Organización ''secreta'' de ciertos sectores
A partir de que el Ejército Zapatista de Liberación Nacional se levantó en armas, el primero de enero de 1994, el Ejército Mexicano puso en marcha el Plan de Campaña Chiapas 94, que tuvo como objetivo estratégico operacional ''destruir la voluntad de combatir del EZLN, aislándolo de la población civil y lograr el apoyo de ésta en beneficio de las operaciones''.
Lo anterior consta en un documento publicado en una revista semanal, en 1998, en el que se añade que otra misión de los militares -porque en los hechos siguen operando en la zona de conflicto hasta la fecha- es ''romper la relación de apoyo que existe entre la población y los transgresores de la ley''.
Además de que los servicios de inteligencia militar tienen la encomienda de organizar ''secretamente'' a ciertos sectores de la población civil, mientras que instructores militares quedaron a cargo del adiestramiento, asesoramiento y apoyo a organizaciones paramilitares.
Los militares quedaron a cargo de la instrucción, asesoramiento y apoyo a dichos grupos, como Desarrollo, Paz y Justicia.
El Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas señala por su parte que la descripción del texto fechado en la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) en octubre de 1994, ''confirma'' sus denuncias, que datan de 1995, en el sentido de que ''la existencia de paramilitares es una lógica de guerra de baja intensidad o guerra irregular''.
Y sostiene que la campaña militar que ordenó el 9 de febrero el presidente Ernesto Zedillo -cuando la Procuraduría General de la República dio a conocer el aseguramiento de ''dos arsenales'' del EZLN en Veracruz y la ciudad de México, así como la orden de captura en contra de Rafael Sebastián Guillén, a quien las autoridades federales ubican como el subcomandante Marcos-, ''no es más que la implementación de una estrategia desarrollada por la Sedena llamada Plan de Campaña Chiapas 94.