Presentan ambientalistas demanda para anular el permiso concedido por Semarnat
Fonatur y grupo privado falsearon información sobre proyecto en Cancún
Se "maquilló" la información para aparentar que era un desarrollo sustentable y de bajo impacto
Miles de hectáreas consideradas reservas naturales, en riesgo de venderse para negocios turísticos
Ampliar la imagen En la tercera secci�e la zona hotelera de Canc�lo se pueden echar a andar proyectos tur�icos "de altas restricciones ecol�as" FOTO Jos�uis L� Soto
El Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda) presentó ante el Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa una demanda de nulidad de la autorización que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) otorgó al Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) y al grupo Golf & Resorts (G&R) para el desarrollo turístico Riviera Cancún porque "mintieron" a la autoridad en sus manifestaciones de impacto ambiental y "maquillaron" la información para aparentar que se trataba de un proyecto sustentable y de bajo impacto, que son los únicos permitidos en humedales.
Así, el Fonatur no sólo vendió a G&R en 71 pesos el metro cuadrado de terreno en la zona hotelera de Cancún para construir un desarrollo de "gran turismo" que incluye dos campos de golf, sino que la Semarnat otorgó el permiso -se trata de una zona de mangle- con base en una manifestación de impacto ambiental que contiene muchas falsedades, informó Patricio Martin, representante en Quintana Roo del Cemda.
El artículo 35 de la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente establece que cuando los promotores de un proyecto ofrecen información falsa a la autoridad se debe negar el permiso. Y G&R y Fonatur dijeron en su manifestación de impacto ambiental que como contaban con 814 hectáreas para desarrollar su proyecto y sólo se desmontarían 194 (120 de mangle) -poco más de 20 por ciento del terreno-, el impacto ambiental sobre el terreno sería "menor".
De hecho, de acuerdo con la autorización de la Semarnat, en la tercera sección de la zona hotelera de Cancún sólo se pueden echar a andar proyectos turísticos "de altas restricciones ecológicas".
Sin embargo, G&R no compró a Fonatur todo el polígono de la tercera sección de la zona hotelera de Cancún (que los ecologistas denominan humedales de Nichupté), sino solamente 377 hectáreas, lo que -dicen los ambientalistas- implica que si desmontan 194 hectáreas estarán aprovechando (será rellenado el mangle para construir los campos de golf) más de 70 por ciento del terreno y eso "nada tiene de sustentable ni de bajo impacto", señaló el ambientalista.
La manifestación de impacto ambiental "falsamente" establece que el desarrollo se realizará en una superficie de 814.71 hectáreas (en su página de Internet, G&R dice a sus posibles clientes que el desarrollo turístico Riviera Cancún cuenta con más de 800 hectáreas); sin embargo, la escritura pública -número 17,646, de fecha 10 de noviembre de 2004- muestra que el grupo empresarial sólo adquirió para su proyecto 377.87 hectáreas.
El resto del polígono, que todos consideraban ya propiedad de G&R, sigue estando en manos de Fonatur, apuntó el ambientalista, y forma parte de un terreno de más de 3 mil hectáreas que desde 2000 el gobierno ofreció convertir en Area Natural Protegida. De hecho, durante la inauguración del proyecto Riviera Cancún el presidente Vicente Fox Quesad volvió a anunciar que el gobierno federal donaría esas mismas tres mil hectáreas para convertirse en áreas protegidas.
En Cancún, Fonatur maneja miles de hectáreas de terreno que son consideradas reservas naturales por todos (los ambientalistas, las autoridades municipales y la Semarnat); sin embargo no se ha emitido el decreto que las proteja y siempre será factible que se vendan para nuevos desarrollos turísticos. El terreno de 377.87 hectáreas enajenadas por Fonatur a G&R en 71 pesos el metro cuadrado -pese a encontrarse en la zona de mayor plusvalía de Cancún- consta en buena parte de humedales, cuyo uso del suelo y algunas normas oficiales en materia ambiental fueron cambiados para poder aprobar el proyecto de dos campos de golf y hoteles de "gran turismo".
El TFJFA recibió la demanda de nulidad contra las autorizaciones de la Semarnat a G&R y Fonatur el pasado 11 de febrero, mediante la cual el Cemda reclama también que la Semarnat no haya garantizado que las vialidades interiores del proyecto Riviera Cancún permitan el libre paso de la fauna silvestre.
Patricio Martin explicó que el método constructivo autorizado por Semarnat para las vialidades que irán sobre el humedal costero impiden el libre paso de cualquier cuerpo sólido, incluyendo la fauna silvestre que habita en el predio.
"En la manifestación de impacto ambiental se estableció el método constructivo del campo de golf, el cual se hará mediante un relleno que impide los flujos hidráulicos superficiales, método que fue aprobado por la Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental"; pero además la dependencia encargada de la protección al ambiente tampoco se preocupó por garantizar que las vialidades internas sean "veredas flotantes" una especie de palafitos que permitirían la circulación del agua y de las especies que ahí viven.