Usted está aquí: martes 3 de mayo de 2005 Economía Nueva fiebre del petróleo en EU

Nueva fiebre del petróleo en EU

Las empresas se enfocan en áreas de California donde aún se les permite operar, mientras presionan para eliminar las prohibiciones de nuevas exploraciones

''Lo triste es que sólo en 10% de las aguas de EU fuera de Alaska podemos aplicar la mejor tecnología energética del mundo'', dijo el ejecutivo en jefe de la empresa Nobel Energy

Economist Intelligence Unit /The Economist

Ampliar la imagen Parte de la refiner�de petr� Citgo, en Lemont, Illinois, cerca de Chicago. En Estados Unidos, California ha prohibido durante muchos a�la nueva exploraci�etrolera en aguas estatales, a fin de cuidar su ambiente FOTO Reuters

Mientras el Congreso estadunidense se encamina a abrir áreas protegidas de Alaska a la perforación petrolera, la actividad de las compañías energéticas se dirige a las aguas costeras de California, donde, durante más de dos décadas, se han impedido nuevas exploraciones.

Las empresas perforadoras reconstruyen pozos y consideran resucitar viejas plataformas en los lugares donde se permite la exploración. Intentan extender el plazo de las concesiones sobre regiones costeras sin utilizar, las cuales poseen un estimado de mil millones de barriles de crudo y 500 mil millones de pies cúbicos de gas natural, que a las compañías petroleras se les ha prohibido explotar.

Lo más controversial de todo es que la industria petrolera ha venido presionando en silencio para que se supriman las prohibiciones federales de nuevas exploraciones en la costa de California, provocando las protestas de grupos ambientalistas.

Las maniobras ocurren mientras el Congreso se esfuerza en una legislación energética general dirigida a incrementar los suministros domésticos de crudo y gas natural. Impulsados por los explosivos precios de los energéticos, el Senado y la Cámara de Representantes han aprobado medidas autónomas que levantan la moratoria federal sobre la perforación en una parte del Refugio Artico de Vida Silvestre, conocido como ANWR por sus siglas en inglés.

La legislación sólo se ocupa de manera tangencial de la perforación petrolera, pero los opositores se preocupan de que los precios casi récord de los energéticos puedan crear el estímulo suficiente para moderar las añejas prohibiciones sobre la perforación en las aguas de California y en ciertas zonas de la costa atlántica y del Golfo de México.

''Estamos sacrificando áreas vírgenes por la falsa idea de que eso atemperará en el futuro los altos precios del gas, lo cual simplemente no es verdad'', dijo David Newman, vocero del Consejo para la Defensa de los Recursos Naturales, una de las 10 organizaciones ambientalistas que recientemente demandaron a la administración Bush por recomendar la extensión de 36 concesiones de regiones sin desarrollar frente a la costa de California.

A partir de que en 1896 se perforó en esa nación el primer pozo marítimo desde una plataforma de madera en Summerland, exactamente al sur de Santa Bárbara, las aguas de la mitad sureña del estado han producido un flujo constante de hidrocarburos... y controversia.

La sensibilidad de los californianos se exacerbó desde que, en 1969, la descompostura de un pozo petrolero ocasionó un derrame que contaminó las playas del sur de California.

Casi media docena de compañías extraen petróleo y gas natural en aguas federales y estatales, desde la bahía de Huntington hasta San Luis Obispo. En 2004 extrajeron casi 24 millones de barriles de petróleo y 47 mil millones de gas natural: cerca de 16% de la producción petrolera de California y aproximadamente 14% de la de gas natural.

Ante los precios altos y con una producción en declive en años recientes, las empresas invierten en nuevos pozos y reconstruyen los viejos. Muchas son pequeñas compañías independientes que compraron las propiedades de prestigiosas empresas petroleras cuando los precios del crudo eran mucho más bajos y las ganancias del espeso petróleo de la región eran elusivas.

Por ejemplo, la compañía Venoco, con sede en Carpenteria, evalúa reiniciar la producción petrolífera en una de sus plataformas, frente al condado de Santa Bárbara. Dicha plataforma está ''encerrada'', lo que en la jerga de la industria significa que sus columnas sumergidas fueron cegadas con concreto.

La plataforma, bautizada como Grace, es también el hogar propuesto de una terminal para recibir gas licuado natural. Por ahora Grace sirve de estación de paso para el petróleo de la vecina plataforma Gail de Venoco, que es enviado a la ribera a través de una tubería.

''La economía ha cambiado; ha ido de los precios más bajos que se han registrado a los más altos'', expresó el vocero de Venoco, Mike Edwards. ''El negocio del petróleo y del gas es pura economía, nada más.''

Otra plataforma inactiva, a casi 15 km de Long Beach, podría volver a producir.

La empresa Pacific Energy está en pláticas con Aera Energy de Bakersfield sobre el restablecimiento conjunto de la plataforma Eureka, una de las tres que Aera opera en la zona, informó Vladimir Katic, presidente de Pacific Energy, asentada en Long Beach.

En los últimos meses Exxon Mobil y Arguello Inc. terminaron nuevos pozos frente a California, el 14 y el tercero, respectivamente, para cada compañía, dijo John Romero, vocero del Servicio de Administración de Minerales del Departamento del Interior, que maneja los recursos energéticos marítimos de la nación. La perforación en las aguas de la costa oeste no alcanza de ningún modo a sustentar un auge, pero puede caracterizarse como una ''actividad estable''.

