México D.F. Viernes 26 de noviembre de 2004
Marruecos busca consolidar la integración
del Sahara Occidental a su reino, dice
En riesgo, el alto al fuego en el norte de Africa,
advierte embajador saharaui
Confía en que el gobierno mexicano no acceda
a la pretensión del rey Mohamed VI
BLANCHE PETRICH
El rey de Marruecos, Mohamed VI, viaja por todo el mundo
para promover su pretensión de consolidar la integración
definitiva del territorio ocupado de Sahara Occidental a su reino; una
aspiración sobre la cual el ex mediador de la Organización
de las Naciones Unidas (ONU) y hombre cercano al clan Bush, James Baker,
advirtió en entrevista con la televisora PBS, de Estados Unidos,
que "jamás obtendrá legitimidad internacional". Recientemente,
el monarca marroquí estuvo en México, uno de los 72 países
que reconocen y tienen relaciones diplomáticas con la República
Arabe Saharaui Democrática (RASD).
El
embajador de la RASD, Ahmed Mulay Alí, expresó su esperanza
de que México sepa honrar los principios que inspiraron esta relación.
"Hace 25 años el gobierno mexicano tuvo la visión para entender
la necesidad de autodeterminación del pueblo del Sahara. Ahora le
pedimos que, en nombre de la legalidad internacional, no acceda a la intención
de Marruecos, que está en campaña para lograr que terceros
países desconozcan lo que ya se reconoció en la ONU y que
está consagrado en la Carta de las Naciones Unidas. Esperamos que
México sea capaz de demostrarle a Mohamed VI que la filosofía
medieval ya no sirve para solucionar conflictos del siglo XXI."
Por décadas, el diferendo marroquí-saharaui
se ha desarrollado ante los ojos del mundo como "de baja intensidad". Pero
puede dejar de serlo. "Las cosas podrían explotar en el norte de
Africa", expresa en entrevista con La Jornada. El diplomático
previene: "Si el estancamiento del proceso de paz se mantiene más
tiempo y Marruecos sigue postergando indefinidamente la realización
de un referéndum para que la población decida si se integra
a Marruecos o accede a su plena soberanía, el alto al fuego corre
riesgo de perder vigencia."
-¿Qué puede suceder?
-Dentro del Frente Polisario la gente cada vez piensa
más en las armas. Hay opiniones críticas en el ejército
que ven con decepción el rol de la ONU y que consideran que las
fuerzas de paz del MINURSO se han convertido en aliadas de los marroquíes.
Son opiniones que consideran que las tropas de la ONU deben marcharse.
Si el plan de paz naufraga de manera definitiva, el alto al fuego dejará
de tener sentido.
La última colonia de Africa
El derecho de cerca de un millón de saharauies
nómadas dispersos en el norte de Africa para tener un Estado propio,
suscita la solidaridad de algunos países pero, por lo general, la
situación es muy poco conocida para el resto de la opinión
pública mundial. Desde que España puso fin al régimen
colonial y se retiró firmando un pacto tripartita que permitió
a Mauritania y Marruecos la ocupación militar del territorio de
Sahara en 1975, la resistencia de esta población, representada en
el Frente Polisario (Frente Popular para la Liberación de Saquia
el Hamra y Río de Oro), combatió a las nuevas fuerzas de
ocupación. Mauritania renunció a sus pretensiones coloniales,
pero Marruecos mantiene su ocupación militar, a pesar de que la
Corte Internacional de Justicia determinó, en un fallo de 1975,
que no tiene derechos jurídicos para ejercer soberanía sobre
ese territorio.
En 1991, con el entonces secretario general de la ONU,
Javier Pérez de Cuéllar, se acordó un alto al fuego
que aún se mantiene. En 1997, Kofi Annan nombró representante
personal para la cuestión saharaui a James Baker -el diplomático
de mano de hierro y guante de terciopelo en la administración de
George Bush padre-, quien dedicó siete años a esta cuestión.
En ese periodo generó tres acuerdos de paz diferentes. Todos preveían
la realización de un referéndum para que los saharauies decidieran
su futuro. Los tres proyectos fueron abortados por el reino de Marruecos.
Ahora el peruano Alvaro de Soto es el nuevo mediador de la ONU, y Rabat
pretende cambiar los principios del plan de paz, con el respaldo abierto
de Francia y señales de aliento de España.
-¿Qué posibilidades ve usted de que el rey
retome el hilo de una solución pacífica?
