Usted está aquí: viernes 11 de marzo de 2005 Mundo A un año del 11-M , heridas aún abiertas

A un año del 11-M , heridas aún abiertas

ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL

Madrid, 10 de marzo. Los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid dejaron una estela de dolor en más de mil 700 familias que sufrieron en carne propia la barbarie del fanatismo. Las víctimas, pero también sus familiares y amigos, representan la cara más vulnerable de la espiral de violencia derivada de tantos conflictos bélicos y disputas políticas irreconciliables que persisten en el mundo.

En los llamados trenes de la muerte murieron 191 inocentes y unos mil 900 resultaron heridos, pero también fueron resquebrajadas sus fami- lias, condenadas a un luto absurdo e incomprensible.

A un año del 11-M muchas familias ya recibieron la indemnización -que oscila entre 50 mil y 400 mil euros- prometida por el gobierno del socialista José Luis Rodríguez Zapatero, elegido cuatro días después de los atentados, pero también hay al menos un centenar de personas que están en una situación precaria, sobre todo los inmigrantes indocumentados afectados, que aún no han podido regularizar su situación por las numerosas dificultades burocráticas que han tenido que afrontar, además del duelo y la zozobra.

Las 191 personas que fallecieron en el 11-M coincidieron aquella mañana en los trenes de la muerte porque se dirigían, como todos los días, a sus trabajos o a sus escuelas, ya que la mayoría eran trabajadores o estudiantes ajenos al integrismo religioso o las guerras de ocupación y disputas políticas.

Posiblemente muchos de ellos rechazaban -como la mayoría de la sociedad española- la postura asumida por el anterior gobierno del derechista José María Aznar, en relación a la guerra de ocupación de Irak, la cual fue una de las razones esgrimidas por el comando vinculado a Al Qaeda para perpetrar la matanza.

La presidenta de la Asociación de las Víctimas del 11-M, Pilar Manjón, lamentó que hubiera indiferencia del gobierno ante otros pedidos de ayuda, como la asistencia sicológica que, sin previo aviso, se redujo a la mitad.

El gobierno de Rodríguez Zapatero respondió con una serie de medidas de respaldo a las víctimas, entre ellas la ampliación de seis meses para acceder a las indemnizaciones y el aumento de infraestructura y recursos para el auxilio de los afectados.

A lo que no accedieron algunas autoridades españolas, en concreto la presidenta de la Comunidad de Madrid, la conservadora Espe- ranza Aguirre, fue a tomar en cuenta la petición de familiares de las víctimas para que se anularan algunos actos programados para conmemorar el primer aniversario de esta tragedia.

Uno de esos reclamos consistía en que no se tocaran las campanas de todas las iglesias madrileñas como señal de duelo, ya que los afectados consideran que el homenaje, en lugar de aliviarles, les provocará más dolor y les hará recordar la hora exacta de la matanza.

Las autoridades madrileñas decidieron mantenerlo con el argumento de que ''las víctimas no pueden patrimonializar los atentados del 11-M''.

Esto fue motivo para que muchos de los familiares se decidieran a viajar a otros lugares para recordar en la más estricta intimidad una fecha tan siniestra y dramática en sus vidas.

En ese contexto, la Comisión Islámica de España dictó este jueves una fatwa en la que declara ''fuera del Islam'' a Osama Bin Laden, líder de la red Al Qaeda, en nombre de la cual radicales islámicos reivindicaron los atentados del 11 de marzo, informó el secretario general de esa entidad.

Publicada la víspera del primer aniversario de los ataques, la fatwa de cinco páginas declara que "Osama Bin Laden y su organización Al Qaeda están fuera de los parámetros del Islam, y lo mismo todos aquellos que esgrimen el sagrado Corán y la Sunna del profeta para cometer actos terroristas".

 
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