México D.F. Lunes 29 de noviembre de 2004
Omite párrafos al leer texto del jefe
rebelde durante homenaje a Vázquez Montalbán
En la FIL, censura de Sealtiel Alatriste a mensaje
de Marcos
Calla fragmentos sobre los altermundistas reprimidos
en mayo en Jalisco por el gobierno estatal
ERICKA MONTAÑO Y JESUS RAMIREZ ENVIADOS
Guadalajara, Jal., 28 de noviembre. En el homenaje
a Manuel Vázquez Montalbán dentro de la Feria Internacional
del Libro (FIL) la censura se hizo presente. El editor y ex diplomático
Sealtiel Alatriste omitió párrafos del mensaje que el subcomandante
Marcos envió a Anna Sallés, compañera del prolífico
autor, y a su hijo Daniel, a 13 meses de la muerte del escritor catalán.
Leyó,
sí, acerca de su encuentro en la selva Lacandona y la larga conversación
que ambos sostuvieron y dio origen al libro Marcos, el señor
de los espejos. Calló las palabras del líder zapatista
referidas a los jóvenes detenidos el 28 de mayo en Guadalajara durante
una manifestación contra la cumbre de jefes de Estado de la América
Latina y el Caribe-Unión Europea, así como sobre la polémica
desatada por el apoyo "explícito" del Ejército Zapatista
de Liberación Nacional "a la lucha política y cultural del
pueblo vasco" y la postura adoptada por el escritor.
Sólo se refirió a lo que consideró
políticamente correcto.
Al iniciar la lectura de la carta, fechada en "noviembre
de 2004", Alatriste no especificó que leería sólo
fragmentos, por lo que el público dio por hecho que era la misiva
completa, mientras en la mesa de honor escuchaban el premio Nobel José
Saramago, Anna Sallés, Rosa Regás y Jordi Punti. Ya habían
salido de la sala, por cuestiones de trabajo, el presidente de la Generalitat
de Cataluña, Pasqual Maragall, y el escritor Carlos Monsiváis.
Saramago, Sallés, Regás, Punti y el mismo
Alatriste firmaron la carta que un grupo de altermundistas dirige al gobernador
de Jalisco, Francisco Ramírez Acuña, en demanda de la liberación
de los jóvenes detenidos hace seis meses.
A continuación algunos de los pasajes omitidos:
"Porque la Guadalajara mexicana se ilumina ahora con la palabra, pero también
carga la sombra de los jóvenes altermundistas reprimidos, presos
por esos asesinos de la luz que ahora son gobiernos en nuestra dolida geografía.
"No lo sé, pero tal vez don Vázquez Montalbán
hubiera desviado aunque sea un poco de su luz hacia las cárceles
que, en Guadalajara, encierran la juventud y la rebeldía creadora.
"Porque estos jóvenes están cautivos por
feos. Al encerrarlos, el gobierno sólo se está aplicando
un tratamiento de belleza. La injusticia de su encarcelamiento se ha blanqueado
con el detergente del 'Orden'. Porque cuando el poder se queda sin argumentos
(cosa que ocurre casi siempre), la represión se viste de ordenador
del caos (donde caos es sinónimo de existencia del otro).
"En la asepsia neoliberal, las personas afean y ensucian
las calles, y los policías no son sino los modernos barrenderos.
Si en lugar de escobas usan armas de fuego y equipo antimotines, se debe
al avance tecnológico y no, ¿quién osa insinuarlo?,
al afán represivo contra el diferente.
"He
dicho que don Vázquez Montalbán estuvo con nosotros en la
luz y en la sombra. La última carta que nos mandó fue en
medio de la polémica desatada a raíz de nuestro apoyo explícito
a la lucha política y cultural del pueblo vasco. ¿Dije 'polémica'?
Bueno, en realidad fue una campaña de linchamiento mediático,
pero ya estamos acostumbrados.
"A diferencia de quienes aprovecharon para deslindarse
de nuestra siempre incómoda compañía y, desde el 'pulcro'
púlpito de los medios de comunicación, nos acusaron (injustamente,
como se demostraría casi inmediatamente) de ser partidarios del
terrorismo de ETA. Don Vázquez Montalbán nos envió
una misiva privada.
"En ella (creo que ahora puedo revelarlo) nos alertaba
sobre lo que vendría: el zapatismo sería vinculado no a una
causa justa, sino al crimen mesiánico. Claro que él no pensaba
que el zapatismo hubiera recibido el abrazo mortal del fundamentalismo,
nos conocía demasiado bien. Pero también era un gran conocedor
del funcionamiento de los medios masivos de comunicación y sobre
eso nos reconvenía. Pronto tuvo su respuesta y estoy seguro que
le satisfizo. Así, nos hizo llegar uno de sus últimos libros
con una dedicatoria que no era sino un 'aquí estoy con ustedes':
y, reiterando su simpatía por Euskal Herria, apoyó junto
a otras personalidades de la cultura europea, nuestra malograda iniciativa
'Una oportunidad a la palabra'.
Otro de los aspectos omitidos fue la posdata.
Durante el homenaje, que convocó a cientos de personas,
Maragall, Saramago y Monsiváis recordaron la timidez crónica
de Vázquez Montalbán, su pasión por el futbol, su
habilidad como cocinero, pero sobre todo su visión crítica
de la realidad local, nacional y mundial. Coincidieron en que la mejor
manera de recordarlo era seguir leyéndolo.
Maragall mencionó "el gozo de oírle hablar"
y recordó su pasado militante bajo el franquismo, que lo llevó
a la cárcel.
A su vez, Monsiváis estableció los puentes
que existen entre la obra de Vázquez Montalbán y la realidad
mexicana, particularmente con la rebelión zapatista.
En tanto, Saramago subrayó que la ironía
del autor catalán pertenecía al ámbito de lo serio
"que pone todos los dedos en las llagas. Creo que es tiempo no sólo
de releerlo, sino de estudiarlo, porque en su obra extensísima hay
mucho más de lo que aparentemente está diciendo". Su introversión,
dijo, era resultado de dos preguntas: "¿Qué es lo que estoy
haciendo aquí? y ¿qué es lo que puedo hacer? Esa es
la gran lección de Manuel Vázquez Montalbán".
Para Rosa Regás "era un hombre comprometido de
tal manera que acabó siendo la voz de los que no tenían voz".
Destacó que Vázquez Montalbán quería ser recordado
como poeta y pidió que lo vieran "como el poeta de los versos azules".
Y Sallés resaltó la fidelidad que su compañero
siempre tuvo con sus raíces y su origen popular, y adelantó
a La Jornada la publicación en breve de varios libros, una
introducción al catálogo de un pintor español y dos
libros de poemas, que se publicarán el próximo año.
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