Algunos apuntes sobre la dificultad
de ser escritor tseltal
Armando Sánchez Gómez
Desde muy niño oí en la fogata los relatos
y cuentos que narraba con maestría mi abuelo materno Juan Gómez,
Juan Tenam como lo solían conocer, que venía a la
casa en el tiempo que maduran los duraznos melocotón y blanco, y
charlaba los cuentos: La diosa del maíz, Voces de caracoles,
El habla de los perros, el hombre que contrajo matrimonio con una mujer
de corcho, Las voces de fuego. Esta fue mi formación de niño
en los años 80 a 83. Después de su muerte de mi abuelo maestro,
tuve la inquietud de que me contara mi madre para ir almacenando en la
plasticidad de mi intelecto. En 1987 empecé a documentar y luego
escribirlo en un compendio: Ofrenda de nuestros primeros ancestros de
Oxchuc. Así inició mi trayectoria de escritor. La escuela
bilingüe no me formó en la disciplina literaria, ni ahora forma
niños indígenas en la escritura de su lengua materna.
Hablar de literatura contemporánea tseltal no es fácil. Se requiere una formación cultural continua, asistir a los talleres y realizar lecturas de obras literarias de escritores clásicos, entre otros. La mejor posibilidad de enriquecer nuestra escritura literaria es mantener una relación entre los "escritores" indígenas y no indígenas. Para llegar a ser generador del aprendizaje de la comunidad lingüística se requiere una permanente actualización.
Como escritor tseltal organizo talleres literarios en lengua tseltal-tsotsil, con la fe en que el futuro de la literatura consiste en saber que hay cosas que sólo la literatura puede humanizar nuevamente a la sociedad, particularmente a la sociedad indígena, empobrecida hasta la miseria en los últimos cincuenta años. Lo anterior me ha costado mucho como promotor cultural en la transformación de los niños, jóvenes y adultos del paraje. Implementar el taller literario tseltal surgió para que los niños aprendieran a escribir en su tseltal. Sólo con la promesa de que a través de un taller literario la escritura de la lengua indígena haga el registro minucioso del acontecer en las comunidades indígenas, ya que la cotidianeidad transparenta las estructuras culturales más profundas, los saberes y costumbres tseltales. El sistema de educación indígena bilingüe bicultural jamás centró sus actividades, sus objetivos y metas en enseñar a la población lingüista, enraizada en su propia sabiduría cosmogónica y los valores del pueblo tseltal de Oxchuc.
En los cuentos y relatos se rescatan los valores filosóficos de la cultura indígena, especialmente la tseltal. En el libro Sk'optak lum k'inal, Voces de la selva, podemos apreciar el cuento de Claudia Sántiz López, de once años de edad --el "Canto del pájaro malk'olech"--, el canto como mensajero para realizar la siembra de la milpa, que muestra la comunicación, la relación hombre-animal. Waxuk p'al k'op ta sakubel k'inal, Ocho palabras del amanecer, es un libro que explaya en toda la extensión de la palabra la creación literaria y la poética tseltal --una muestra de la literatura tseltal como pedagogía en la vida comunitaria lingüística y en las variantes dialectales tseltales. Ahí está parte de la experiencia de los niños, jóvenes y adultos del pueblo. En un fragmento del cuento "Sk'ulejal K'altik, Riqueza de la milpa", recopilado por Nayo Sánchez Gómez, don Jacinto Sánchez le dice a sus nietos y bisnietos "Sí ven la milpa con hojas verdes plateadas y con dos o tres gusanos de chup, es el lenguaje de tener buena cosecha, pero si ven una copa de hongo con granos de maíz, cosecharás buenas mazorcas. Si ven la milpa que vuela danzando, rodeando el pájaro de tejerex, es el lenguaje que preparaste a tiempo la milpa, con alegría de tu corazón".
Un fragmento del cuento "El graznido del ave nocturna", de Carlos Sántiz López, niño de nueve años, dice: "no imites el graznido del ave nocturna, porqué estás liberando otra alma y tu serás la presa de esa ave".
Maricela Sántiz López, joven-niña
estudiante de telesecundaria de 13 años de edad, en el cuento mítico
tseltal "Pezones de areola negra", al referirse al curandero dice: "tu
esposa tiene un niño-gusano que le mama los pezones, eso impide
que se embarace tu mujer, pero se puede curar, si me das la oportunidad
y la confianza de hacerlo, lo haré, nada más que en la noche.
Compra un paño rojo, con eso le sobaré sus senos, pero convence
primero a tu esposa y así verán que sí tendrán
sus hijos".
En "Elejk' k'altik", poema oral de Nayo Sánchez
Gómez, se aprecia la fe del agricultor tseltal por el robo de sus
primeras mazorcas y asegura a cambio la buena cosecha para la otra siembra,
no denuncia, es tolerante.
