Estos cuadros, verdaderos documentos gráficos, están, por lo general pintados al óleo y suelen representar escenas familiares que ilustran sobre la vida colonial. Así se obtiene información muy variada sobre las costumbres, oficios e indumentaria de los grupos sociales de la época, y especialmente acerca de la producción de objetos artísticos y artesanales, como el trabajo en barro, textiles, cobre, cestería, joyería, laca, alfeñique, cocina, talabartería, vidrio, herrería, panadería, entre muchos otros.
En los cuadros se representan a la madre y al padre con su hijo o hijos, hay niños y niñas de diferentes edades. Un buen número de niños se pintan colaborando con sus padres en el trabajo, son alimentados por sus padres, o aparecen ayudando a dar de comer a una mascota, por lo general loros y guacamayas. Son varios los niños que llevan un juguete. Los juguetes que más se pintaron fueron los caballitos; los hay de bulto para montar, seguramente de cartón, así como otros cuya cabeza sobresale de un palo que los niños montan. Otra versión de este tipo es un caballito completo en el extremo del palo.
Varios de los niños que tienen a un caballo como juguete, llevan una especie de complemento a su juego; se trata de un disfraz que consiste en una prenda que va sobre el traje, consistente en dos piezas de tela rectangular, una en el frente y otra en la espalda, unidas por tirantes. Hay varias decoradas con dibujos florales, otra tiene la imagen de un moro; algunos de los niños "de a caballo" blanden una espada de juguete y tienen un tocado especial que complementa su atuendo.
Entre los juguetes hay también muñecas y una niña
juega con pequeños trastes que ha sacado de un cofrecito. En otro
cuadro, un niño acciona una cerbatana; puede verse el bodoque lanzado
por el aire. Otro más lleva un pequeño fusil; una niña,
en brazos de su madre, lleva en su cintura un serie de dijes y juega con
uno de plata que cuelga de un listón.
Los niños mayores jugaban con papalotes o con una especie de rehiletes; hay dos cuadros en que se pintó a los pequeños hijos jugando con arcos y flechas, seguramente para enfatizar la fiereza
de los "indios bárbaros". Aunque pudieran parecer abundantes los juguetes que se representan, sólo algunos niños, por lo general, de las clases más
acomodadas, son los que tienen un juguete.
Agradeceremos que nos envíen datos acerca de las celebraciones que se realizan en su comunidad, así como descripciones de sus costumbres y tradiciones. También serán bienvenidos sus comentarios y correspondencia a: La Jornada, Av. Cuauhtémoc 1236, colonia Santa Cruz Atoyac, Benito Juárez C.P. 03310, sección Cultura, página Tradición y Cultura. |