México D.F. Sábado 11 de diciembre de 2004
Inviable, el flamante programa nacional en la
materia, señala el Centro Miguel Agustín Pro
Los derechos humanos aún no son realidad plena
en México: Fox
Señala que su gobierno no ha evadido los feminicidios
en Ciudad Juárez
JUAN BALBOA
El presidente Vicente Fox afirmó que la democracia
asegura que la represión nunca vuelva a ser un instrumento de gobierno
en México, "garantiza también que ninguna autoridad esté
por encima de la ley", y criticó a las administraciones pasadas
pues "no veían ni escuchaban" a quienes disentían de sus
perspectivas. Dijo que aunque hay avances todavía los derechos humanos
no son una realidad plena para todos.
Al encabezar la presentación del Programa Nacional
de Derechos Humanos, Fox se mostró satisfecho porque, "gracias a
nuestra comisión de política gubernamental en materia de
derechos humanos", el gobierno que encabeza desde hace cuatro años
ha logrado consolidar una política de derechos humanos de Estado,
ajena a vaivenes políticos y a calendarios electorales.
"En México los derechos humanos no son un ejercicio
de relaciones públicas para mejorar la imagen del país en
el exterior; su defensa y promoción son ya uno de los objetivos
rectores de la agenda política", subrayó ante el representante
de la Oficina del Alto Comisionado de la Organización de Naciones
Unidas (ONU) para los Derechos Humanos, Anders Kompass; el ministro Mariano
Azuela Güitrón, presidente de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación; José Luis Soberanes Fernández, titular
de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, y gobernadores.
Hizo
referencia a los homicidios y desapariciones de mujeres en Ciudad Juárez,
Chihuahua, como sucesos que "agravian nuestra sensibilidad", pues su impunidad
ofende a cada mexicano.
Recordó que hasta ahora 81 servidores públicos
del gobierno de Chihuahua han sido denunciados al no haber cumplido con
la legalidad y con su deber.
"Mi gobierno no ha evadido su responsabilidad, los resultados
de la Comisión para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las
Mujeres y de la fiscalía especial están a la vista y han
sido ampliamente informados", agregó, y se comprometió a
hallar la verdad y castigar a los culpables; "no permitiremos que en Juárez
o en cualquier otro lugar las mujeres sean agredidas o discriminadas".
Dijo sentirse satisfecho de encabezar "el primer gobierno
en la historia del país" con un compromiso total con la protección
y defensa de los derechos humanos, porque, precisó, tan sólo
un día después que asumió como Presidente de la República
se dio el primer paso para concretar el goce de las garantías personales,
al firmar un Acuerdo de Cooperación con la Alta Comisionada de la
ONU para los Derechos Humanos. Reconoció que el año pasado
recibió un diagnóstico sobre los derechos humanos elaborado
por la ONU, pero es hasta después de un año que se da a conocer.
Resaltó la importancia de que México sea
uno de los pocos países donde Naciones Unidas ha desarrolado una
amplia tarea. Abrimos las puertas, agregó, de México a los
relatores de derechos humanos de las Naciones Unidas, a los integrantes
de las organizaciones civiles internacionales.
Aprovechó la presentación del Programa Nacional
de Derechos Humanos para recordar a los senadores que envió ya a
esa instancia legislativa 37 instrumentos en materia de derechos humanos,
y cuando sean aprobados por el Senado de la República se cumpliría
con los compromisos internacionales del Estado mexicano.
Se mostró satisfecho porque México tiene
en todos los foros una sola voz, la de la legalidad, la de los derechos
humanos. Dijo que con las organizaciones de la sociedad civil, "que ahora
pueden manifestarse sin obstáculos de ninguna clase", su gobierno
ha avanzado considerablemente.
La defensa de la dignidad humana, continuó, es
entendida al considerar la labor de la CNDH, "por ello mi gobierno ha mantenido
una relación de escrupuloso respeto a su autonomía constitucional
y ha atendido puntualmente sus recomendaciones".