-Ninguna. Después de 13 años de negociaciones
y reajustes del plan de paz entre Marruecos y la República del Sahara
sólo faltaba la realización del referéndum. En 1998,
Hassan II, padre del actual rey, reconoció esta necesidad y aseguró
que si la mayoría optaba por la independencia sería el primero
en reconocer al nuevo gobierno. Pero su hijo desconoció ese avance.
Ha regresado al discurso de los años 80, cuando se hablaba del "Marruecos
Saharaui", algo que nadie más reconoce en el mundo. Este desconocimiento
flagrante del derecho universal puede provocar que nuevamente suenen las
armas en el Sahara.
Un rey que quiso ser como Juan Carlos
Al subir al trono, a la muerte de su padre, Mohamed VI,
de 41 años, declaró que quería ser como el rey Juan
Carlos de la transición en España, modernizar la institución
monárquica y democratizar su país. Pero no lo logró.
"No pudo dejar de ser un rey feudal y absolutista".
Según la constitución marroquí, Amir
Al Muminine, o sea Mohamed VI, es "representante supremo de la nación,
símbolo de su unidad, garante de la perennidad y de la continuidad
del Estado". Es además "protector de los derechos y libertades de
los ciudadanos, grupos sociales y colectividades" y Comendador de los creyentes.
Ejerce la presidencia del Consejo de Ulemas (máxima autoridad islámica),
y además de comandar al ejército emite todos los decretos,
nombra a todos los ministros y jueces. Por si fuera poco, es considerado
descendiente directo de Mahoma, el profeta.
"Aunque parezca, no es el rey quien gobierna con mano
dura a los marroquíes -asegura el embajador Mulay-, sino una red
de seguridad, la Majzen, un equivalente de la Gestapo".
Recientemente, el rey fue duramente criticado por Dris
Basri, quien fuera gran visir de Hassan II, muerto en 1999. En una entrevista
con el diario español La Razón, el hombre que fue
artífice de la "marcha verde" que pobló de colonos marroquíes
la ex colonia española en los años 70, calificó como
"una desviación peligrosa y malsana" la nueva vía que Mohamed
VI pretende para el Sahara Occidental.
-¿De qué legitimidad internacional goza
el gobierno de la RASD?
-Gozamos de un amplio reconocimiento mundial. Como república
tenemos relaciones y embajadas en 72 países, cuatro de ellos latinoamericanos
(Cuba, Venezuela, Panamá y México). Nuestro gobierno fue
electo para ejercer la vicepresidencia de la Organización de Unidad
Africana. En su más reciente asamblea, el Parlamento Centroamericano
hizo un llamado a la comunidad internacional exhortándola a no olvidar
al único país árabe hispanoparlante, e instando a
aplicar las resoluciones del Consejo de Seguridad y los principios de la
ONU para lograr la autodeterminación de este pueblo. Todas las resoluciones
de Naciones Unidas reconocen nuestro derecho a la autodeterminación.
"Estados Unidos y España tienen relaciones con
el Frente Polisario. Hay gran expectativa sobre la reunión que el
próximo día 26 sostendrán en Madrid nuestro presidente,
Mohamed Abdelaziz, y el jefe de gobierno José Luis Rodríguez
Zapatero."
Por otra parte, Mulay es crítico de la postura
francesa, a la que califica de "doble cara", ya que por un lado apoya formalmente
las resoluciones del Consejo de Seguridad pero "bajo la mesa" alienta las
violaciones de Rabat a los acuerdos firmados. "Una república del
Sahara con plena autonomía puede ser la puerta para los intereses
latinos en el Magreb. Pero Francia no quiere competencia en una zona que
considera exclusiva para los intereses del franco y la francofonía."
-¿Qué obstaculiza la realización
del referéndum, si ha sido autorizado por resoluciones del Consejo
de Seguridad?
-El censo de los que tendrán derecho a votar ha
sido motivo de muchos forcejeos. Finalmente se impuso un censo antiguo,
de 1975, el momento en que España abandonó el territorio,
que sólo registra cerca de 90 mil votantes saharauies, aunque se
estima que suman casi un millón, muchos de ellos errantes en los
desiertos de Mali, Mauritania, además de los refugiados en campamentos
en Argelia. Nosotros incluso accedimos a que también votaran los
colonos marroquíes residentes en la franja, que suman más
de 150 mil. A pesar de esta ventaja, Marruecos se retiró definitivamente
de esta vía de solución. Se sabe que esta población
emigrada ya no desea volver al empobrecido Marruecos ni someterse a su
régimen autoritario. Es evidente que estos marroquíes votarán
por el sí a la autodeterminación. Si no, ¿por qué
el rey no quiere enfrentar el riesgo de perder en las urnas?
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