Usted está aquí: viernes 18 de febrero de 2005 Opinión ECONOMIA MORAL

ECONOMIA MORAL

Julio Boltvinik

Diez años de jornalero

Colaborador de La Jornada: necesidad cultivada y, por tanto, más necesaria

La economía moral es convocada a existir como resistencia a la economía del "libre mercado": el alza del precio del pan puede equilibrar la oferta y la demanda de pan, pero no resuelve el hambre de la gente

EN ENERO DE 1995, hace 10 años, escribí mi primera colaboración para La Jornada. A un mes del estallido de la crisis de la cual el llamado error de diciembre fue la gota que derramó el vaso, mi primera colaboración se tituló: "México y el modelo económico neoliberal". Desde esa colaboración, aunque estaba centrada en el análisis económico de la crisis, marqué mi vocación cuando señalé: "La verdadera discusión, sin embargo, debe centrarse no en las causas de la devaluación, sino en las consecuencias más profundas del modelo cuando parecía funcionar bien. Entre ellas destacan las condiciones de vida de la población, los niveles de pobreza, la desigualdad" (La Jornada, 20/1/05, p. 43). Esta vocación por lo social, que se enraíza en la indignación que me causa la injusticia en general y la injusticia social en particular, se empezó a expresar en mi actividad profesional entre 1980 y 1982, cuando colaboré en Coplamar (Coordinación General del Plan Nacional de Grupos Deprimidos y Zonas Marginadas), donde me tocó encabezar el área de necesidades esenciales en la cual hicimos el primer estudio sistemático sobre las carencias humanas en México.1

DIEZ AÑOS DESPUES, la economía no está en abierta crisis, no hay inflación galopante y las tasas de interés no se ubican por arriba de 50 por ciento; pero la economía lleva cuatro años estancada (o semiestancada) y es incapaz de generar empleos. Es interesante hacer notar que si bien la economía mexicana logró salir de la crisis de 1994-1995 relativamente pronto, ello se explica, en buena medida por algo que hice notar en aquella primera colaboración citando a Rudiger Dornbusch, entonces economista del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT), quien en esos días señaló que "el colapso de la economía mexicana habría puesto en duda al modelo de reforma y desarrollo en base al mercado, que ha estado siendo practicado en toda Latinoamérica. Hubiera sido imposible realizar la distinción entre las bondades de las reformas y lo que fue un mal manejo de la relación peso-dólar en el caso mexicano, y el modelo entero correría el riesgo de abandonarse no sólo en la región, sino también en Europa oriental y en la antigua Unión Soviética". A diferencia de la actitud que asumió Estados Unidos en la crisis de 1982, en esta ocasión destinó préstamos multimillonarios a México (el paquetazo Clinton). ¿Se habría recuperado la economía mexicana en el periodo 1996-2000 sin él? ¿El estancamiento de ahora tiene alguna continuidad con la crisis de aquellos años?

1995 FUE UN AÑO de efervescencia y muchos nos movilizamos. En particular, se generaron muchas ideas, escritos, debates, foros, sobre política económica alternativa. En uno de ellos, realizado en junio, se generaron algunos consensos que recogí en una de mis colaboraciones en los siguientes cinco puntos: 1) el modelo alternativo (MA) tiene que ir acompañado, para tener sentido, de una democratización plena de la vida nacional; 2) el MA es opuesto al modelo neoliberal en varios sentidos, destacando que mientras éste deposita en las fuerzas del mercado la conducción básica de la economía, el MA parte de constatar que el funcionamiento no regulado de las fuerzas del mercado lleva necesariamente a la concentración del ingreso, al desempleo y la pobreza, y a crisis severas y recurrentes, por lo cual las intervenciones del Estado juegan un papel más importante; 3) el MA sostiene la necesidad de recuperar la distinción entre medios y fines; parte del propósito rector de alcanzar niveles de vida dignos para toda la población y propone subordinar a éste todas las políticas; 4) recuperar la centralidad del mercado interno; y 5) en el MA el empleo y los salarios son elementos centrales porque de ellos depende el cumplimiento del propósito rector. (La Jornada, 30/6/95).

