Usted está aquí: lunes 14 de febrero de 2005 Cultura Arco, excelente escaparate para vender, coinciden galeristas

''En 5 días logramos lo que en México nos lleva 3 años''

Arco, excelente escaparate para vender, coinciden galeristas

MERRY MAC MASTERS ENVIADA

Madrid, 13 de febrero. La Feria Internacional de Arte Contemporáneo Arco, dedicada en esta versión a México y que este lunes concluye, es una fiesta donde los participantes se divierten y, además, venden obra artística. Porque casi todos logran vender algo. Los galeristas mexicanos no han sido la excepción. Los que todavía no han concretado una transacción, por lo menos tienen piezas apalabradas.

Además, las ferias de arte son un lugar ideal para conocer a coleccionistas, otros galeristas, directores de museos; hacer contactos y establecer alianzas para el futuro.

Hay casos, como la galería OMR, con años de asistir a Arco, que ha vendido trabajos de Thomas Glassford, Yishai Jusidman, Rafael Lozano-Hemmer, Melanie Smith, Cisco Jiménez y Felix Cueto. Aparte de su espacio de siempre, también tienen un estand en el pabellón oficial de México.

El curador Hilario Galguera ya había venido a Arco, pero esta es la primera vez que lo hace como galerista. Su espacio, intitulado Nuevos territorios, se encuentra en una franja comisariada por la misma feria. Allí, Galguera ha combinado obra del mexicano Gustavo Artigas, la estadunidense China Adams y el muy codiciado artista español Alfredo García Revuelta.

Para Galguera es en las ferias donde se pueden obtener los recursos para mantener un programa de artes contemporáneos en México. Ya hay un proyecto para exhibir el video Opening, de Artigas. Observa que el nuevo Museo de Arte Contemporáneo de Castilla-La Mancha, que será inaugurada en abril, cuenta con un presupuesto de 2 millones y medio de euros para la compra anual de arte.

En Arco los gastos de Galguera han sumado entre 20 mil y 25 mil dólares, pero ha valido la pena. Tanto, que piensa regresar el año entrante.

Para Gonzalo Méndez, director de la galería Myto, presente en el pabellón oficial, el dinero gastado por el gobierno mexicano en Arco estuvo "bien invertido". Se congratula de que los comisarios, Carlos Ashida y Julián Zugazagoitia, hayan seleccionado galerías que operan de maneras distintas. Asegura que, aquí, en cinco días se logra más que lo que en México en tres años, porque allá la gente ''no se interesa por el arte; además no se desplaza para verlo''. Hace votos para que Arco 05 sirva para inyectar energía y diversidad en el medio mexicano.

Elizabeth Díaz, de la galería Enrique Guerrero, que acude a Arco por quinto año, considera que la invitación de la feria ayudó para que el gobierno mexicano diera un apoyo "real" a las galerías mexicanas. Apunta: "Es la primera vez que el arte contemporáneo mexicano tiene un reconocimiento real en Europa".

Graciela Toledo, de la galería Juan Martín, también se dice interesada en regresar. Ha vendido 14 fotografías de Manuel Alvarez Bravo y Lola Alvarez Bravo, y, junto con la galería Quetzali, de Oaxaca, una gran pieza de cerámica de Francisco Toledo, quien es conocido en Madrid a raíz de su exposición, hace tres años, en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.

Claudina López y Graciela Cervantes, de la Quetzali, que ha vendido trabajos de Jesús Lugo y Guillermo Olguín, consideran a la feria ''una ventana muy importante'' para el arte mexicano.

La Galería de Arte Mexicano, que vino a Arco por vez primera en 1991, tuvo el acierto de imprimir una hoja con los nombres de todos los artistas que maneja, aparte de imágenes y datos sobre las obras presentes en la feria. Alejandra Yturbe explica que trajeron obras de Leonora Carrington, Gunther Gerzso, Carlos Mérida, Sergio Hernández, Pedro Coronel y Juan Soriano, porque así se lo pidieron los comisarios.

Por su parte, Choche Ortiz, de la galería Arte Actual Mexicano, de Monterrey, reitera que más bien son promotores del arte y que el dinero viene como consecuencia de esa labor. Tiene apalabradas piezas de Julio Galán, Alberto Vargas y Carlos Barragán, pero, de no venderlas, se quedarán tranquilos.

Ramón López Quiroga -junto a su estand se exhibe el óleo Las dos Fridas, con fila para verlo- tampoco ha concretado ninguna transacción. Aunque tiene apalabradas fotografías de Graciela Iturbide y Héctor García, señala algo crucial para la inserción del arte mexicano en el mercado internacional: la falta de referencias de sus autores.

Precisa: "El público en general ha sido muy receptivo a nuestro trabajo; sin embargo, al no haber referencias de algunos, sobre todo de los artistas que cotizan más, la gente dice: 'me encanta, pero quién es ese señor Gerzso'. Uno les explica que es uno de los grandes maestros en México, pero como no encuentran referencias europeas para estos artistas, les resulta difícil pensar en pagar a lo mejor 20 mil dólares para una obra''.

-¿Cómo, entonces, promover el arte mexicano?

-La forma de promoverlo es buscar foros donde se exhiba, no nada más lo clásico, los muralistas, sino encontrar los espacios para que el público pueda contextualizar y ubicar los artistas.

 
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