Usted está aquí: miércoles 9 de marzo de 2005 Cultura Ramón Vargas interpretará un repertorio inusitado en la Sala Nezahualcóyotl

El prestigiado tenor reaparece mañana en ese recinto universitario

Ramón Vargas interpretará un repertorio inusitado en la Sala Nezahualcóyotl

Grandes voces reunirá obras de Chaikovsky y Rachmaninov, entre otros compositores

Estará acompañado por la mezzosoprano Olga Borodina y el bajo Ildar Abdrazakov

ANGEL VARGAS

Ampliar la imagen Todo artista debe mantener siempre el esp�tu deportivo del reto, de querer ser y hacer siempre algo m� expres�m�argas FOTO Carlos Ramos Mamahua

Para su reaparición en la Sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario, este jueves, a las 20:30 horas, el tenor Ramón Vargas interpretará un repertorio un tanto inusitado no sólo para su persona, describió, sino en general para el resto de cantantes latinoamericanos.

Grandes voces es un concierto predominantemente de música rusa, con obras de Chaikosvy y Rachmaninov, en el que además participarán la mezzosoprano Olga Borodina y el bajo Ildar Abdrazakov, acompañados todos por la pianista Mzia Bakhtouridze.

El programa incluye también, en su segunda parte, canciones de Donizetti, el ciclo Don Quijote a Dulcinea, de Ravel; Cinco canciones negras, de Xavier Montsalvage, y tres de Las siete canciones populares españolas, de Manuel de Falla.

Es ''un banquete amplio en términos de variedad", definió el director general de Música de la Universidad Nacional Autónoma de México, Sergio Vela, quien reconoció el afán del cantante de estar perennemente en busca de ampliar su repertorio y catálogo vocal con otro tipo de proyectos, como este concierto.

Al respecto, Ramón Vargas citó a Leonard Bernstein para explicar que ''es deber de todo artista mantener siempre el espíritu deportivo del reto, de querer ser y hacer siempre algo más".

Preguntas y respuestas variopintas

En conferencia de prensa, ayer, Ramón Vargas aclaró que la música rusa no es muy frecuente en sus actuaciones e inclusive subrayó que ésta será la primera vez que cante obras de Rachmaninov.

El tenor agregó que existen ''muchas similitudes" entre la música mexicana y la de aquel país, de allí que no encuentre problemas de acoplamiento más allá del idioma.

''Somos nostálgicos y trágicos, tenemos sentimientos y personalidad similares, si bien nuestra altura y color de piel son tan diferentes", prosiguió. ''El manejo de la melodía y la armonía son diferentes entre una y otra música. La rusa es más elaborada, mientras que la nuestra es más espontánea."

Encuentro largo y prolífico con la prensa de casi 50 minutos. Larga lista de preguntas y respuestas variopintas.

El arte no debe tener reglas

Ramón Vargas dijo congeniar con lo dicho por Caruso acerca de que la voz del tenor comienza a madurar a los 35 años para alcanzar su máximo desarrollo a los 45, aunque precisó que en el arte no pueden existir reglas.

En el género lírico cada voz tiene diferentes capacidades, virtudes y tiempos, puntualizó. El canto ''no es una carrera de caballos, como dice la canción: no hay que llegar primero, sino saber llegar''.

Habló también de sus retos, entre los que figuran mantener la salud y el mencionado espíritu deportivo, además de poder lograr algunos proyectos, como sería protagonizar una ópera en México, de preferencia de Mozart, bajo la dirección de Sergio Vela, aspecto, dijo, del que hay pláticas para consumarlo, quizá, en 2006.

Sin embargó, subrayó que el problema de la ópera nacional es la falta de planeación, la cual atribuyó a la falta de recursos. ''De un año a otro se desconoce el presupuesto; es un problema muy serio en la vida cultural de México".

 
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