Las más de 12 compañías que poseen las concesiones de los 36 territorios sin desarrollar presionan a la Casa Blanca para que les permita perforar o revender las concesiones que les fueron otorgadas desde 1968 hasta los primeros años de la década de los ochenta en aguas a menos de tres millas náuticas frente a la costa.

California ha prohibido durante muchos años la nueva exploración en aguas estatales, que son las ubicadas en esas tres millas, para las que no se han otorgado aún concesiones. La perforación en las nuevas áreas federales sin desarrollar fue prohibida por una moratoria presidencial decretada en 1990, que expirará en 2012, y por una moratoria del Congreso que ha sido renovada cada año desde su expedición, en 1981.

El director del Servicio de Administración de Minerales, Rejane Burton, expresó en un foro del Senado que la agencia ha negociado durante tres años la recompra de las concesiones, pero no le ha sido posible acordar un precio, según Platts, servicio de noticias energéticas.

El servicio de administración expresó en febrero que no encontraba un ''impacto significativo'' en el medio ambiente derivado de la prórroga de las concesiones costeras. Se supone que las concesiones dejarían de tener vigencia en cinco o 10 años si no eran desarrolladas, pero la agencia las ha prorrogado en repetidas ocasiones a pedido de las petroleras.

Lo anterior provocó que numerosos grupos ecologistas iniciaran un litigio el 8 de marzo, acusando a la agencia de minimizar el efecto que la prórroga de dichas concesiones tendría en el océano y en los ecosistemas costeros. Si bien no pueden perforar en las extensiones concesionadas, las empresas pueden llevar a cabo actividad de investigación, lo que, según la afirmación de los críticos, daña la vida marina.

Funcionarios del gobierno dicen que el dictamen del Servicio de Administración de Minerales es sólo un paso en un prolongado proceso. Las recomendaciones de la agencia están ahora en la Comisión Costera de California, la cual debe garantizar que cualquier actividad frente a la costa se sujete a las leyes ambientales del estado.

''Siendo realistas, cualquier perforación tardaría años en llevarse a cabo. Algunos de los proyectos, si llegan, estarían dentro de cinco o 10 años'', dice Romero, vocero de la agencia.

David Glazer, abogado del Departamento de Justicia, rehusó hacer comentarios sobre el juicio, pero dijo que la respuesta del gobierno se daría en los primeros días de mayo.

Para los conservacionistas y para algunos políticos, el progreso de la legislación energética federal y las recomendaciones del gobierno sobre las concesiones costeras son señales de un movimiento que permitirá a las compañías petroleras entrar a zonas intocadas. Además de expandir la exploración en Alaska, la Cámara de Representantes y el Senado votaron por separado para que las aguas costeras se sujeten a la jurisdicción del Departamento del Interior, lo que según los funcionarios estatales y ambientalistas podría reducir el control del Estado.

En una audiencia sobre la perforación costera, un representante de la industria se quejó ante el Comité de Energía y Recursos Naturales del Senado de las restricciones en la exploración energética doméstica.

''Lo triste es que sólo en 10% de las aguas de EU fuera de Alaska podemos aplicar la mejor tecnología energética del mundo'', dice el ejecutivo en jefe de la empresa Nobel Energy, Charles Davidson, quien también habla en nombre de la Asociación Petrolera Independiente de Estados Unidos.

En esa audiencia la senadora demócrata Dianne Feinstein dijo que la mayoría de los californianos están en contra de la perforación en aguas costeras.

''Los californianos están familiarizados con las consecuencias de la perforación costera'', dice Feinstein, refiriéndose al derrame de 1969 que ''mató miles de aves, así como delfines, focas y otros animales. Sabemos que esto puede pasar de nuevo''.

El gobernador Arnold Schwarzenegger ha mantenido su resistencia a cualquier incremento en la perforación costera. En una misiva del 4 de abril, el secretario de Recursos de California, Mike Chrisman, dijo que el estado está en contra de ''cualquier esfuerzo para levantar la moratoria del Congreso sobre las actividades costeras de las concesiones de crudo y gas''.

Los ambientalistas dicen que un esfuerzo de esa naturaleza es evidente en el borrador de la legislación que preparó la fracción republicana del Comité de Recursos de la Cámara de Representantes.

Algunos no están seguros de que la industria del petróleo esté preparada para la perforación marítima. El analista de energía Fadel Gheit, de la compañía Oppenheimer, dijo que las empresas petroleras recuerdan las difíciles aguas que ChevronTexaco encontró cuando desarrolló el proyecto Point Arguello en la década de los ochenta.

La perforación se detuvo durante años por procesos legales, papeleo y la oposición política de grupos locales. Su costo fue de 2 mil 600 mdd y rindió menos crudo del esperado. ''La industria no está dispuesta a otro desastre como ese'', dijo Gheit.

Pero H. Sterling Burnett, decano del imparcial y no lucrativo Centro Nacional para el Análisis de Políticas, con sede en Washington, dice que los representantes de la industria energética están ansiosos por explotar la plataforma continental externa, donde las inexploradas reservas energéticas pueden ser más grandes de lo estimado, quizá mayores que las de Alaska.

''Las compañías no lucharían por obtener la prórroga de las concesiones si no pensaran que existe la posibilidad de un gran descubrimiento'', dijo Burnett. ''Nosotros suponemos que hay más petróleo en la costa que en ANWR."

FUENTE: EIU/INFO-E

 
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