Usted está aquí: sábado 30 de abril de 2005 Capital Una familia estable, sin agresiones ni gritos, deseo de los niños en su día

También añoran que los políticos dejen de pelearse por la Presidencia

Una familia estable, sin agresiones ni gritos, deseo de los niños en su día

JOSEFINA QUINTERO

Ampliar la imagen A Dan Misael D� y Adriana Madrigal Nieto les preocupa la lucha de los pol�cos por el poder FOTO Josefina Quintero

Ser parte de una familia estable, "sin gritos, sin golpes ni malos tratos, donde ha-ya comida", es el deseo de algunos niños que viven en la capital. También quieren un México "que no tenga robos ni se venda droga ni se cometan abusos contra los pequeños". Muchos menores saben, han oído, del proceso de desafuero del jefe de Gobierno, pero no se desgastan en la política: les divierten más los Simpson.

Dan Misael Díaz García ve a México como un país donde "los gobernantes siempre se pelean mucho por decidir (quién ocupa) la Presidencia y cuántos votos tienen". A sus 10 años desea que no haya guerras ni tampoco gente pobre. Si pudiera pedir un deseo le gustaría "tener un banco para pensar que tiene mucho dinero y ayudar a las personas".

Para el pequeño, quien tiene como ídolos a Los Increíbles, el jefe de Gobierno "es un hombre bueno que ayuda a mucha gente y a los viejitos". Mientras que para Adriana Madrigal, Andrés Manuel López Obrador es un "político que hace puentes en la ciudad", pero no le simpatiza.

Adriana cursa el sexto año de primaria. En estos días lee sobre la vida de Juan Pablo II; le gusta nadar y de grande quisiera ser química. El deseo de Verónica Julia, sin embargo, es dejar de pedir dinero en los cruceros. De pequeña no le importaba, pero ahora, a sus 12 años, le da pena, y lo que más la hace enojar son "las malas caras de la gente y que le cierren la ventana cuando se acerca".

Todos los días se traslada de Santa Martha Acatitla al centro de la ciudad para pedir dinero, tiene 11 hermanos y su ma-yor deseo es trabajar de mesera, "porque sólo se sirve y dan propina". Asegura que no tiene preocupaciones y se divierte con la televisión; sus programas favoritos son las telenovelas y El chavo del ocho.

Pocos hablan con sus padres

Los pequeños señalan que no les gustan los pleitos de sus padres; tampoco que les peguen, y desean tener una familia unida, poder jugar, tener ropa y juguetes.

Pocos hablan con sus padres, algunos sólo los consultan o escuchan lo que ellos dicen. Sus mejores confidentes son los amigos, a quienes cuentan sus problemas. Tienen más confianza en su madre y a su padre lo respetan porque es el más enojón.

Para Frida Alexandra Mondragón Bravo, un amigo es una "persona fiel, que te escucha y no le cuenta a nadie tus problemas". La pequeña de nueve años quiere estudiar comunicaciones internacionales para tener contacto con la gente de otros países. También le gustaría ser como Lisa Simpson.

Por su parte, el mayor deseo de Israel Arispe es tener una familia y una casa adónde llegar. El menor lleva seis años viviendo en la calle; salió de su hogar porque no le gustaban los malos tratos ni que su padre golpeara a su mamá. Lo más importante para él en este momento es dejar las drogas. Ya no consume cocaína y sólo de vez en cuando agarra la mona (estopa mojada con tíner).

Al hablar de su vida, Israel recuerda las veces en que estuvo en el Consejo Tutelar. A sus 15 años ha recorrido varias instituciones de apoyo a niños de la calle, conoce la Casa Alianza, Hogares Providencia y otros más, pero prefiere la "libertad de la ciudad".

En la calle, comenta, "ya casi no hay morritos, muchos se murieron atropellados o se les pasó la mano con el activo. Los más chicos andamos entre los 14 y 16 años". Para el menor todos quienes viven en la calle son sus carnales, pero su hermano es El Gordo, "ése sí es mi valedor".

Israel recuerda que nunca pudo platicar con sus padres. "Todo el tiempo se peleaban, por eso me salí".

Su felicidad en este momento es Sarahí, su novia. Su tristeza, en cambio, es recordar la última vez que vio a su madre: "Le hablé porque estaba en el Consejo Tutelar y quería que me ayudara, pero me dijo: 'olvídate que tienes madre'". Está consciente de que ya no es un niño, pero en este día, por qué no, lo que más desea es tener un carrito.

 
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