ONG documenta el caso del activista Felipe Arreaga Sánchez, "preso de conciencia"
Sin tregua, caciques madereros hostigan a ecologistas en sierras guerrerenses
El detenido es acusado de homicidio, pese a contar con testigos de que no lo cometió
Ampliar la imagen Instrumentos de transporte y recreaci�n la sierra de Petatl�FOTO Rosa Rojas
Las Mesas, Municipio de Petatlan, Gro. ¿Cuál ley impera en las sierras de Petatlán y Zihuatanejo, Guerrero?
La del miedo.
Como ocurre en otras regiones del país, aquí también los luchadores sociales son acusados de homicidio, robo, narcotráfico o cualquier delito grave para desactivar las movilizaciones sociales. Ahora 14 ecologistas están acusados de haber emboscado y asesinado, el 30 de mayo de 1998, a Abel Bautista Guillén, hijo de Bernardino Nino Bautista Valle, cacique maderero de El Mameyal. Por esa razón, Felipe Arreaga Sánchez está preso desde el 3 de noviembre pasado en el penal de Zihuatanejo.
Arreaga Sánchez, la cara más visible de la Organización Ecologista de la Sierra de Petatlán y Coyuca de Catalán (OESP), acusado también de asociación delictuosa, presentó testigos de que el día y la hora de la emboscada él estaba en el pueblo de Las Mesas, distante unas tres horas del lugar de los hechos, curándose de una lesión en la columna vertebral que le impedía caminar. De nada valieron los testimonios ante el juez José Jacobo Gorostieta Pérez. Poco ha importado también que los denunciantes -el propio Bernardino Bautista y su hijo Prisciliano- no se hayan presentado para sostener la acusación.
La aprehensión de Felipe es el más reciente capítulo de la desigual batalla -que se libra desde hace más de medio siglo- entre campesinos defensores de sus bosques y talamontes después que Rodolfo Montiel Flores, otro dirigente de la OESP reconocido internacionalmente, y Teodoro Cabrera fueran "extirpados" de la región luego de su detención ilegal y tortura por elementos del Ejército, su reclusión durante 30 meses y su excarcelación, el 8 de noviembre de 2001, por razones "humanitarias" -de salud-, según arguyó el presidente Vicente Fox al liberarlos, sin que se reconociera su inocencia ni se investigara y sancionara a los militares que los incomunicaron, torturaron y les fabricaron delitos. Ahora Montiel es coacusado en el homicidio de Abel Bautista y se le libró nueva orden de aprehensión.
Arreaga y Digna Ochoa
La excarcelación de Montiel y Cabrera se consiguió gracias a que numerosos grupos ecologistas nacionales y foráneos la solicitaron, pero además porque tres semanas antes su abogada defensora, Digna Ochoa, también reconocida internacionalmente, fue encontrada muerta de dos balazos en su despacho en el Distrito Federal, hecho que motivó el repudio de cerca de un centenar de organizaciones e instituciones defensoras de los derechos humanos, así como innumerables personalidades de todo el mundo, y que hasta el Departamento de Estado estadunidense condenara su "asesinato brutal" (el cual, según la Procuraduría de Justicia del Distrito Federal, fue "suicidio").
Digna Ochoa, quien durante el juicio a Rodolfo y Teodoro logró demostrar las violaciones a los derechos humanos de éstos cometidas por los militares que los detuvieron en 1999, había hecho un recorrido días antes por diversos poblados donde han trabajado los ecologistas, entre ellos El Zapotillal, Banco Nuevo y El Mameyal, acompañada por un delegado de la organización Food First Information Action Network, Harald Ihmig, "para comprobar las denuncias de las presiones que ejercen sobre los campesinos ecologistas y sus familias, caciques y militares". Fue Arreaga Sánchez, en su cuatrimoto, quien trasladó a Digna y a su acompañante por las accidentadas brechas serranas.
En este contexto de persecución sin tregua contra los campesinos ecologistas, a la vista de las irregularidades en el proceso contra Arreaga Sánchez, el Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan califica a Felipe de "preso de conciencia".
Por su parte, Amnistía Internacional declaró el 12 de noviembre su certeza de que "hay claros indicios de que los procesos contra Felipe Arreaga tienen motivaciones políticas" y llamó a las autoridades a asegurar que sus derechos sean respetados y reciba trato justo.
Aunque Arreaga Sánchez explícitamente ha deslindado al movimiento ecologista de cualquier partido político, muchos piensan que su detención está relacionada en parte con las elecciones para gobernador del estado, que tendrán lugar el próximo 6 de febrero.
"El PRI está reforzando el viejo sistema de cacicazgos locales", comentó por su parte Silvestre Pacheco, integrante de la organización ecologista SOS Bahía, de Zihuatanejo.
