se ha convertido en uno de los principales campos de batalla entre la industria biotecnológica y la sociedad. Los sistemas de etiquetado establecidos actualmente en varios países pueden considerarse una conquista de los consumidores que exigen que uno de sus derechos básicos, la libertad de decidir lo que consumen, no sea confiscado en beneficio de cinco compañías agrobiotecnológicas.

Estados Unidos es el principal productor de cultivos transgénicos y encabeza una posición desreguladora, según la cual los alimentos genéticamente modificados no son distintos a los convencionales y no hay necesidad de diferenciarlos. Utiliza el concepto de "equivalencia sustancial", introducido en 1993 por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Desde este enfoque, no es obligatorio que un maíz transgénico o productos que lo contengan estén rotulados porque son equivalentes en cuanto a su composición de carbohidratos, grasas, proteínas, aceites, etcétera, a sus homogéneos convencionales. La posición contraria es defendida sobre todo por la Unión Europea, que pide que los alimentos que contengan organismos genéticamente modificados sean ofrecidos con una etiqueta que informe a los consumidores.

En México, la industria biotecnológica -que logró este año aprobar una ley de biotecnología que favorece sus intereses--ha conseguido que el Poder Legislativo no expida leyes sobre el etiquetado de alimentos transgénicos.

Según Consumers International, una de las conclusiones de la reunión del Comité Internacional del Codex sobre Etiquetado de Alimentos es que "los intereses de las compañías biotecnológicas se están anteponiendo a los intereses y a los temas que preocupan a los consumidores". Los alimentos transgénicos son sustancialmente diferentes a los alimentos convencionales. "En el primer caso, los genes se pueden transferir entre especies sin relación entre sí, por ejemplo, desde un cerdo a un vegetal o del trigo al arroz. Los impactos en la salud son desconocidos y la seguridad de esos alimentos no ha sido probada", señaló CI.

 
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