Usted está aquí: viernes 29 de abril de 2005 Opinión ASTILLERO

ASTILLERO

Julio Hernández López

Tregua envenenada

Factor DVD

Corona de Espinos

Jijos del Infonavit

ARME CADA CUAL SU COCTEL DE sospechosismo cuidando, en estos tiempos de precaria paz restaurada, de no acabar con un molotov en la mano.

TOME CON PRUDENCIA LAS declaraciones hechas días atrás por Fidel Castro y, mezclándolas con suavidad, pregúntese si la reanudación de hostilidades contra el jubilable señor Fox, y el oportuno apoyo al peje también tropical, no habrían sido amagos de una incontestable premier videográfica ahumada que confirmaría las tesis del compló (y de algunos otros negocios familiares sahagunescos). Más le habría valido al ranchero enamorado desmontar su desaforador tenderete legaloide aparentando que lo hacía por voluntad propia (todo un estadista, dicen ahora los glorificadores del supuesto segundo aire vicentino) y no ver ese tinglado deshecho a soplidos de lobo barbón emitidos en formato DVD de 40 horas.

EN CASO DE QUE NO LE hubiera gustado el anterior mojito, el lector podría prepararse una fórmula blanquiazul a partir de encuestas de opinión pública en las que se mostrara la caída de preferencias hacia el PAN en las recientes semanas desaforadas, base ésta a la que se agregarían como toque amargo las ambiciones y los ánimos de venganza del nahumado dirigente Manuel Espino, que con sus púas en forma de yunque estaría avanzando hacia la toma de posiciones en la PGR y próximamente en Gobernación. Ese bebistrajo de colores blanco y azul no quedaría en su punto si no se le agregaran las naturales suspicacias que hacen suponer que el señor Vicente hubo de tragar sapos (y despedir tepocatas empejerradas) para alistar el lanzamiento de su propio rayito de esperanza continuista, el maltratado señor Santiago que pretende salir indemne, e incluso ganador, de los tristes episodios de la novela del desafuero, para así ser lanzado en un par de semanas más como limpísimo (pre) candidato caperucito a Los Pinos.

LA ANTERIOR MIXTURA también podría parecerle mal hecha al lector que a este paso podría acabar declarándose abstemio, por lo cual convendría intentar algo más casero, con auténtico sabor a intimidad. Acaso preguntarse por qué estallan escándalos cada vez que asoman acusaciones de corrupción contra la señora Marta, sus allegados o sus familiares.

YA ANTES LOS SEÑALAMIENTOS de Financial Times sobre las transas financieras de la fundación Vamos México fueron diluidos mediante la aplicación de una receta videográfica bejarana, y ahora los ojos de los mexicanos están atentos a la caída macedónica, al futuro diálogo fotografiable entre los jefes de los gobiernos federal y capitalino, pero no a las denuncias que la periodista Olga Wornat recoge en sus Crónicas Malditas ni a las maniobras legislativas que el mismo día de la renuncia marcial garantizaron opacidad a los negocios que los hijitos de su mamá realizan en un Infonavit sustraído de la lupa ciudadana.

SEA CUAL FUERE LA OPCION bebestible que se hubiera confeccionado el abonado a esta sección de caldos políticos, e incluso concediendo que la mejor combinación posible debería llevar todos los ingredientes arriba mencionados, y muchos más que la develación cotidiana va aportando, el único vaso que no debería apurar hoy nadie es el de la celebración anticipada; ni los lopezobradoristas ni los ciudadanos en general que creyeran restituidas la prudencia, la inteligencia y la sensibilidad políticas. Todo lo contrario: la actual es una tregua obligada por las circunstancias, que entre otros objetivos pretende que, ¡ojo, mucho ojo!, el buen hombre de Los Pinos (¡oh!, capaz de aceptar sus errores, de corregir rumbos, de ofrecer salidas políticas para que ya no le saquen pancartas acusándolo de traidor a la democracia) sea reinstalado en el rol de restaurador de la paz social, casi mártir de la democracia.

EN EL FONDO, Y DEJANDO aparte los pleitos palaciegos que acabaron segregando al gestudo Rafael Marcial y beneficiando al equipo Creel-Espino-Martita, lo que anunció Vicente Fox la noche del miércoles no es (no tiene por qué serlo) nada diferente a las fantasías, engaños y malabarismos que le han caracterizado. Foxilandia ganó tiempo para su emperador desnudo, pero para salvarle ha entrado en conflicto con panistas que se sienten feamente utilizados, con priístas que le seguirán chantajeando y exprimiendo, con diputados federales y ministros que se han quedado colgados de la brocha y con una clase política que está confirmando en un caso emblemático que Fox nunca será capaz de cumplir compromisos políticos así provinieran de una extrema complicidad. Dinamitar los pocos canales de comunicación y operación política que le quedaban al foxismo (en este caso conjuntados para planear y ejecutar el desafuero del adversario indeseado) dejará a la política, paradójicamente, en peores condiciones ahora que supuestamente cuando se han retomado las vías políticas para solucionar un enredo jurídico.

AL PRETENDER COLOCARSE por encima de sus propias conjuras, tirando al cesto de la basura un año de confabulaciones y el obsesivo tejido discursivo legalista, Fox se está quedando más solo que nunca, secuestrado por un grupito conyugal, regional y conjurado. Esa soledad, esa incapacidad trepidantemente demostrada, esa cadena de pifias caricaturescas en la interpretación del libreto del desafuero, abrirá también las puertas a personajes de demostrada pericia en el control de sótanos, trampas y soluciones extremas (si López Obrador ha sobrevivido a videos y desafueros, ¿qué sigue?). El bonachón recuperado (un señor alto, de bigotito, que tiembla de enojo cuando escucha que algún estudiante le dice "no nos hagamos, señor") habrá de declararse rebasado en sus nobles propósitos pacificadores si es que las huestes panistas o priístas desatadas encuentran nuevos indicios delictivos o exhiben videos de Gustavo Ponce u otros expedientes que reabran caminos judiciales que el Señor de los Pinos, ¡oh!, puede obstruir una vez pero no por siempre.

EN TANTO, EL NIÑO MUERDE regresa al Senado y Míster Unefon sigue su guerra al estilo Paco Stanley contra resoluciones hacendarias que le afectan. ¡Feliz fin de semana, pero sin creer que la bomba se ha desactivado, aunque provisionalmente no haga tic-tac!

Fax: 56 05 20 99 * [email protected]

 
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