Pocos, sin embargo, se atreven a hablar abiertamente de estos problemas. Hay indignación en la sierra "por lo que le están haciendo a Felipe", pero también hay miedo, pues son numerosos los crímenes que han quedado impunes en la región. Botones de muestra: Aniceto Martínez, asesinado, de acuerdo con reportes del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, por pistoleros de Bernardino Bautista; Elena Barajas, ultimada por un militar que acompañaba a Bautista; Romualdo Gómez García, victimado por el propio Bernardino Bautista, y Salomé Sánchez Ortiz, muerto por soldados del 40 batallón de Infantería cuando detuvieron a Montiel y Cabrera. (La Jornada, 23 de octubre de 2001).
¿Un muerto matón?
En la averiguación previa AZUEII/039/98 se solicitó "acción penal y de reparación del daño" contra Rodolfo Montiel Flores alias El Burro, Celso Figueroa Villa, Abelardo Figueroa Villa, Juan Bautista Valle (ya fallecido, hermano de Nino y ex presidente de la OESP), Jesús Bautista Fuerte, Albertano Peñaloza Domínguez, Felipe Arriaga (sic) Sánchez, Crispín Sánchez Santana o Crispín Cortés Santana, Delfino, Rodolfo, Octavio, Félix Marcial y Jesús, todos de apellido Cortés Santana y Roberto Cabrera Torres, como probables responsables del homicidio de Abel Bautista Guillén.
Se dice en la misma que Abel Bautista iba en una camioneta en compañía de su hermano Prisciliano Bautista Mederos cuando fueron emboscados, a las 16 horas, a la orilla del río Coyuquilla, en el paraje Paso del Muerto, perteneciente al ejido El Mameyal, municipio de Petatlán, por varios hombres que se ocultaban entre la maleza y les dispararon.
Prisciliano pudo bajar del vehiculo, se escondió bajo una roca y "logró ver" que los que dispararon fueron, precisamente, las personas arriba mencionadas. Corroboró ese dicho Feliciano Santana Madero, quien, se afirma, "se encontraba cortando leña cerca del lugar". Otro acusador es el propio Bernardino Bautista Valle, quien no presenció los hechos.
Durante un recorrido realizado en compañía de Celsa Valdovinos, esposa de Felipe, por la sierra de Petatlán, se pudo verificar que Crispín Cortés Santana o Sánchez Santana no pudo haber participado en esa emboscada, por más que Prisciliano Bautista diga que lo vio el 30 de mayo de 1998 empuñando un arma de grueso calibre. A un lado de la brecha que va de El Mameyal a Banco Nuevo, en el paraje de Río Frío, junto a un tanque de agua, una cruz de madera ubicada entre una parota y un roble marca el lugar donde Crispín fue asesinado impunemente.
En la cruz se consigna: "El día 31 de marzo de /96 falleció el Sr. Crespín Cortez Santana a la edad D. 26 años". Este acusado yacía en el panteón de El Mameyal dos años antes de que Abel Bautista fuera asesinado.
En Las Mesas, donde Arreaga Sánchez afirma que se encontraba el día del asesinato de Abel Bautista, Catalina Valdovinos Ochoa, tía materna de Celsa, confirmó: "Felipe llegó acá el 28 de mayo hace seis años, en 1998, a que lo curaran porque venía descompuesto de la cadera. Acá se quedó y venía el huesero a sobarlo, el señor Gil Jaimes García. El estuvo hasta el 31, se fue el domingo en la tarde. Hubo una boda acá el 30 de mayo... andamos buscando la película (de la boda) para ver si salió Felipe... El señor Gil vino a sobar a Felipe el jueves y vino también el señor Zeferino Sánchez el viernes, y el sábado lo volvió a sobar el señor Gil Jaimes, pero ya en su casa porque ya pudo caminar Felipe. El 31, de mediodía para abajo, se fueron".
Durante la conversación con Catalina Valdovinos llegó Daniel Sánchez Salto, compadre de Felipe. "Yo venía a platicar con Felipe; él estaba descompuesto de la cintura y exactamente el día de la fiesta estaban preparando enfrente al novio para la misa de la boda... El aquí estuvo como cuatro días y me acuerdo que se fue un domingo, al otro día después de la fiesta", comentó.
Frente al hogar de Catalina Valdovinos, donde vivía el novio de aquella boda, Humberto Camacho Ibarra relató: "Llegué de Querétaro un día antes de la boda, un viernes; fui el sábado a la boda y a Felipe aquí lo vi el sábado, ahí estaba sentado (señala el corredor de Catalina Valdovinos); estaba derrengado (descompuesto de la cintura), con trabajos caminando. Lo vi el sábado acá como al mediodía y a Armando (el novio) acá lo vestimos entre las 4 y las 4:45 porque la boda fue a las 5 de la tarde. Y Felipe estaba sentado enfrente. Lo vi el viernes y el sábado sentado enfrente, y al hijo de Nino lo mataron el sábado a las 4 de la tarde", a tres horas de aquí.