EL LECTOR ME DISCULPARA si ante un aniversario, como el que celebro hoy, me tomo la libertad de reflexionar también sobre las motivaciones que me llevaron a escribir en La Jornada, así como sobre el significado que hacerlo ha tenido en mi vida. Regresé a México al comienzo de 1992 después de haber colaborado durante cuatro años con el Proyecto Regional para la Superación de la Pobreza en América Latina del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), cuya sede era Bogotá y en el que participaron 20 países de la región. Fue una experiencia sumamente enriquecedora, pero no es de ella de lo que quiero hablar hoy. Al llegar a México busqué incorporarme a la academia, en la cual había tenido algunas experiencias previas sin suficiente continuidad. Fui generosamente recibido en el Centro de Estudios Sociológicos de El Colegio de México, del cual soy profesor-investigador desde marzo de 1992. Dedicado a la investigación y a impartir algunos cursos, mi angustia sobre el acontecer nacional empezó a crecer y llegó a su cima en 1994, año complejo y convulso como pocos. La academia está muy distante del acontecer nacional y los análisis que en ella se hacen de este acontecer (yo había iniciado ya mis análisis de la pobreza en México) se difunden por medios de escasa circulación y tienen casi nulo impacto político. La necesidad sentida de expresar mis puntos de vista ante auditorios más amplios, me llevó a buscar una manera de acercarme a La Jornada y buscar en ella un espacio de opinión. Gracias al apoyo de mi amigo Enrique Provencio me fue posible entrevistarme con Carlos Payán, quien generosamente, aunque con un aire de duda, ya que no me conocía, me dio la oportunidad de colaborar en La Jornada. No pensé en ningún otro diario. Mi ubicación en la izquierda hacía de La Jornada la única opción. La motivación que me llevó a escribir en un diario de izquierda es la misma que me llevó en 2004 a aceptar la invitación de Rosario Robles, entonces presidenta del PRD, para competir por una diputación plurinominal en un partido de izquierda. Escribir es una actividad que puede incidir en la realidad a través de la influencia en el pensamiento y la información de otras personas. Ser diputado de un partido de izquierda parece una trinchera aún más cercana para incidir en una realidad cuya evolución nos angustia a muchos y a muchas cada día más. La combinación de ambas cosas (o mejor dicho de las tres: la vida parlamentaria, el periodismo y la academia, de la que no me he alejado del todo) permite combinar la posibilidad de pensar y escribir con una mayor cercanía a la realidad que anhelamos cambiar.

ESCRIBIR EN LA JORNADA una vez por semana me ha cambiado la vida. Se ha vuelto parte integrante de lo que soy; una necesidad desarrollada y cultivada y, por tanto, cada vez más necesaria. En mi espacio semanal puedo expresarme con entera libertad, compartir con mis lectores mi información, mis percepciones, mis visiones, mis lecturas, mis angustias, mis análisis y mis propuestas, sintiendo que, a la mejor, influyo en la opinión de alguien. Pero además me hace participante de una comunidad (la comunidad de los jornaleros) que defiende las mejores causas nacionales e internacionales, lo cual me hace sentir un poco menos solo.

