Usted está aquí: sábado 14 de mayo de 2005 Política DESFILADERO

DESFILADERO

Jaime Avilés

¿Por qué no se ha ido Creel?

Habrá inestabilidad hasta diciembre de 2007

En la receta del odio: gatos, ratas y peces

UN ALTO funcionario de la embajada de Estados Unidos en México, de acuerdo con una fuente por demás confiable, dijo en privado que no le recomendaría a nadie comprar una casa en nuestro país sino hasta que el próximo presidente de la República hubiese cumplido un año en el poder. El consejo, desde luego para extranjeros, refleja una visión razonable y serenamente pesimista del futuro a corto plazo. Veamos si el diplomático tiene razón o no.

Invitado por una persona cuya identidad no puedo revelar, penetré a mediados de semana en un restaurante de lujo donde suelen comer y beber los hijos de los más ricos de los ricos. Al pasar por una mesa de jóvenes muy jóvenes escuché, y luego lloré de risa en consecuencia, la increíble y temeraria aventura de un grupo de muchachitas de Interlomas en el Zócalo del Distrito Federal. Ninguna de ellas había salido jamás de su hábitat sobreprotegido (y a la vez tan vulnerable) y, li-te-ral-men-te, "no daban crédito, o sea", de las bellezas arquitectónicas que se les venían encima por todas las puertas de la percepción, cuando de repente las interpeló un ladronzuelo con estas o similares palabras:

-Ora sí pinches escuinclas ya llegó por quien lloraban -y mirando en particular a una, continuó entre coqueto y amenazante-: tú me vas a dar tu celular.

Fascinada en apariencia por el mequetrefe, la heroína de este cuento verídico volteó a ver a su amiga más cercana y suspiró así:

-¡Ay, qué cuate! -para, en seguida, soltarle al tipo-: Zero-cuarenta-y-cuatro- zincuenta-y-zinco...

En ese ambiente donde los que menos importan son los precios, choqué mi caballito de tequila con el vaso cubalibre de un abogado treintón, enamorado de sí mismo, que lleva algunos asuntos relacionados con Carlos Cabal Peniche. "No me quejo, a mí me ha ido de pocamadre, pero quiero devolver algo de lo mucho que me ha dado mi país. Yo estoy dispuesto a ser diputado federal por el partido que está formando Elba Esther Gordillo", me confesó con apasionada teatralidad, antes de comunicarme cuánto le preocupaba el ascenso "imparable" del Pejelagarto.

Fue entonces cuando otro de los que estaban a la mesa recordó un chiste en boga, que parece haber sido escrito por los asesores más cercanos a Roberto Madrazo Pintado, el día que Vicente Fox metió reversa en el golpe de Estado contra el jefe de Gobierno del Distrito Federal.

-¿Saben por qué a López Obrador le dicen el Whiskas? -preguntó, para responderse al instante, complacido-. Porque ocho de cada 10 gatos lo prefieren.

Así piensan las ratas salinistas, pensé riendo como los demás; yo estaba en calidad de espía y no iba a delatarme la acritud. Luego trajeron las sopas, después los filetes de pescado envueltos en palabras francesas y sólo con el café y los bajativos regresó el tema de la política en estos términos:

-A México -aseguró un muchacho con una luz de inteligencia en los ojos no mayor que la de Jorge Kahwagi-, a México lo que le falta es otro Aburto y otro monumento en Reforma.

Creel con sus propias palabras

Uno de los errores más graves que puede cometer un gobernante es dividir a sus gobernados y llevarlos a la confrontación. Eso fue lo que hizo, con una alegría rayana en la demencia, la torpeza de Vicente Fox. Pero a su confusa receta para sacar de las elecciones a Andrés Manuel López Obrador, el Ejecutivo, su esposa y el hombrecito de Bucareli añadieron uno de los ingredientes políticamente más peligrosos: el odio.

¿Qué motivos pudieran tener los hijos de los más ricos entre los ricos para odiar a López Obrador? ¿Acaso sus padres no se beneficiaron con la venta de cemento y acero y la renta de sofisticadas maquinarias y el desarrollo de ingenierías vanguardistas durante la construcción de los distribuidores viales? ¿Y no es ese panorama de obras y negocios, pero multiplicado por 32, lo que les reserva el futuro si el tabasqueño llega a Los Pinos?

Por su propia naturaleza el odio proviene de la irracionalidad, y ésta fue la que se apoderó de la mente de Santiago Creel cuando, como secretario de Gobernación, encargó a la empresa Filmmates Grupo PT, abastecedora de productos visuales para Televisa, la puesta en escena de mensajes enfermos que fueron difundidos varios días en horario triple A con la finalidad expresa y perversa de envenenar al gran público de la pantalla chica.

