Usted está aquí: martes 3 de mayo de 2005 Opinión ITACATE

ITACATE

Cristina Barros y Marco Buenrostro

La Santa Cruz

LA SANTA CRUZ es la patrona del gremio de los salineros de San Miguel Ixtapan, población ubicada al sur del estado de México, que por cientos de años ha conservado sus tradiciones, pues se considera zona de refugio, esto es, un lugar apartado donde los grupos indígenas encontraban independencia respecto de los colonizadores.

PARA LOS SALINEROS de la época prehispánica, el ciclo de secas iba de octubre a junio. Los calores y la falta de lluvias permiten que la sal cuaje con mayor facilidad. El último día de la estación de secas o tonalco y el primer día de la estación de lluvias o xopan, coinciden con el día 3 de mayo del calendario que utilizamos hoy. La diosa prehispánica de la sal es Huixtocíhuatl.

EN SAN MIGUEL Ixtapan, la época de mayor trabajo y producción para los salineros abarca los meses de marzo y abril, pues en la cañada la temperatura oscila entre 30 y 40 grados centígrados. A mediados de mayo empezarán los vientos que traerán las nubes de lluvia, pero que también depositarán muy pronto polvo en los cajetes donde se hace la sal; entonces termina el trabajo.

DEL 1° AL 5 de mayo, escribe Alberto Mata Alpuche en su libro Los salineros de San Miguel Ixtapan (Instituto Mexiquense de Cultura, 1999), se llevarán a cabo sucesivas veladas en los ríos donde hay parajes salineros. Uno de estos parajes es Huiztallo.

COMO EN TODAS las celebraciones de nuestras comunidades, el trabajo es colectivo. Lo coordina un principal que distribuye las tareas: unos conseguirán a los músicos, otros comprarán las ceras y los cuetes; las mujeres elaboran los alimentos.

DESDE TEMPRANO SE inicia la preparación de la comida; las mujeres van al campo a recolectar las flores con que se adornará la capilla cercana al paraje. Los salineros habrán invitado a sus familiares y amigos que pasarán la noche en amena tertulia.

AL ANOCHECER, LOS grupos se reúnen y cargados con la comida inician el descenso por la cañada de Ixtapan con lámparas en la mano. Al llegar se sirve a los adultos café y ponche con alcohol de caña y también mezcal. Los niños localizan los sitios donde hay veneros en que brota agua salada y en cada uno colocan una cera encendida que se mantendrá así durante la noche.

LOS DISTINTOS GRUPOS se acomodan en los playones del río ''formando pequeños círculos, al centro una lámpara de petróleo ilumina los rostros". La velada da comienzo con música, posteriormente se sirve la cena. Esta consiste usualmente en mole con pollo, tamales y tortillas.

LA REINA DEL paraje es una cruz sobre la que se habrá cubierto con cadenas de flores; a los lados habrá cirios encendidos. Uno de los salineros dirigirá la oración a la Santa Cruz, agradeciéndole los favores recibidos durante la recolección y solicitando su protección y apoyo para el siguiente ciclo. Por la mañana, el principal ofrecerá un almuerzo a quienes los acompañaron a velar.

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