DESDE EL PRINCIPIO intenté incorporar a mi espacio de opinión mi convicción sobre la importancia del análisis empírico de la realidad económica y social, sobre todo para la izquierda. El espacio asignado resultó insuficiente desde el principio para incorporar información estadística y análisis más elaborados. En octubre de 1998 Carmen Lira y Luis Hernández Navarro entendieron esta dificultad y me ofrecieron que, cuando así lo necesitara, podría escribir una columna de página completa. Luis me pidió que definiera un nombre para ella. Fue así que nació Economía Moral. Al principio, como un espacio eventual que combinaba con mi espacio de opinión, pero para 2000 ya se había convertido en mi regular entrega semanal. En este espacio más amplio puedo incorporar cuadros y gráficas, si estoy analizando un fenómeno como la pobreza, la distribución del ingreso o el desempleo que lo requiera, pero puedo también explicar las ideas de algún autor, o las mías, sin simplificarlas demasiado. El concepto de economía moral, acuñado por el historiador marxista británico E. P. Thompson, se puede contraponer al de economía de mercado, como intento hacerlo, de manera muy sintética, en el epígrafe que siempre acompaña a esta columna. En él se contrasta la necesidad humana (el hambre de la gente) con el funcionamiento del mercado (el alza del precio del pan para equilibrar la oferta y la demanda de pan). Pero la economía moral no es un concepto ideal inventado por Thompson al margen de la realidad; es, por el contrario, el nombre que le pareció adecuado para describir lo que hacían las masas urbanas inglesas (siglos XVIII y XIX) que organizaban motines en defensa de su subsistencia cuando subía el precio del pan. Refleja la idea de que la economía debe estar reglamentada para garantizar la satisfacción de las necesidades humanas. Por ello, en los motines la poblaciones asumía el control de la harina o del pan, no para robarla, sino para subastarla a un precio justo y entregaban el importe de la venta a sus propietarios.

CON LA REFORMA ELECTORAL de 1996, que ciudadanizó plenamente al IFE, se hizo posible que el voto contara y fue viable la alternancia en el poder. Como todo avance, éste tampoco es irreversible. La sucia manera por la cual los consejeros ciudadanos y el consejero presidente del IFE fueron nombrados en la Cámara de Diputados en 2003 les ha restado legitimidad a todos ellos y, por tanto, al IFE mismo. Pero mucho más grave que eso, el uso faccioso de la PGR como instrumento de represión para hacer a un lado al izquierdista que puede ganar la Presidencia de la República en 2006, pone en riesgo la confianza de la ciudadanía en la democracia. Si, por encima del voto popular, quienes se han apoderado del Ejecutivo federal pueden, con complicidad del PRI, eliminar a un adversario peligroso (que va en primer lugar en las encuestas), se institucionaliza un poder de veto electoral de la oligarquía dominante (representada por el PAN y el PRI). El Poder Judicial de hoy es (casi) el mismo de la dictadura casi perfecta, lo que hace posible atropellos brutales revestidos de legalidad.

EL RIESGO ES BRUTAL. Uno de los resultados de la represión del movimiento estudiantil de 1968, en el que exigíamos democracia (el "séptimo punto", no escrito del pliego petitorio del Consejo Nacional de Huelga, era el diálogo público, símbolo de la democracia) fue que al cancelarse toda esperanza muchos no vieron otro camino que la vía armada. El desafuero de Andrés Manuel López Obrador puede llevar a muchos a la desesperanza y a la apuesta por la vía armada. Los priístas, antes de votar a favor del desafuero, deben reflexionar que si hoy es López Obrador, mañana puede ser Madrazo el que vaya a la cárcel para quitarlo del camino de la relección panista. Como no tiene fuero, la PGR se bastaría sola. Inventar delitos o revivirlos no sería problema.

EN 1995, CUANDO empecé de jornalero, el tema único era la crisis económica. La agenda nacional de hoy, como en 1968, se ha reducido a un solo punto: la defensa de la democracia gravemente amenazada.

1 El estudio fue publicado en siete volúmenes. Por una parte, la serie Necesidades Esenciales en México, compuesta de seis volúmenes: 1. Alimentación, 2. Educación, 3. Vivienda, 4. Salud, 5. Geografía de la marginación, y 6. Macroeconomía de las necesidades esenciales en México, publicadas por Siglo XXi editores en 1982 y 1983 y que aún se consigue, en cuartas y quintas ediciones, en librerías. Por otra parte, Necesidades esenciales y estructura productiva en México, publicada por Coplamar.

[email protected]

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.