Usted está aquí: viernes 11 de marzo de 2005 Opinión MEXICO SA

MEXICO SA

Carlos Fernández-Vega

Beneficiarios del criticado sistema de pensiones de la burocracia

Explosiva carga para las arcas nacionales

Las rebanadas del pastel:

UN ELEMENTO CENTRAL de la estrategia financiera gubernamental -como en los dos sexenios anteriores- ha sido la reforma integral al régimen de pensiones de los trabajadores, por representar una pesada y creciente carga para el erario, como reiteradamente lo señalan los funcionarios encargados de llevar a buen puerto -como gustan en decir- la intentona.

DESDE LOS TIEMPOS de Ernesto Zedillo, era usual escuchar las advertencias del secretario de Hacienda (cuando la titularidad correspondió a Guillermo Ortiz o a José Angel Gurría) sobre la carga potencialmente explosiva de los pasivos laborales en el marco de las finanzas públicas. Incluso, el entonces Presidente de la República celebraba la reforma que terminó por aforizar las pensiones de los trabajadores comunes y corrientes. Con lo cambios por él promovidos -de acuerdo con sus propias palabras- "se garantizan pensiones más elevadas y se beneficia proporcionalmente más a quienes ganan menos".

EN SU TIEMPO como titular de la Secretaría de Hacienda, José Angel Gurría no dejaba pasar oportunidad para mencionar que la reforma al sistema de pensiones "tiene una gran trascendencia para el país en virtud de sus implicaciones en términos sociales y económicos", comentarios en línea con los de Oscar Espinosa Villarreal, cuando despachaba como director de Nacional Financiera.

YA EN LOS tiempos del "cambio", ha sido común la referencia de Guillermo Ortiz, ahora gobernador del Banco de México, en el sentido que el crecimiento de los pagos de pensiones es una de las fuentes más importantes de presión para las finanzas públicas; de igual manera, las advertencias de Francisco Gil Díaz, secretario de Hacienda, cuando subraya que sin reforma fiscal y del sistema de pensiones "la próxima administración llegará con cero margen de maniobra; todos los gobiernos responsables honran los pasivos que heredan de gobiernos anteriores, y precisamente por eso estas reformas se vuelven aspectos muchísimo más urgentes y necesarios de resolución".

EN LA PRESENTE administración, los promotores de la mencionada reforma lograron cambios significativos en el régimen de pensiones y jubilaciones del Instituto Mexicano del Seguro Social, y el propio inquilino de Los Pinos celebró el acontecimiento como "el primer paso" y con el anuncio de que "vamos por más".

SIN DUDA, LA carga financiera de las pensiones es fuerte y creciente, pero resulta que los promotores de la mencionada reforma son beneficiarios de ese tan criticado régimen a pesar de encontrarse en funciones, situación que algunos califican de legal, aunque -si lo fuere- resulte totalmente inmoral.

LA COMISION DE Seguridad Social de la Cámara de Diputados denunció, con base en información del Banco de México, que Guillermo Ortiz se encuentra pensionado desde hace un mes, con un monto de 155 mil 60 pesos mensuales, y aparte percibe sueldo como gobernador del mismo organismo. En caso similar se halla el secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz, quien se beneficia de una pensión, en la categoría de vicegobernador del mismo banco, por 141 mil 619 pesos al mes. Otros beneficiarios de las pensiones de privilegio autorizadas por la junta de gobierno del banco central son los ex presidentes de la República Miguel de la Madrid y Ernesto Zedillo, quienes a la par del ex secretario de Hacienda Jesús Silva Herzog reciben un monto mensual por 131 mil 802 pesos cada uno, como ex directores de esa institución (La Jornada, Roberto Garduño y Enrique Méndez).

POR SER PENSIONADO del Banco de México, Guillermo Ortiz obtiene un ingreso mensual neto de 155 mil 60.07 pesos, la misma cantidad que cada treinta días le pagan por fungir como gobernador de la institución que lo reconoce como pensionado y lo bonifica como tal. Así, en su doble carácter, acumula -sin considerar las prestaciones del cargo- una percepción de 310 mil 120.14 pesos netos por mes. La primera de las cifras citadas equivale a lo que por el mismo concepto reciben aproximadamente 150 mexicanos de a pie.

EL PENSIONADO FRANCISCO Gil Díaz obtiene del Banco de México una pensión neta que suma mensualmente 141 mil 619.55 pesos, es decir, el sueldo "más bajo" entre los integrantes de la junta de gobierno de dicha institución, equivalente a lo que perciben cerca de 140 pensionados sin influencias en el gobierno federal. Además, como secretario de Hacienda, puntualmente cada mes recibe su cheque por 149 mil 143.69 pesos (netos; el salario bruto asciende a 220 mil 626.15 pesos), independientemente de las prestaciones que el puesto le concede.

MIGUEL DE LA Madrid y Ernesto Zedillo mensualmente reciben sus respectivas pensiones como ex presidentes de México (más otras cositas que resultan verdaderamente onerosas y ofensivas para el erario y los mexicanos), pero como es obvio que la penuria económica los persigue por doquier, el Banco de México también los considera en su nómina de pensionados y mensualmente les deposita sendos cheques por 131 mil 802.83 pesos (después de impuestos), monto equivalente al salario máximo que obtiene un funcionario del Banco de México de rango IV, es decir, sólo debajo de los integrantes de la junta de gobierno o, si se prefiere, alrededor de 130 pensionados que hacen explosiva (Hacienda dixit) la carga financiera para las arcas nacionales.

COMO SECRETARIO DE Hacienda, José Angel Gurría, fue pillado con una pensión por 48 mil pesos mensuales que le otorgaba Nacional Financiera, a pesar de que su paso por la dirección general de la institución no lo ameritaba. En igualdad de condiciones, Oscar Espinosa Villarreal estaba incluido en la nómina de pensionados de Nafin, no obstante que despachaba como secretario de Turismo.

EN ESE ENTONCES -finales del zedillato- los aguerridos panistas exigían la cabeza de los funcionarios voraces; hoy, en pleno "cambio", justifican las pensiones otorgadas a los estrategas financieros, quienes no dejan de advertir que el erario no aguanta más.

CRITICA FEROZ DEL modelo económico imperante en el país, en tan sólo un año Carlos Slim incrementó su fortuna en 71 por ciento (10 mil millones de dólares): su fortuna asciende a 23 mil 800 millones de billetes verdes (algo así como 3.66 por ciento del PIB para él solito), de acuerdo con el reporte que Forbes divulgó ayer. Otros nueve empresarios mexicanos acumulan 18 mil 700 millones más.

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