''La ciudad tiene un nombre hermoso que me gusta desde pequeña: Gua-da-la-jaaa-raaa''

Rinden homenaje a Mia Farrow en festival de cine de Guadalajara

Lamenta que en México haya millones de niños que carezcan de educación básica

La actriz asegura que la gente se torna más sabia con la edad, ''por eso se vuelve altruista''

JORGE CABALLERO ENVIADO

Guadalajara, Jalisco, 17 de marzo. Cuando el avión de Mia Farrow descendía a esta ciudad, ella reflexionó: "Mientras volaba imaginaba lo bonito que podría ser Guadalajara; es un nombre hermoso que me gusta decir desde pequeña: Gua-da-la-jaaa-raaa. Estoy muy contenta en estar aquí"; la actriz estadunidense visitó fugazmente esta ciudad, donde recibió ayer por la noche un reconocimiento especial que le brindó el Festival Internacional de Cine, por su trayectoria profesional y humanitaria; además, se proyectó la cinta Moolaadé, del director africano Ousmane Sembene, cuya taquilla fue a beneficio de la Fundación por los Niños del Planeta, que actualmente atiende a 70 instituciones que apoyan a más de 40 mil niños en México, Colombia y Costa Rica.

El Mayahuel a Mia Farrow le fue entregado por el rector de la Universidad de Guadalajara, José Trinidad Padilla López. En su discurso, la rubia agradeció la distinción y rememoró el romance que tuvo su padre con la actriz Dolores del Río: ''Ahí está el vínculo que he tenido desde niña con México'', provocando la risa del público asistente en el teatro Diana.

Le gustaría trabajar con Ripstein

En conferencia de prensa, Farrow habló del cineasta mexicano Arturo Ripstein: ''lo conocí en 1968, en el festival fílmico de Acapulco, cuando Roman Polanski y yo promocionábamos El bebé de Rosemary; hoy comimos juntos y quisiera que me invitará a filmar con él''.

Sobre sus planes como actriz, dijo: ''Voy a participar próximamente en una obra de teatro, pero por ahora estoy concentrada en ser mujer, madre, abuela, y en cuidar de mis hijos''.

Antes, en entrevista con La Jornada a su llegada al Aeropuerto Miguel Hidalgo, Farrow, uno de los iconos de la cinematografía estadunidense contemporánea y quien ha dedicado buena parte de su tiempo a las causas humanitarias, en particular la de los niños, y embajadora de buena voluntad por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) desde 2002; aseguró: "Me siento orgullosa de recibir este reconocimiento, porque sé que en México hay millones de niños que no pueden tener educación básica, y eso sí es preocupante".

-¿Por qué cree que la labor humanitaria y altruista llega con la edad?

-Es porque la gente con la edad se vuelve cada vez más sabia; yo estoy aquí por los niños: he adoptado a 10 pequeños en los últimos 30 años y siempre me he interesado por los más necesitados, así que vengo a honrar a los niños de México. La responsabilidad que tengo al ser embajadora de buena voluntad de la ONU es, de una manera alentadora y esperanzadora, compartir un poco de luz en temas en que la gente necesita estar enterada.

La asociación de Mia Farrow con el UNICEF comenzó en diciembre de 1998, cuando participó en la celebración, en la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en Nueva York, en el 50 aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos. En julio de 1999, participó en el lanzamiento del informe del UNICEF El Progreso de las Naciones 1999, que dedicó un capítulo a la lucha contra la poliomielitis.

El filme que se proyectó a beneficio y a cuya función asistió Farrow, Moolaadé, aborda el tema de la ablación ritual en Africa. Farrow colabora con instituciones que están a favor de los derechos de las niñas africanas, y que rechazan la ablación o mutilación genital femenina, pues es una práctica discriminatoria que vulnera el derecho a la igualdad de oportunidades y a la salud. El filme obtuvo el premio del jurado ecuménico en la sección Una cierta mirada, en el Festival de Cannes.