Ixtapa: la sal de la Tierra
Eliana Sotomayor y Miguel Hernández
Las Salinas, Zinacantán, Chiapas. El pozo de la sal está ubicado en el ombligo de la tierra, así dicen los pobladores de Ixtapa. Es un terreno inclinado que pareciera derrumbado de ambos lados de este río, tanto en el poniente como en el oriente donde está la vereda que viene de la cabecera municipal. Es un lugar templado, el viento nace en este pequeño valle, moviendo ramas y pastizales y refresca los rostros de los ixtapenses. Los animales de este lugar tienen un tesoro en su hábitat natural y ahí es donde hallan su alimento compuesto de néctar de flores, frutos, insectos y gusanos.
Son tres familias las que radican en el borde del río. Estas pequeñas familias se asean en el río, beben el agua que nace en gotas sobre las piedras y así satisfacen sus necesidades, así afirma la señora Victoria Hernández Pérez que trabaja el pozo de sal y con eso sostiene a su familia.
El pueblo de Ixtapa tiene el nombre prehispánico como el lugar de la sal, traducido en lengua náhuatl después de la llegada del pueblo azteca y antes de la conquista española en Chiapas. Ixtapa debería llamarse "Yavil ats'am" (El lugar de la sal) en lengua bats'i k'op (lengua verdadera) o tsotsil. Ya que la población habla bats'i k'op, pero los pueblos han vivido conquista tras conquista, antes y después de la llegada de los españoles a los Altos de Chiapas.
El pueblo de Ixtapa por su sal ha descubierto un fenómeno natural para la curación del mal de estómago causado por la vergüenza de la persona y saborea la comida por haber hallado un pozo o manantial que fluye en el borde del río Ni'bak (La punta del hueso, el antiguo sobrenombre de la población ixtapense).
Desde el principio este pueblo que vio y experimentó utilidad y después lo adecuó para explotar sus elementos y procesarlos para el consumo humano. Según la versión de la Doña Victoria, los pueblos circunvecinos compran la sal de Ixtapa. Es muy costosa porque se necesita mucha leña para poder hervir el agua de la sal en el horno que ahí tienen.
La entrevistada dijo: "cuando preparamos la sal tenemos que utilizar los cinco sentidos para poder realizar bien el trabajo; es más, tenemos que realizar con mucha inteligencia e ingenio para que salga perfectamente la sal natural".
El proceso de preparación de la sal requiere varios pasos. Lo primero es sacar el agua con cubetas, hay que calcular perfectamente lo que deberá salir de sal. Con el horno que tienen saben cuanta cantidad de agua de sal cabe en un recipiente. Después hierven el agua tanteando hasta que se seca y queda el polvo blanco. Se enfría y la sacan con otro recipiente ya en bolitas duras. Se le machaca para dejarla bien fina. Al día siguiente se hacen las marquesotas de sal para poderla transportar metida en un cilindro de petate que ellos hacen.
Para mantener la higiene de este producto, cortan el forro, lo cosen utilizando las mismas medidas y la sacan al mercado en la zona de los Altos de Chiapas.
El pozo que tienen nunca se acaba. Si sacan tantas cubetas durante el día se vuelve a llenar en la noche y al otro día se encuentra todo normal. La creencia es que la sal es un misterio porque proviene del subsuelo y nadie sabe exactamente de dónde viene. Tampoco se sabe por qué este sabor salado y por qué no existe otra salina igual en otro lugar.
Los habitantes creen que Dios les ha dado la sal. A veces dicen: ¿cómo es que el agua del río nunca destruye el pozo de la sal?
En este sentido, se cree que el pozo de la sal está santificado por el Creador que ha dado la riqueza a su pueblo. Hay un mito que trata sobre la sal de Ixtapa: "un niño fue quien recibió la sal en sueño con un Ser Absoluto, quien le dijo que deberá estar el pozo en este sitio y deberán usar la sal como medicamento y para el consumo humano".
Solamente tres familias han tratado de mantener este trabajo primigenio, pues se trata de una ocupación que han dejado sus ancestros. Son pocas personas las que están trabajando porque han invitado a otras familias de Ixtapa, pero nadie se anima porque es laborioso.
En este tercer milenio es tiempo de exhibir la sabiduría
enigmática de las comunidades de Chiapas, la labor que realizan
en la clandestinidad y sólo así podrán demostrar que
poseen un conocimiento ancestral valioso frente a la erudición de
la sociedad globalizada.