Supervisa entrega de desayunos escolares en Iztapalapa

Educación media y superior gratuita, plantea el Ejecutivo

Recibe muestras de apoyo de alumnos y padres de familia

ANGEL BOLAÑOS SANCHEZ

En el segundo acto público que realiza en el contexto de la campaña en contra de su desafuero, el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, supervisó ayer la entrega de desayunos escolares en una escuela primaria de la delegación Iztapalapa, donde reivindicó su lucha pacífica contra la intención de destituirlo e inhabilitarlo "para impedir que exista un proyecto de nación alternativo".

Durante el acto, el mandatario capitalino destacó la necesidad de ampliar la cobertura de la educación gratuita en los niveles medio y superior y apoyarlos no sólo con becas, sino con programas de apoyo en alimentación "para lograr el propósito de que nadie se quede sin estudiar, independientemente de la condición económica y social de los padres".

No es sólo un asunto de justicia social, agregó, sino que tiene que ver también con la tranquilidad y la seguridad pública, pues antes, cuando alguien terminaba la educación básica y no podía ir a la preparatoria, los padres los enviaban a buscar trabajo, pero hoy la situación es mucho más complicada por el desempleo, "porque van más de 20 años que no hay crecimiento de la economía nacional".

Desde su llegada a la escuela Profesor José Romero y Fuentes, en la colonia San Lorenzo Tezonco, López Obrador fue recibido por vecinos y padres de familia que portaban carteles con su fotografía y la consigna "No al desafuero", mientras en establecimientos comerciales frente al plantel, desde una miscelánea, una recaudería y un café internet, hasta un centro de nutrición, llamaba la atención la leyenda "¡Mantente alerta!" en otros carteles, también con la imagen del gobernante, y otro sobre el "Mitin de apoyo a López Obrador. Zócalo capitalino. Te informaremos el día y la hora por radio y televisión".

Por ello, al terminar su discurso, López Obrador agradeció a todos "las muestras de apoyo y solidaridad" y al resaltar que no llevará al pueblo a la confrontación ni al enfrentamiento, un grupo de padres de familia lo interrumpió coreando: "¡No estás solo!" "¡No estás solo!"

Antes presenció un festival en el que un grupo de niños con trajes típicos de charros y alazanas bailaron una comparsa; luego, otro grupo escenificó la obra Juanito en el reino de la buena alimentación, en la que el protagonista, después de una pesada cena de refresco y frituras, tuvo una pesadilla donde era seducido por bebidas y alimentos chatarra que le prometían engordarlo, enfermarlo de diabetes, hipertensión y hasta dejarlo chimuelo, la cual no acabó mal pues llegaron a rescatarlo la leche, el jugo de naranja y el plátano.

Al entrar a la escuela, sorprendió a los padres de familia la ovación de los niños al gobernante, a quien por el pasillo por el que llegó al estrado le estiraban la mano para saludarlo, y aunque algunos perdieron la atención durante el discurso, al final lo despidieron de igual manera, entre saludos.

Durante la retirada, el jefe de Gobierno se detuvo frente a una niña, se desprendió del listón tricolor de la solapa y se lo colocó a la menor. "Ahí nos vemos. Hay que estudiar mucho", se despidió.

Antes, otra menor aprovechó el descuido de una maestra para correr y entregarle un sobre hecho con papel cuadriculado, y aunque no había carta en su interior, con lápices de colores escribió: "Que lo bendiga Dios. No al desafuero. No se deje. De: Rosalinda. Para: López Obrador".