Muestra-homenaje en el museo del Chopo por sus 50 años de trayectoria creativa

Bragar abandona las obras figurativas para explorar las tonalidades del color

El artista sólo utilizará dos o tres, ''entre ellos el gris, no el negro ni el blanco''

De forma paralela se presentan otras cinco exposiciones individuales en ese recinto

CARLOS PAUL

Después de pintar durante 50 años obras figurativas, el artista Philip F. Bragar rompe con ese estilo y decide regresar a lo básico, utilizando únicamente ''dos o tres colores" para explorar y experimentar sus múltiples tonalidades.

Bragar en el Chopo. Transición es la exposición en la que presenta parte de su trabajo de ésta, su nueva etapa, y que sirve como un homenaje por sus cinco décadas de trayectoria creativa.

Como el título de la muestra indica, comenta el pintor, es una transición. ''Después de muchos años de pintar paisajes y obras con un estilo figurativo expresionista y de acuerdo con los cambios internos que uno como artista siente profundamente, es que he decidido empezar desde el principio, usando e investigando las posibilidades de dos o tres colores y el gris, no el negro y el blanco".

Esta nueva obra de Bragar, explica Martha Papadimitriou, curadora del Museo Universitario del Chopo, donde se presenta la exposición, ''tiene un aire más poético, onírico, ya que estos cuadros de mediano y gran formato llevan como título Viento interior. Lo que el artista comunica ahora son de alguna manera atmósferas".

La exposición, continúa el pintor, ''va a ser una sorpresa para las personas que conocen mi trabajo, pues siempre fue muy fuerte y ahora exploro diversas tonalidades. La creatividad -concluye- es como una bolita de mercurio que siempre cambia de forma y por ello siempre es importante aprender a dirigir las emociones interiores que siente el creador en relación con su obra y su entorno, como sucede en esta nueva etapa de mi trayectoria".

Línea continua, instalación de gran formato

Junto con la muestra de Bragar, se presentan otras cinco exposiciones individuales más. La escultora y ceramista Carmen Lang expone 28 piezas ''eróticas sin llegar a ser pornográficas", cuyo tema central es el futbol.

La idea de esta exposición titulada Terreno de juego es, por un lado, que el público se acerque a la pieza de una manera íntima, ya que son de pequeño formato, y por otro, el propósito es poner de manifiesto ''esos deseos oscuros que a veces exhiben los seres humanos; en este caso hombres y mujeres futbolistas", explica Lang.

En cada una de las piezas se combinan diversas acciones futbolísticas con lo que ''pienso sienten esos jugadores cuando se dejan llevar por la pasión erótica".

Así, ''se exhiben actitudes que indican que más que igualdad entre los sexos, existe confusión. Mujeres y hombres intentan imitar lo característico de unos y otros. Más que igualarse en inteligencia y sensibilidad, de profundizar en la esencia de lo que es lo masculino o femenino, imitan sólo aspectos superficiales.

''Ellas en un primer impulso se tocan los genitales con actitud machista, mientras que ellos, por decirlo de alguna manera y sin que esto quiera decir que son travestis u homosexuales, corren a ponerse las zapatillas."

Por su parte, la también ceramista veracruzana Elsa Naveda presenta 25 piezas En la búsqueda del cielo, muestra con obras que retoman a la torre como símbolo de ascensión espiritual del ser humano.

La figura de la torre fue elegida por esta creadora por su analogía con el hombre y sus anhelos de crecer, así como por sus incertidumbres.

El ilustrador y dibujante francés Bruno Fourere expone 58 obras entre ilustraciones y juguetes escultóricos, con los que recrea ambientes y personajes bíblicos como Noé y Jonás, presenta además esculturas en papel recortado, maquetas de nacimientos y ofrendas de muertos.

Estas obras creadas para el público infantil se reúnen con el título Opera de papel y constituyen 20 años de quehacer artístico.

Dichos dibujos e ilustraciones ''son de una belleza y dulzura extraordinarias, pero al mismo tiempo son muy fuertes" explicó Papadimitriou.

Línea continua es la instalación de gran formato que ocupará toda una sala del Museo Universitario del Chopo, creada por el joven artista Rubén Morales Lara, quien define su trabajo como ''una intervención gráfico-escultórica", en la que predomina el uso de la escultura y la línea y el punto.

El espectador podrá recorrer esta obra ''por dentro y por fuera" con el propósito de que pueda reconocer con facilidad los elementos que la conforman.

Finalmente, en una sala alternativa del museo se presentará una instalación de la diseñadora Ofelia Murrieta, integrada por péndulos de plata y piedras semipreciosas, la cual se titula Péndulos, suelos del alba.

Las seis exposiciones se pueden apreciar en el Museo Universitario del Chopo (Dr. Enrique González Martínez 10, colonia Santa María la Ribera).