Puso de ejemplo el fallo de la Corte Internacional de
Justicia respecto a los mexicanos condenados a pena de muerte en Estados
Unidos, para señalar la coherencia de la política interior
y exterior del México actual.
En la reunión, a la que asistieron el secretario
de Relaciones Exteriores, Luis Ernesto Derbez, y los presidentes de las
comisiones de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados y del Senado
de la República, Rebeca Godínez y Sadot Sánchez, aceptó
que, a pesar de los avances de los últimos cuatro años, los
derechos humanos no son todavía una realidad plena para todos los
habitantes del país.
Fox explicó que el programa se encuentra organizado
alrededor del cumplimiento de cuatro objetivos: la realización de
las reformas estructurales en materia de derechos humanos, la consolidación
de la cultura de su plena vigencia, el cumplimiento de los compromisos
internacionales y el fortalecimiento de la participación de la sociedad
civil.
Omitió diagnóstico y carece de estructura,
critican ONG
GEORGINA SALDIERNA
El Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro
Juárez calificó de inviable el Programa Nacional de Derechos
Humanos que ayer se presentó, pues, entre otras cosas, carece de
indicadores de impacto, atiende casi exclusivamente la visión gubernamental
y se elaboró sin que se escuchara la opinión de diversas
organizaciones sociales.
Oscar González, de la agrupación Paz con
Democracia, advirtió sobre la necesidad de que el proyecto no sea
un enunciado de buenos propósitos y futuro incierto.
Elba Gloria García Sierra, de la Red Nacional Católica
de Jóvenes por el Derecho a Decidir, destacó a su vez que
la agrupación revisará el documento, y si es una buena propuesta
la apoyarán.
Javier Torres, del Centro Pro, puntualizó que el
programa debió elaborarse contemplando el mayor número de
opiniones, posiciones y sectores de la sociedad, pero no fue así.
El proceso de interlocución entre el gobierno y las organizaciones
sociales estuvo marcado por una falta de voluntad para escuchar a la sociedad,
lo que se tradujo en cerrazón frente a las propuestas que presentaban
las agrupaciones.
Consideró grave el que se haya utilizado parte
de las organizaciones sociales para legitimar un documento que carece de
estructura para llamarlo programa y calificarlo de nacional.
Como uno de los integrantes del Pro que siguieron el proceso
de elaboración del proyecto, Javier Torres explicó que el
plan está lejos de tener un carácter nacional, ya que no
parte de un análisis de la realidad ni del estado de los derechos
humanos. Aseguró que se dejaron de lado elementos del diagnóstico
sobre las garantías fundamentales que se integró con la colaboración
de la ONU.
Tal situación derivó en el desfase entre
lo que es el diagnóstico y la identificación de los problemas
y las propuestas de línea de acción. De esta manera, no se
tocan temas como la seguridad pública, el ambiente y los derechos
laborales, puntualizó.
Luego de informar que el Centro Miguel Agustín
Pro se salió del proceso de elaboración del documento, dada
la falta de voluntad gubernamental para escuchar otras voces, refirió
que el programa carece de indicadores de impacto y de desempeño.
No hay criterios de evaluación ni una estructura organizacional
plenamente identificada.
Sus líneas de acción son muy generales y
no encuentran una entidad responsable para llevarlas a cabo. Eso impide
que las obligaciones por muy buenas intenciones o enunciados que parezcan,
no sean viables.
Torres lamentó que hasta ahora se esté hablando
de la interlocución con los otros poderes para emprender las reformas
legislativas que implica la puesta en marcha del programa, pues derivará
en la realización de negociaciones y que se alargue más el
cumplimiento de sus objetivos. Para el integrante de la organización
no gubernamental, es de lamentarse que el programa se haya elaborado sobre
el principio de que el gobierno es el que decide en esta materia.
Mientras, Oscar González consideró necesario
observar hasta qué punto el Programa Nacional de Derechos Humanos
incorpora las recomendaciones de la ONU. Eso sí advirtió
sobre la necesidad de que el proyecto no sea un enunciado de buenos propósitos,
sin definir atribuciones y obligaciones específicas.
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