Feministas rechazan el uso faccioso
del aparato de Rosa Rojas El llamado a la resistencia civil pacífica contra el golpe de Estado preventivo que el gobierno del presidente Vicente Fox pretende dar al Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), con el uso faccioso del aparato de justicia para eliminarlo de la contienda presidencial del 2006, ha convocado también a feministas de las diversas corrientes que existen, no sólo en la ciudad de México sino en el país. El discurso de respeto irrestricto a la ley que el gobierno federal ha utilizado para tratar de vendernos a los y las ciudadanas que el acoso contra AMLO es sólo un asunto judicial, ha quedado desenmascarado, tanto por la forma selectiva en que se aplica la justicia –para muestra los casos de Amigos de Fox, el rebase de topes de campaña de Santiago Creel, el Pemexgate, la Lotería Nacional, el del gobernador panista de Morelos, etcétera–, como por el rechazo del juez Juan José Olvera López a obsequiar la orden de presentación solicitada contra el Jefe de Gobierno por la Procuraduría General de la República (PGR). La respuesta de las feministas ha sido variopinta. Unas, como las que se manifestaron el 21 de abril ante la representación del Poder Judicial en la capital oaxaqueña, exigen que los ministros de la Suprema Corte de Justicia “tengan a bien actuar con imparcialidad, inteligencia y responsabilidad histórica”; otras participaron en grupo en la marcha del 24 de abril en el DF con una manta que clamaba “Por el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos y gobiernos: Feministas Agraviadas”. Muchas más marcharon desbalagadas en los múltiples contingentes. Otras proclaman desde la Web, como en el sitio de Creatividad Feminista, su indignación frente al atropello a la democracia que se pretende perpetrar desde el poder: “AMLO no es nuestro santo (no creemos en patriarcales santos ni en caudillos), pero la democracia (social y participativa) es nuestra pasión ¡NO AL DESAFUERO! ¡Es el huevo de la serpiente! Feministas Autónomas de México. Ciertamente esta participación no es un cheque en blanco. Hay vacíos programáticos que deben ser llenados y actitudes que requieren cambio –en el DF se nos ha quedado a deber, entre otras cosas, el plebiscito y el referendum en serio, no a telefonazos– antes de pensar en refrendarla en las urnas si se logra evitar que el abuso de poder desestabilice al país |