JAZZ
Antonio Malacara
Los discos que faltaban
POR EQUIS O zetas que nunca faltan, algunos de los más importantes discos aparecidos en 2004 no llegaron a la rotativa, pero ahora arriban en tropel a manifestarse frente a la computadora, exigiendo su derecho a unas cuantas líneas ágatas. He aquí sus remisos comentarios.
SONORA ONOSON, YA son horas. Una verdadera pléyade de artistas unidos por la cuatitud y reunidos por el jazz y sus anexos. Alain Derbez convoca, toca el sax, el acordeón e intenta cantar; Iraida Noriega canta y toca el piano; Montserrat Revah está en las percusiones, Emiliano Marentes en la guitarra, Juan Carlos Novelo en la batería, Gerardo Batiz en steel drum y teclados, Juan Cristóbal Pérez-Grobet en el bajo y Jazzamoart en las improvisaciones plásticas. Casi todos compusieron algún tema, por lo que el disco, además del consabido agasajo instrumental, es un enorme mosaico sonoro.
SOCIEDAD ACUSTICA DE Capital Variable, En Vivo, Festijazz La Paz, Bolivia, 2002. El prolífico deambular discográfico de Marcos Miranda nos entrega este su undécimo disco (el cuarto como timonel de SA de CV), con la particularidad de estar grabado en su tierra natal, durante el festival anual que en aquel 2002 estuvo dedicado a Thelonious Monk. Así, y dado que la Sociedad aborda y borda cotidianamente en la iconografía monkeana, el álbum es todo un logro, desde el arte de la portada hasta la madurez que ya mostraba el grupo en la concepción de imágenes y la densa creación de atmósferas alrededor del blues, el bop y el avantgard.
ANDRES DE ROBINA. Reflexión alternativa del son jarocho. Andrés es uno de los artífices centrales de Cero Records y uno de los compositores más propositivos de estos tiempos. Hoy toma la esencia de múltiples sones veracruzanos, recurre a dotaciones instrumentales de la tradición jarocha (requinto, jarana, violín, quijadas, etcétera) y les da tratamientos tan sorprendentes como disparejos. Es decir, hay temas de logradísima y emotiva factura, como La gallina de Nicolás, que contrastan tristemente con lo desperdigado de la segunda parte del compacto.
ARISTA 5. JAZZAC II. Este cuarteto es el de mayor trayectoria y abolengo en la capital zacatecana. Entre los múltiples ires y venires de elementos, este año se reagruparon con los músicos de mayor trayectoria en sus filas y cada cual aportó dos composiciones para editar la segunda parte de Jazzac (la primera la grabaron en 1998). Pablo Quezada está en los saxos, Arturo Rivera en el bajo, Eduardo Díaz en la batería y Jorge Omar Rincón en los teclados. Su propuesta es franca, elegante y directa, sin complicaciones, y por esta ocasión han hecho a un lado su recurrente exploración por la música tradicional de Zacatecas para sumergirse en sus propios temas.
MITOTE JAZZ. CARRETA de sueños. La fiesta de pueblo, el free jazz, la música folclórica latinoamericana, el entreverado y ágil manejo del castellano, los aires casi intangibles del rock setentero y la emotividad vuelven a aparecer en el cuarto disco del Mitote; obviamente, bajo la batuta musical de Arturo Cipriano y los diseños espirituales y poéticos de Isabel Tercero. Están además las baterías de Víctor Castillo y Daniel Kitroser, la acidez guitarrera de Eduardo Velarde, el bajo de Joaquín Zamudio, el piano de Javier Reséndiz y dos millones de músicos invitados al ritual.
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