Usted está aquí: viernes 11 de marzo de 2005 Ciencias El uso de células embrionarias no atenta contra la dignidad: Lisker

Con esa técnica podría lograrse la cura de enfermedades como el Parkinson, dice

El uso de células embrionarias no atenta contra la dignidad: Lisker

El óvulo fertilizado no piensa, no tiene órganos ni tejidos, por lo que no es un ser humano, aclaró

En la UNAM se realiza proyecto sobre clonación terapéutica con roedores

Puede impedir procedimiento

Respeto proporcional al grado de desarrollo

ANGELES CRUZ MARTINEZ

Ampliar la imagen Investigaciones con ratones en el laboratorio FOTO Roberto Garc�Ortiz

La cura de enfermedades como diabetes, Parkinson y lesiones de la médula espinal, entre otras, podría lograrse con la investigación y utilización de células embrionarias, de las que potencialmente se obtendrían los órganos y tejidos que requirieran ser sustituidos, aseguró Rubén Lisker, vicepresidente del Colegio de Bioética.

Este tipo de trabajo científico, dijo, de ninguna manera atenta contra la dignidad de las personas, por lo que resulta preocupante la declaración de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en la que recomienda a los estados miembros prohibir la clonación humana, en la medida en que sea incompatible con la dignidad y la protección de la dignidad de las personas.

Lisker resaltó que esta frase fue interpretada como una prohibición total, cuando en lo que coincide toda la comunidad científica es en su rechazo a la clonación reproductiva. En cambio, abundó, los investigadores están en favor de la que tiene fines curativos.

Aunque la declaración de Naciones Unidas no tiene carácter vinculatorio, es decir, no es obligatoria para los estados miembros, sí puede impedir un procedimiento científico para el que México está preparado.

En entrevista, el investigador detalló que la clonación terapéutica no significa la implantación del embrión. Todo se realiza en el laboratorio. Se trata, explicó, de un trabajo con un óvulo fertilizado, el cual es destruido a los cinco días para obtener las células madre, también conocidas como células troncales multipotenciales, que se pueden diferenciar para formar cualquier tejido del cuerpo y usarse como trasplantes específicos para el tratamiento de diversos padecimientos, principalmente los crónico degenerativos, como la diabetes, el mal de Parkinson, el Alzheimer, el cáncer y lesiones de la médula espinal.

Para este tipo de trabajo se pueden utilizar los embriones sobrantes de los procedimientos de fertilización asistida, porque comúnmente se inseminan más óvulos de los que se van a ocupar. La investigación podría efectuarse previo consentimiento de los propietarios de los embriones, pues en opinión de Lisker, es peor tirar a la basura embriones jóvenes que destinarlos a la investigación.

Actualmente, sólo el Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) cuenta con un proyecto científico de investigación sobre clonación terapéutica que se realiza con roedores, comentó.

Interrogado sobre las objeciones de los grupos conservadores respecto de que el óvulo fertilizado representa una vida a la cual se debe proteger, el científico puntualizó que un óvulo fertilizado (cigoto) es un célula que no piensa, no tiene órganos ni tejidos, por lo que no es un ser humano.

El humano, recalcó, es mucho más que la suma de sus genes. Resulta de la interacción entre su estructura genética (presente en el cigoto) y el medio ambiente, que no son determinantes por sí solos.

Lisker planteó un punto de vista intermedio, según el cual el cigoto es en potencia un ser humano y el respeto que merece se considera proporcional al grado de desarrollo. Por eso a nadie sorprende ni nadie se lamenta por la pérdida que representan los abortos espontáneos, los cuales se observan cuando una mujer tiene un retraso de un par de días en su menstruación.

De ahí que resulte inaceptable admitir que el cigoto es un ser humano, e insistió en rechazar la clonación reproductiva, porque implica múltiples problemas técnicos y éticos, además de que no existen razones médicas ni sociales que la justifiquen.

Comentó que la resolución emitida por la ONU el martes pasado será interpretada por cada país conforme a sus propios intereses e ideologías. En México, indicó, el debate ya está avanzado, debido a que existen varias propuestas que se han empezado a discutir.

 
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