Usted está aquí: domingo 10 de abril de 2005 Política La siguiente etapa

Antonio Gershenson

La siguiente etapa

El jueves pasado se inició una nueva etapa en la lucha electoral y en la lucha por la democracia y por otros cambios en México. Uno de los aspectos que más me llamaron la atención en la concentración que hubo en el Zócalo y sus alrededores (mucha gente no cupo en la plaza) es que la absoluta mayoría de los que iban llegando lo hacía en grupo.

Había grupos chicos que venían caminando con una manta con el nombre de su colonia, otros mayores que posiblemente tuvieron un sitio previo de reunión y otros más, de plano grandes, que ocupaban la calle de pared a pared y que quién sabe desde dónde venían caminando. En la mayoría de los casos, una o más mantas los identificaban con una unidad habitacional, con su escuela, con su centro de trabajo o su sindicato, etcétera. Había también contingentes de otras ciudades.

Esto implica que no sólo se juntó una cantidad enorme de gente, sino que se trataba, en la mayoría de los casos, de personas organizadas. En muchas situaciones pudieron ser las ahora famosas redes, pero en otras tal vez grupos sindicales, agrupaciones de vecinos u otro tipo de entidades ya existentes.

Es posible que este rasgo se vaya dando de manera creciente a lo largo de esta nueva etapa de movilizaciones. Pero debemos considerar otros elementos que serán importantes. Por ejemplo, avanzar en el proyecto alternativo de nación, objetivo de todo este proceso.

Es evidente que, en la actual coyuntura, un punto clave del proyecto alternativo es el que resumía una manta colocada, a gran altura, entre los dos edificios del Gobierno del Distrito Federal que hay en el Zócalo. Palabra más, palabra menos, decía: Respeto a la voluntad mayoritaria, queremos elecciones libres. Es fundamental recuperar, o conquistar, el derecho a votar por quien cada uno de los electores decida, y no sólo por quienes desde el poder se decida que sí pueden competir. En especial, no se vale que al candidato que lleva la delantera en las encuestas se le excluya con pretextos como el de que hizo una calle que no existe y cosas así.

Otro aspecto muy importante del proyecto alternativo es que, después de más de dos décadas de estancamiento debido a políticas tecnocráticas, se recupere el crecimiento económico del país. Esto está asociado a inversiones importantes, especialmente en la industria de la construcción, que emplea mucha mano de obra y consume básicamente materiales de fabricación nacional.

Para sostener el crecimiento económico será una clave la inversión pública, y la privada en áreas en que la Constitución lo permite, en el sector energético: nueva capacidad de refinación, racionalización de la exploración y explotación petroleras, diversificación de las fuentes de generación de electricidad, entre otras.

Otro elemento fundamental es el apoyo al campo y, en general, la política social y económico-social. La generación masiva de empleos en estos casos no sólo va a mejorar la distribución del ingreso, sino va a fortalecer el mercado interno y por lo mismo estimulará a las industrias que lo abastecen.

Estos son aspectos muy importantes del proyecto alternativo, pero hay y habrá más. En este tiempo surgirán movimientos en uno u otro sector, en uno u otro centro de trabajo o de estudio. Será deseable que las demandas, las reivindicaciones que levanten esos movimientos, sean ubicadas en el contexto del proyecto alternativo.

El mismo López Obrador señaló el camino, desde el Zócalo. Si, por lo menos según las encuestas, quienes apoyamos este proyecto somos la primera fuerza del país, pues tiene sentido continuar con este proceso, hasta la victoria.

 
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