La labor del convencimiento hacia los padres de familia
advierte que el papel de la lengua tseltal tiene el mismo valor que cualquier
otra lengua. Nuestros hijos tienen que aprender a leer y escribir en su
lengua. Eso no quiere decir que no aprendan español, y si tienen
la oportunidad de aprender inglés y otras lenguas, mejor; eso les
permitirá enriquecer su geometría mental y la diversidad
lingüística del saber.
La metodología para promover, "contagiar" el uso de la escritura en tseltal es leerles libros a los niños, textos en lengua tseltal: cuentos y relatos de escritores indígenas de la misma comunidad lingüística sin importar la variación dialectal.
La comunidad lingüística tseltal se compone de once municipios: Oxchuc, Ocosingo, Chilón, Yajalón, Sitalá, Tenejapa, San Juan Cancuc, Valle de Santo Domingo, Chanal, Amatenango del Valle, Altamirano y Pantelhó.
Ahí hay uno o dos "intelectuales" que participan en la elaboración de material didáctico, gramática y diccionarios.
En el taller literario tseltal, como grupo, con alfabeto práctico iniciamos a jugar, a formar palabras, textos libres, fragmentos de ideas escritas; pero para llegar a una verdadera invocación y contagio de la lengua es necesario leerles mucho, mucho, apreciando los componentes de nuestro idioma, su riqueza, su sonoridad.
La importancia de la lengua materna la transmito platicando, dialogando con ellos, haciendo algún recorrido histórico por la comunidad, la vida cotidiana o sus sueños. A partir de éstos y de sus vivencias podemos crear relatos, cuentos y poemas, retomando la sabiduría tseltal. No hablo de rescatar la lengua sino de escribir. El idioma no lo vamos a rescatar en su pureza pues siempre sufre un proceso evolutivo o de transición; cambian las fonologías del habla oral. Lo que importa es registrar a través de la escritura los pensamientos de la propia comunidad.
En el taller literario tseltal se percibe la manifestación estética, la rebeldía del abuelo escritor. Los niños, jóvenes y adultos se explayan en toda la extensión de la palabra. No se cohiben en su escritura tseltal en los cuentos; relatan lo que ven, lo que pasa en la vida cotidiana. Niños, jóvenes y adultos tseltales tienen una vasta imaginación lúdica, satírica y pueden convertirse en buenos lectores y escritores.
Manuel Sántiz Gómez, poeta tseltal, manifiesta que los únicos testigos de justificar el desamor a la vida son los cerros de Oxchuc, cuando dejan de existir en esta madre-tierra, ombligo del mundo para los oxchuqueros.
Como escritor tseltal aprecio la riqueza y diversidad cultural en la literatura como pedagogía; en la práctica de la educación de los pueblos tseltales se tiene en cuenta a los abuelos, a los padres-madres, para educar y conducir a la vida social con su contorno natural al niño, al joven. En los tiempos libres, en la reunión ceremonial o en el momento de calentarse alrededor del fuego ellos relatan cuentos, fragmentos de ideas. Es parte de la educación tseltal. Los estudiosos o científicos lo denominan educación informal; para la comunidad lingüística se llama educación para el destino de la vida.
Como escritores deberíamos luchar por elaborar
y hacer llegar los materiales literarios a la comunidad lingüística;
hay que dotar de más libros por cada niño y comunidad para
que contribuyan a enriquecer su geometría intelectual del pueblo
tseltal.
se presentaron en la celebración de los quince
años de Ojarasca en San Cristóbal de las Casas, Chiapas.
Elejk' k'altik
Ch'in jtatik Ja' ne'el la jk'abon cha'oox ch'ixuk, te sbabiyal syijil k'alej la jwijk'tabon te xyaxal xyaxinal yu'ninal slekil ak'ab slojchib ak'ab wokol awal ch'in jtatik ta yan ja'wil lekilme k'altik ya tsak jtukel yan te ja'ate me'baj me ya xilat ta akuxinel ta awe'el wuch'bal |
Cosechador de mazorcas
Joven-abuelo cosechador de las primeras mazorcas, de mi milpa en camagua, has dejado la sombra, la pureza de tu dedo tierno, la palma de tu mano, gracias, joven-abuelo, tendré mejores mazorcas para otro año, tú serás más pobre de vida, de tu alimento |
Nayo Sánchez Gómez
Spamlej wistikal k'inal
Spamlej wistikal k'inal le koltayel a te ayon ta wokol te laj te jme'tike Xojetnax te sakubel k'inale xojobil k'aal k'ot ta jchu' t'ul-lajan ya'lel sit yu'un te ch'aybe'ele Ba'anti ayat jme'tik... tijk' ta xch'ivh'el jkot'an ya jts'ibuybat nichimal k'op, yu'un te ch'ayat be'ele |
Valles y montañas
Valles y montañas fue mi justicia, cargando la pena, la muerte de mi amada. Resplandeciente amanecer, anillos de sol, llegó hasta mi pecho, una lágrima gotea mis ojos, por su abandono. ¿Dónde estarás amada mía...? vasta en la tinta de mi corazón escribo un poema en tu ausencia. |
Manuel Santiz Gómez