Representa el conservadurismo recalcitrante Ante la elección del Papa Benedicto XVI urge reforzar el Estado laico en Latinoamérica * Desconoce los avances de los derechos humanos de las mujeres: Católicas por el Derecho a Decidir * Debería levantar la prohibición sobre el uso del condón, reclaman Feministas católicas señalaron que los dos grandes retos del nuevo Papa Benedicto XVI, Joseph Ratzinger, son afrontar “la crisis de abuso sexual por parte del clero” y las políticas acerca del uso del condón para evitar el VIH-Sida. Asimismo se mostraron preocupadas por el futuro de su iglesia ante la elección de este hombre, quien durante el tiempo que ocupó el cargo de Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (antes Tribunal de la Santa Inquisición) “impuso la disciplina, suprimió la discusión y silenció las voces disidentes”. La organización Católicas por el Derecho a Decidir, sección México, lamentó en un comunicado que la Iglesia católica no dé respuesta a los creyentes en el sentido de ser más incluyente, respetuosa de las diferencias y defensora de los derechos humanos. Ratzinger es responsable de varios documentos, informaron, de tipo conservador, en los que “desconoce el papel de otras religiones del mundo”, “hace un llamado a los políticos laicos para que rechacen programas y leyes que no coincidan con la fe y la moral católica”, pronunciándose así en contra de la separación de la Iglesia y el Estado. De igual forma, Ratzinger, dicen, ha desconocido a lesbianas y homosexuales, al declarar que “no se puede hacer una analogía entre las uniones homosexuales, el matrimonio y la familia, porque va en contra de los valores morales fundamentales y la instrucción matrimonial”. Ve esas preferencias sexuales como “un mal moral intrínseco”. En relación con las mujeres, el nuevo Papa ha dicho que su papel fundamental en la sociedad “es la maternidad y el cuidado de los otros, y refuerza su subordinación al hombre desconociendo los avances de los derechos humanos de las mujeres y la equidad de género, reconocida a nivel mundial”. Si Joseph Ratzinger tiene “voluntad de sanear las fracturas internas”, dicen, “de inmediato” debería reunirse con los y las sobrevivientes de abuso sexual y levantar la prohibición sobre el uso del condón. Puntualizaron que esperan de este pontificado su congruencia con el Concilio Vaticano II, del que él fue partícipe, donde se planteó recuperar el mensaje evangélico de solidaridad con los pobres y excluidos; el reconocimiento de los avances científicos en temas como la anticoncepción; que se admitan las prácticas y las necesidades de la comunidad católica; se respete y defienda la libertad de conciencia como base de la dignidad humana, así como el reconocimiento de las diversas teologías, el respeto a la pluralidad y se combata la polarización al interior de la Iglesia. Las feministas católicas coinciden en que la elección de Ratzinger es un “balde de agua fría” para las mujeres organizadas y el sector progresista de la Iglesia católica. Ratzinger –conocido en su natal Alemania como “el gran inquisidor”– se opone al sacerdocio de las mujeres, condena el feminismo y representa la continuidad del conservadurismo recalcitrante. Por otra parte, Judith VanOsdol, reverenda y coordinadora de la Pastoral de las Mujeres y Justicia de Género del Consejo Latinoamericano de Iglesias (CLAI) pidió solidarizarse con las mujeres católicas “por la penosa noticia” del nombramiento. Gioconda Espina, Coordinadora de Investigación del Centro de Estudios de la Mujer de la Universidad Central de Venezuela, comentó a su vez que “dado que cualquiera que esté en el Vaticano tiene tanto que ver con nuestras camas, nuestros cuerpos y los de nuestras hijas y nietas, nuestra orientación sexual y decisión sobre la hora de tener o no un embarazo, el uso o no de anticonceptivos, el derecho a confesar, a dirigir la misa, dar la comunión y casar, el derecho a ejercer el obispado, arzobispado, cardenalato y papado, entre otros derechos, no me queda más que darles mi más sentido pésame, especialmente a las más jóvenes. Queda mucho por trabajar dentro de la Iglesia”. En la Congregación para
la Doctrina de la Fe, Ratzinger se hizo famoso como “el Cardenal
del no”, por censurar y criticar aquello que a su parecer “atentaba”
contra los “valores morales”: medicina asistida, eutanasia,
uso de anticonceptivos (en especial el condón), uniones de personas
del mismo sexo, feminismo, comunismo, liberalismo, individualismo y
participación de la mujer en la Iglesia, entre otras cosas. (Con
información de MujeresHoy.com y Notiese) |