Reforzar sus mensajes, el objetivo, dicen observadores

La rueda de prensa de Bush, sin un solo elemento novedoso

AFP

Washington, 28 de abril. La conferencia de prensa con que el presidente estadunidense, George W. Bush, marcó los primeros 100 días de su segundo mandato sorprendió a todos, pero por no haber contenido un sólo elemento novedoso en su discurso.

Según observadores, el objetivo de Bush era reforzar sus mensajes ya conocidos en horario pico (prime time) de televisión, es decir nocturno, con el más amplio público televidente en todo el país.

Como lo hizo en su campaña electoral, Bush advirtió que el sistema de pensiones de Estados Unidos está por entrar en quiebra. La oposición demócrata argumenta que la reforma de Bush derivaría de hecho en la privatización de este sistema básico.

Bush sugirió que una opción de inversión bajo este plan para las cuentas privadas permitiría que los estadunidenses destinen fondos a los bonos del Tesoro, considerados una opción de inversión menos riesgosa que el mercado de valores.

Añadió que éste no es un tema que deba emplearse con fines partidistas, por lo que aseguró que escuchará buenas ideas, aunque vengan de demócratas.

Además, Bush prometió a los estadunidenses que hará lo posible para reducir el precio de la energía que ha comenzado a impactar en el crecimiento de la primera economía mundial.

"Millones de familias estadunidenses y de pequeñas empresas sufren a causa del alza del precio del combustible. Mi gobierno ha hecho todo lo necesario para tener un precio de combustible más accesible".

Al hablar de "prioridad vital para la población estadunidense", el mandatario prometió que su gobierno "impulsará a los países productores de petróleo a que aumenten su producción". Con esto, afirmó que existe la posibilidad de explorar en Alaska, en la búsqueda de nuevos mantos petrolíferos en territorio nacional.

Agregó que protegerá a los consumidores de quienes intenten beneficiarse de la escalada del precio del crudo. Propuso "utilizar una tecnología más eficaz para que seamos mejores en la conservación de energía" y "usar mejor los recursos existentes como el petróleo, el gas natural, el carbón y la energía nuclear segura y propia, respetando el medio ambiente".

Curiosamente, en referencia a Irán, país que sostiene que su programa nuclear tiene fines estrictamente civiles, Bush observó: "¿Para qué quiere Irán energía atómica si tiene todo el petróleo?", y reiteró el peligro de que esa nación desarrolle armas nucleares.

De la misma forma, reiteró el peligro que implica Corea del Norte, que según Bush cuenta con misiles que podrían alcanzar a Japón. Sin embargo, aseguró que en este caso prefiere emplear la vía diplomática y el apoyo de los vecinos de Corea del Norte en la región.

Bush defendió el desarrollo de nuevas fuentes de energía y sugirió que apoyará a países como China e India, grandes consumidores de energía, a "emplear nuevas tecnologías para utilizar la energía de manera más eficaz y reducir la demanda mundial" de petróleo.

El presidente republicano defendió con la dureza acostumbrada a John Bolton, a quien él ha nominado como nuevo representante estadunidense ante Naciones Unidas, y quien, según los demócratas, es demasiado conservador para ser el indicado, en momentos en que el organismo internacional requiere reformas urgentes.

También defendió sus controversiales nominaciones para la cortes de 10 jueces cuya ratificación fue bloqueada por los demócratas. Bush ha vuelto a nominar a siete de ellos, y los demócratas prometieron volver a bloquear sus nombramientos.

Al hablar de política exterior, su discurso volvió a concentrarse en Irak, donde se han logrado "progresos", aunque reconoció las dificultades provocadas por "personas que no están contentas con la democracia y quieren regresar a los viejos tiempos".

Rehusó dar una fecha para el regreso de las tropas estadunidenses al país al afirmar que esto haría que la insurgencia iraquí "se ajuste" a un cronograma.