Usted está aquí: sábado 19 de marzo de 2005 Cultura Plantea una novela el valor de la tradición oral y la experiencia estética en el lenguaje

La piel muerta marca la incursión de David Miklos en ese género literario

Plantea una novela el valor de la tradición oral y la experiencia estética en el lenguaje

La muerte de la madre es el tema central de ese libro publicado por Tusquets

ANA MONICA RODRIGUEZ

En su primera novela, La piel muerta, David Miklos es fiel a su estilo narrativo y apuesta por la alternancia de las voces, mediante una historia en la que la muerte de la madre es el tema central.

El ficticio Puerto Trinidad, una madre moribunda y el hijo que regresa para verla antes del inminente deceso, marcaron la pauta al escritor, quien creó una narración ''no lineal, no temática, que no iba a suceder en el mundo que conocemos. No se verían marcas, nombres o referentes".

Mi idea, explica, era escribir cómo se relacionaban las voces, cómo se correspondían y de qué manera lidiaban con sus emociones ante un origen incierto.

El volumen, editado por Tusquets en la colección Andanzas, es de breve contenido, pues el autor deseaba una ''novela silenciosa, árida y depurada", la cual fue escrita durante seis años en los cuales el proceso creativo consistió en eliminar todo aquello que resultara ''paja o rebaba" en la historia.

Ciclo surrealista y espera perpetua

David Miklos, además, ha incursionado en el ensayo y es consejero editorial de La Tempestad y codirige la revista Cuaderno Salmón. También publicó la antología de nuevos narradores mexicanos Una ciudad mejor que ésta (Andanzas, 2001)

Nacido en San Antonio, Texas, en 1970, el autor explica la anécdota que dio origen a La piel muerta:

''Empecé con el referente de un cuerpo que aparece encallado en una playa, el cual es devuelto al mar por una mujer. Al día siguiente el cuerpo regresa y ella lo devuelve, era como un ciclo surrealista."

Después, añade, sucedió la construcción del puerto ficticio que ''empieza a tener cierta prosperidad y cuando lo van a inaugurar pierde su mar y, con ello, los personajes se quedan en espera perpetua".

Con tales elementos, Miklos se dedica a narrar, a partir de la muerte, el origen; qué pasaba en la agonía y qué sucede cuando alguien desaparece.

Con características ''polifónicas y simbólicas", la novela describe al personaje principal -la madre-, quien morirá antes de que termine el próximo invierno. Y su hijo, quien ''la acompañará en su agonía, indagará en el pasado de ese puerto que es su origen, repasará su infancia, intentará evadir los recuerdos de sus primeros pasos y del abandono del padre".

En La piel muerta, Miklos también plantea la importancia de la tradición oral y la experiencia estética en el lenguaje. Y muestra, además, una historia ''peculiar" en la búsqueda por la permanencia''.

Y aclara que ''no es una novela costumbrista, pop o de moda, ni busca la comodidad narrativa para el lector".

 
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