Usted está aquí: lunes 14 de febrero de 2005 Cultura El curador de Iconofagia denuncia presiones de funcionario español

Amagó con hacer un escándalo si no retiraba de la muestra las piezas molestas, sostiene

El curador de Iconofagia denuncia presiones de funcionario español

Alfonso Morales también acusa a Alvaro Ballarín, director de Museos de la Consejería de Cultura de Madrid, de escamotear el catálogo en el que sí aparecen las fotografías censuradas

MERRY MAC MASTERS ENVIADA

Ampliar la imagen En los pasillos de la Feria Internacional de Arte Contempor�o FOTO AFP

Madrid, 13 de febrero. Un ejemplar del catálogo de la exposición Iconofagia. Imaginería fotográfica mexicana del siglo XX, abierta en la sala Canal de Isabel II, obra en poder de Alfonso Morales. Así se desmienten las declaraciones publicadas hoy en un diario local, en las que Alvaro Ballarín, director de Archivos, Bibliotecas y Museos -dependencia de la Consejería de Cultura y Deportes de la Comunidad de Madrid-, afirma haber acordado con el curador mexicano quitar varias piezas de la muestra y que el catálogo no ha salido por cuestiones técnicas.

''Esta es una mentira -expresa Morales. Las piezas se quitaron bajo la presión de armar un escándalo el mismo día de la inauguración. Se aceptó dejar una parte de esas imágenes, en el entendido de que en el catálogo, en su calidad de documento, estaría la colección completa, para poder entender el discurso curatorial.''

De acuerdo con Morales, el catálogo está ''secuestrado''; además, con la posibilidad de de que ''no se saque a la luz pública o que lo mutilen. Cualquiera de esas cosas en un atentado, una decisión unilateral de una persona sobre un trabajo intelectual que no hizo, de una curaduría que estuvo avalada por el comité curatorial de la Feria Internacional de Arte Contemporáneo Arco, que conocía los materiales''.

Regreso a la Inquisición

Morales describe la situación como "un retorno a los años 50 y a los autos de fe inquisitoriales".

Afectado por los sucesos, trata de ''no sufrir tanto al recordar a una tía abuela que cuando era muy niño, para protegerme de la visión de una portada de Sarita Montiel donde se mostraba una parte de sus senos, le tejió un encaje y se lo pegó encima.

''Al parecer los fantasmas de Uruchurtu y Ruiz Cortines cruzaron el Atlántico a nado y ahora encarnan esas figuras grises de una burocracia cultural que me sorprende estén a cargo de recintos donde circulan ideas.''

La exposición y el catálogo, reitera, no tienen ningún ánimo provocador, sino que la fotografía está vista como ''imaginería religiosa, sexual, popular, deportiva... Lo que a uno se le ocurra. Sólo alguien que verdaderamente tiene un dildo en la cabeza ve esos fantasmas. Ellos (la consejería) son quienes llaman la atención sobre esas imágenes que estaban en la exposición, no por ser pornográficas, sino por ilustrar una forma de fotomontaje".

La imagen que más molestó fue la de una mujer desnuda sentada de frente, con la cara de Rita Hayworth sobreimpuesta, que se introduce un vibrador ''de los años 50'' en la vagina.

A Morales le interesa que quede asentado que la consejería ha tomado una decisión unilateral, que pasa por encima de los derechos autorales, al no respetar un trabajo intelectual que, peor todavía, conocían de antemano. Todo el material, recuerda, ya se publicó en México. Pueden, agrega, ''quemar, cercenar, hacer papel periódico del catálogo, pero no van a destruir las imágenes ni el mundo que está detrás de ellas''.

-¿La consejería tiene derecho de destruir el catálogo?

-De ninguna manera están en su derecho porque, aparte, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes dio un apoyo económico para su edición, y además me están pagando mi trabajo.

-¿Cuánto dinero aportó?

-No sé cuánto. Pero, así fuera 5, 10, 15 por ciento, no importa. Se entiende que es un proyecto que dos instancias dedicadas a la divulgación de la cultura apoyan con un curador profesional.

-¿Las autoridades mexicanas te han dejado solo?

-Las autoridades mexicanas están interesados en que eso tenga una solución política y diplomática que no afecte la relación, por supuesto. Me han expresado, digamos, el hecho que respetan mi trabajo, que no ha habido engaño al respecto de las imágenes. Es decir, que el material pasó por una evaluación curatorial.

''Por otra parte, también afirman que no están en condiciones de criticar las políticas culturales de otros recintos e instituciones. En ese sentido me quedo solo, encarnando la figura del demonio en contra de esos cruzados, pero no me importa.

''He razonado mi enojo y quiero pensar a quién incomodé, quiero conocer los mecanismos de la derecha, que parecen ser muy elementales. Ya lo había leído, pero me encuentro en una batalla en donde sólo el Santo me podrá salvar, porque está de mi lado.''

En la medida que Alfonso Morales no ha logrado liberar un objeto cultural secuestrado, hace un llamado a la razón de los que sí están en posibilidades de hacerlo. ''No serán condenados al infierno. No van a pervertir las conciencias de los niños madrileños, se los garantizo.''

 
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