"¡Qué envidia!", expresa ante la apertura boliviana
Fox: "aún me siento más empresario que político"
"Los medios me tupen duro, pero no importa", sostiene
La Paz, 3 de mayo. "¡Pues qué envidia!", exclamó el presidente Vicente Fox al enterarse por conducto de su homólogo de Bolivia, Carlos Mesa, que pese a las diferencias y controversias sobre la Ley de Hidrocarburos, ninguna fuerza en el Congreso de ese país se opone a la participación de capital privado en el sector energético. El mensaje que trajo el mandatario mexicano en esta visita es que se requiere del gas natural de esta nación del Cono Sur.
"Porque a final de cuentas -confesó casi al cierre de su gira ante empresarios- todavía me siento más empresario que político". A sabiendas del impacto de su comentario, admitió: "Sé que los medios me agarran cuando digo eso y me tupen duro, pero no importa".
En todos los foros donde se presentó desde su llegada a La Paz, Fox ha insistido en la conveniencia de establecer un acuerdo sobre gas con esta nación, pero por lo pronto lo único que logró fue la formación de una comisión binacional que busque avanzar en este tema.
Apoyo congresista al EZLN
Pero el espejo de la realidad social mexicana se reflejó aquí -donde existe un poderoso movimiento indígena que encabeza Evo Morales, líder cocalero que no se encontró con Fox- porque en este viaje cinco diputados y senadores del Movimiento al Socialismo permanecieron encapuchados a lo largo de la sesión solemne del Congreso en la que intervino el mandatario visitante.
Sin otro símbolo que pasamontañas azules y negros ni más expresión que su silencio, Iván Morales, Germán Yugra, Félix Santos, Bonifaz Bellido y Alejandro Zapata demostraron de ese modo, según declararon más tarde, apoyo al EZLN y rechazo a lo que definieron como gestión "pro norteamericana" de Fox.
En otro asunto, Fox desestimó la valoración del Fondo Monetario Internacional, según la cual el país ya no está entre las 10 principales economías del mundo. "Se trata de pronósticos no necesariamente compartidos y, por tanto, no deben darse como un hecho", expuso.
Luego se sumergió en una explicación: "Las economías emergentes relacionadas con el euro han tenido en dos años gran ventaja en la medición de su PIB, índice que se calcula normalmente en dólares, pero, como la moneda europea está muy sobrevaluada frente al dólar, ha hecho que este tipo de cosas sucedan".
Pidió hacer comparaciones en términos más objetivos, pero en el tema del gas natural boliviano Fox no tuvo ningún accidente verbal al recalcar el interés por obtener este energético. Convino en que no hay plazos fatales, ya que serán términos de mercado los que impondrán los tiempos para su adquisición. Pero lo importante, subrayó, es tomar decisiones para el mejor beneficio de la ciudadanía.
Y si bien frente a su invitado, los congresistas de su país y los medios de comunicación de Bolivia, Carlos Mesa insistió en que no hay riesgo de una nueva crisis de su democracia frente a la controvertida Ley de Hidrocarburos que está por aprobarse, sí subrayó que no conoce "ninguna representación en el parlamento, en los partidos y agrupaciones existentes, que haya expresado claramente una línea contraria a la inversión extranjera".
Fue enseguida que Fox manifestó su "envidia" por la aceptación local de sumar inversión privada y pública, "ni siquiera necesariamente extranjera, porque puede ser boliviana que entre también a participar en energía".
Porque, añadió, es una fórmula ganadora que tienen y gozan todos los países del mundo, salvo excepciones. Para el caso de México, dijo que su criterio consiste, en primer término, en garantizar la soberanía y propiedad del recurso energético, y a partir de ahí buscar esquemas que beneficien a la ciudadanía. Se trata, prosiguió, de dejar claro que mientras el recurso natural es finito, el talento y el capital humano son infinitos, pues la riqueza de una nación está en su gente.
Pese al ensayo retórico de que su viaje a Bolivia obedece sobre todo a "un espíritu de colaboración, de solidaridad y de hermandad", el tema del gas vinculó a Mesa y a Fox por encima de cualquier otro, no obstante haber acordado además transacciones comerciales para la exportación de soya boliviana a México.
La cuestión central en los vínculos comerciales de ambos países es que pese a tener suscrito desde hace 10 años un tratado de libre comercio, los intercambios de mercancías han sido exiguos, como definió el presidente anfitrión.
De ese modo, mientras Fox salió de Bolivia confiado de su gobierno y de la seguridad jurídica para cualquier transacción, intercambio o inversión que se desarrolle, de nuevo buscó dejar una lección política: diálgo, debate y conciliación de diferencias, expuso ante el Congreso, nunca serán elementos de división.
Y tal vez contagiado por su invitado, pero también con la clara evidencia de la controversia política que encara y cuyo desenlace es imprevisible, Carlos Mesa secundó: "Tolerancia, consenso y paz son los instrumentos más importantes que he utilizado y que seguiré utilizando".