"Ella no tiene fuero. Ni ellos. Y tú tampoco tienes fuero. En una palabra, todos estamos desaforados. Y no tenemos miedo a la ley porque sabemos que somos inocentes. Sólo un gobernante culpable le tiene miedo al desafuero. Un gobernante inocente no teme perder el fuero, porque sabe que tiene toda la protección de la ley. La ley nos protege a todos. México en Paz, AC", rezaban aquellos libelos que en su momento produjeron dos efectos: enfurecer a las masas contra la hipocresía panista (y sacar a las calles a cientos de miles en defensa de López Obrador) y enardecer los ánimos de las minorías privilegiadas y temerosas de su propia sombra.

Dos semanas después del desafuero, el jueves 21 de abril, estaba en un cibercafé de Guadalajara escribiendo la crónica del mitin de apoyo a López Obrador, cuando sonó el teléfono y contestó el dueño del changarro, un jovencito panzón y tedioso, que dijo al auricular:

-La política es una mierda, todo está podrido. ¿Por qué no lo han metido a la cárcel?

El "gobierno" de Fox no sólo sembró odio en ambas márgenes del río, en su contra y en su favor, sino que además ha defraudado a sus propios adeptos y esto sólo aumentará en ellos la tentación de la violencia. Atrapado con las manos en la masa, desnudado por la impecable revelación que la reportera Alma E. Muñoz publicó ayer en la primera página de La Jornada, Creel debe salir, pero ya, del gabinetazo. Como cadáver político que es desde hace muchos meses, sólo genera una pestilencia nauseabunda, y si ya no le sirve de nada al país, nadie entiende por qué no renuncia de una vez a la política y a la protección que le brinda su alto cargo. ¿Habrá dejado de pensar que "un gobernante inocente no teme perder el fuero, porque sabe que tiene toda la protección de la ley"?

De los Santos friega

Pero seamos francos. Para decirlo con una famosa expresión del gran escritor estadunidense Robert Rossen, autor de esa inolvidable novela llamada Todos los hombres del rey, Creel no es ya sino "algo que sucede en el frío cerebro de una vaca". Punto. Ojalá sea candidato presidencial y voten por él su hermana, los hijos de la señora Sahagún y algunos panistas más. Lo grave, lo preocupante del momento que vivimos, es el absoluto vacío de poder en que va a procesarse, nada más y nada menos, la transmisión del poder.

Emulo del autoritarismo sin destino ni proyecto de Fox, el gobernador de San Luis Potosí, Marcelo de los Santos Fraga, ha declarado la guerra a La Jornada de aquella entidad en venganza porque esta casa editorial, con sus denuncias y alegatos, impidió la consumación del proyecto Minera San Xavier que iba a causar terribles estropicios en la capital del estado, comenzando por la contaminación del agua potable.

Furibundos porque La Jornada potosina dio voz a cinco empleados de la casa de gobierno que fueron despedidos "por ingratos" cuando intentaron sindicalizarse, don Marcelo y su esposa (versión local de la inefable Martita que hay quizá en toda pareja del PAN) han decido llevar a la práctica la máxima foxista de que las sociedades son más felices cuando no leen periódicos. Eso lo convierte en un fenómeno digno de ser vigilado y combatido con el mayor entusiasmo democrático.

La estulticia del gobernador De los Santos y la ilegalidad en que desempeñan sus funciones los 360 diputados que ordenaron indebidamente la destitución de López Obrador; la actitud odiosa (pero recompensada con un salario de más de 600 mil pesos mensuales) que guarda el presidente de la Suprema Corte, ahora al violar de nuevo la Constitución dándole a Fox una razón que desde luego no tiene en la controversia con el Poder Legislativo acerca del presupuesto federal de 2005, y desde luego el desorden mental que impera en Los Pinos son elementos que confirman de sobra los temores del diplomático estadunidense respecto del futuro de México. Entiéndase: todo puede estallar, de la noche a la mañana, si desaparece de la escena pública el más importante factor de estabilidad que el país posee en la persona y en la figura política de López Obrador.

Buena respuesta al CCU

Tras la convocatoria publicada el sábado anterior en este espacio, para que empezaran a inscribirse los microrganismos sociales y los individuos interesados en participar en el Congreso de los Ciudadanos Unidos (CCU), han llegado hasta ahora 127 cartas procedentes de Jalisco, Sonora, Nuevo León, Tamaulipas, México, Morelos, Guerrero, Oaxaca, Quintana Roo y el Distrito Federal. A quienes han escrito queremos decirles desde aquí lo que pronto recibirán, con más amplitud, en sus buzones.

Para que el congreso sea legítimo debemos cumplir tres etapas: realizar, primero, encuentros en por lo menos 22 de las entidades federativas del país; después, conferencias preparatorias regionales, y por último la gran reunión plenaria a más tardar en febrero de 2006. De lo que se trata, hay que repetirlo, es de construir una fuerza independiente del PRD que le aporte, como mínimo, un millón de votos a López Obrador y contribuya a ganar la mayoría en las dos cámaras del Congreso de la Unión. Seguiremos informando.

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