Usted está aquí: lunes 21 de marzo de 2005 Política Nota aclaratoria de Cuauhtémoc Cárdenas a su discurso del 18 de marzo

Nota aclaratoria de Cuauhtémoc Cárdenas a su discurso del 18 de marzo

En diferentes publicaciones se ha presentado una información equivocada y, en algunos casos, claramente tendenciosa, respecto al texto que con el título Energía para el desarrollo presenté públicamente el pasado 18 de marzo y a declaraciones que hice en torno a los temas abordados en el mismo.

En estos días han sido frecuentes las referencias, tanto en encabezados periodísticos como en diversas notas, de que manifesté que veía como positivo el que hubiera inversión de capital privado en Pemex. Nunca expresé nada en ese sentido, y lo que se deja ver en esas notas es que quienes las formularon confunden por desconocimiento, en este caso inexcusable o malintencionadamente, a Petróleos Mexicanos, un organismo público, con el conjunto de la industria energética, en la que se dan participaciones múltiples y no únicamente la de Pemex.

Nunca he dejado de exigir que el marco constitucional vigente en relación con los hidrocarburos y el servicio público de electricidad se mantenga inalterado, y que las actividades que la Constitución establece como exclusivas del Estado permanezcan como tales.

He reiterado puntualmente, también, que en Petróleos Mexicanos, en las actividades que por su carácter estratégico realiza con exclusividad de acuerdo con el mandato de la ley, no tiene cabida la inversión privada.

Quienes en diferentes medios han hecho públicas las notas a las que me refiero, parecen ignorar o deliberadamente soslayan que desde hace más de 50 años existe una cuantiosa inversión privada en la industria petroquímica y en otras áreas de la energía de nuestro país.

El mayor desarrollo de la industria petroquímica, con apego estricto a la legislación vigente, tiene la posibilidad y debe constituirse en uno de los motores principales de un proceso de desarrollo acelerado y sostenido en el largo plazo, que es preciso detonar. Para alcanzar ese propósito, corresponde al Estado iniciar una política que tiende gradualmente, en el plazo más corto posible, a disminuir hasta eliminar las exportaciones de petróleo crudo y fomentar el desenvolvimiento de la petroquímica mediante la transformación industrial de los hidrocarburos. En el impulso a la petroquímica debe seguir abierta la posibilidad de contar con inversiones, tanto privadas como públicas, tal como la ley, desde hace décadas, lo permite.

No hay, entonces, cambio alguno en mis posiciones, convicciones y compromisos políticos respecto a preservar la exclusividad del Estado en el manejo de las áreas estratégicas del sector de la energía, como algunos medios, interesadamente y con claros propósitos de crear una confrontación política entre compañeros, lo han asentado. Por el contrario, esta propuesta recoge el espíritu de la Expropiación y se da en la línea de la lucha por el rescate y pleno ejercicio de nuestra soberanía.

Cuauhtémoc Cárdenas

 
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