De lo contrario, el partido seguirá sólo como "aparato de acompañamiento"
Autonomía ante liderazgos, plantea Valenzuela
Camilo Valenzuela, aspirante a la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional del PRD, se define como uno de los pocos militantes históricos de la izquierda revolucionaria; considera que la nueva dirigencia deber encabezar la izquierda popular y democrática, pero sobre todo debe reivindicar la lucha de los sectores pobres y dar impulso a la cultura abandonada por la burocracia perredista.
"El PRD necesita un presidente de izquierda popular, democrática, revolucionaria, y no uno, digamos, socialdemócrata, nacionalista, porque esos son los que han predominado en el partido y lo tienen en la crisis", asegura en entrevista con La Jornada, en la que destaca que su partido no debe continuar alejándose de su vinculación con los mexicanos.
Reconoce el liderazgo de Cuauhtémoc Cárdenas y de Andrés Manuel López Obrador, y no tiene duda de que las opiniones de ambos serán importantes en la definición del relevo en el sol azteca.
"Creo que son líderes relevantes y sus opiniones pesan; sin embargo, tiempo atrás en el partido las fuerzas internas hemos venido ganando autonomía frente a los liderazgos. Particularmente yo encabezo una expresión interna que no es corriente, es una red de equipos y militantes que nacimos luchando para que el PRD ganara autonomía frente a los liderazgos", expresa.
Valenzuela asegura que si los nuevos dirigentes nacionales del PRD no son autónomos de las corrientes y de liderazgos como los de Cárdenas y López Obrador, "va a seguir siendo sólo un aparato de acompañamiento".
Se le preguntó si existe imposición de dirigente en el PRD. Valenzuela sólo respondió que su competidor Leonel Cota Montaño, ex gobernador de Baja California Sur, es un hombre cercano al jefe de Gobierno del Distrito Federal.
Valenzuela está seguro de que el nuevo dirigente del CEN perredista debe reunir cuatro objetivos: "Significar una ruptura con la dinámica imperante, que le ha costado al partido desprestigio externo y descomposición interna. El segundo debe ser una dirigencia autónoma frente a los liderazgos y los equipos, garantizar imparcialidad frente al candidato presidencial.
"Tres: debe facilitar el rencuentro con la lucha social y, cuatro, tiene que haber demostrado con la trayectoria, dentro y fuera del partido, que va a luchar en serio para que se respete la regla democrática del partido y cuidar la independencia del PRD frente a liderazgos y grupos de poder, económicos y políticos", concluyó.