"Falso, que un monarca sea imbatible", dice el historiador Bachir Mohamed Jalil
Ampliar la imagen Bachir Mohamed Jalil, autor de El Gran Magreb, unidad y diversidad FOTO Blanche Petrich
Campamento 27 de Febrero, Sáhara. Es una pregunta recurrente. ¿Tiene el Sáhara Occidental posibilidades reales de ser nación, pese a que todo en el panorama internacional se les presenta adverso? El historiador Bachir Mohamed Jalil responde que sí, sin duda. "Primero, porque tenemos derecho. Y ese derecho no es cuestionado en principio ni siquiera por los más cercanos aliados de Rabat, Francia, Estados Unidos y los países del Golfo. Además, porque hay otros indicios en la región que pueden favorecernos en el futuro. Marruecos no tiene un régimen estable. Y justamente, en su debilidad radica nuestra fuerza".
Analiza: "Es un reino totalitario. Sus gobernantes -la casta monárquica, y en las provincias los caciques y militares que todo lo controlan-- son odiados por el pueblo, empobrecido a pesar de la opulencia de la casa real. Se tiene la impresión de que una monarquía no puede ser derrocada. Pero es falso que un monarca sea imbatible. Ahí está el ejemplo de la caída del cha de Irán, Mohamed Reza Pahlevi".
Compara a Marruecos con Argelia, ambos países con aproximadamente 32 millones de personas; los dos, parte del llamado Magreb francófono. "Argelia registra un producto interno bruto de 55 millones de dólares anuales. Marruecos, de 22 millones."
Bachir publicó recientemente su tesis como historiador en Cuba: El Gran Magreb, unidad y diversidad, donde expone el mosaico político y cultural del norte de Africa: "Todos tenemos denominadores comunes. Etnicamente somos resultado del mestizaje árabe-bereber, somos musulmanes del rito suní-malaquita, nunca fuimos totalmente colonizados. Pero tenemos diferencias: Marruecos tiene un legado feudal que persiste y se reproduce en la actual monarquía. En Túnez prevalece una clase capitalista proccidental y en Argelia, el mayor de los estados, no predomina una sola clase nacional fuerte por encima de las demás, pero el Estado responde a una pequeña burguesía progresista con un fuerte movimiento obrero organizado. Por su parte el Sáhara Occidental, aunque nunca se formó como Estado, sino que hasta mediados del siglo xx se mantuvo como una federación de tribus, sí cuenta con una organización político social representada por el Frente Polisario, que constituye una nación con identidad propia".
Blanche Petrich