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México D.F. Domingo 14 de noviembre de 2004
LA MUESTRA
Carlos Bonfil
Digna, hasta el último aliento
EL PUNTO DE PARTIDA del documental de Felipe Cazals,
Digna, hasta el último aliento, es claramente la refutación
de una difamación judicial vigente hasta la fecha: el pretendido
suicidio de una luchadora por los derechos humanos en México, la
abogada Digna Ochoa, que hasta que se pruebe lo contrario, muestra más
los signos de una ejecución política, de un asesinato. La
cinta confronta más de 60 testimonios, algunos muy elocuentes, otros
reiterativos, de compañeros y familiares de la abogada, de religiosos
y militares, que exponen sus conjeturas sobre el caso. La información
sobre la biografía de la propia Digna es escueta. Pocas precisiones
sobre su formación religiosa y su noviciado a principios de los
90, sobre las actividades del Centro de Derechos Humanos Agustín
Pro, o los vínculos de la abogada con activistas en Chiapas o en
Guerrero. Hay intervenciones valiosas, como las de los periodistas Blanche
Petrich y Miguel Angel Granados Chapa, externando sus dudas e hipótesis
sobre el asesinato de la abogada, y diversas presentaciones de los conductores
del noticiario del Canal 40, Ciro Gómez Leyva y Denisse Maerker,
quienes ofrecen pormenores del caso y de las investigaciones a partir del
19 de octubre de 2001, fecha del asesinato. Hay eso, y mucho más,
y sin embargo la saturación informativa no encuentra en la cinta
de Cazals un hilo conductor convincente, una columna vertebral lo suficientemente
sólida para mantener vivo el interés del espectador a lo
largo de dos horas.
PARECIERA
QUE LA cinta parte del supuesto de que todos los espectadores están
muy familiarizados con una polémica que de tres años a la
fecha ha quedado eclipsada por la nueva cultura de los video escándalos,
con sus nuevos protagonistas, Bejarano o Ponce, acaparando la atención
mediática, y relegando a una amnesia colectiva, ciertamente inmerecida,
toda injusticia y violación de los derechos anterior a los reflectores
de Televisa y Tv Azteca, y a la manipulación de los videos de Ahumada.
El trabajo de documentación de Cazals es abrumador, pero su edición
final se antoja dirigida más a un público restringido, conocedor
del caso, que no requiere de mayores antecedentes y precisiones -un público
de ONG, por ejemplo-, y no tanto a un grueso de espectadores desprovistos
de mayores asideros y referentes informativos. La Muestra Internacional
de Cine se volvió plataforma ideal para un estreno nacional que
se anunciaba azaroso, y tal vez sea ahí donde la cinta encuentre
su mejor público, acaso el más receptivo. Sería injusto
por supuesto sepultar en un olvido todavía mayor a una activista
que padeció el secuestro, la tortura y finalmente la distorsión
judicial de los hechos que de paso le adjudicó una personalidad
sicótica para sustentar mejor la versión del suicidio fabricado.
(El dictamen de la fiscal es una de las mejores escenas de la película).
UN ACIERTO ES haber dejado en voz de los propios
protagonistas militares el alcance de sus despropósitos y de su
vocación autoritaria. Dice uno de ellos: "pudo haber alguna exigencia
que pudiera llamarse tortura, pero tortura en realidad nunca la hubo".
Otro militar intenta justificar la suspensión de las garantías
individuales basándose en la propia Constitución, algo que
también justificaría toda la represión del 68. Estos
testimonios, como aquellos de quienes deliberadamente siembran la confusión
para derribar la credibilidad moral de la antigua compañera de luchas,
son los elementos más interesantes de la película. Queda,
sin embargo, la frustración de no ver este material organizado de
modo más coherente, menos deshilvanado, y de no tener una dramatización
del último día de Digna Ochoa, menos reiterativa y efectista,
sin artificios formales, sin fantasiosos virajes cromáticos ni saltos
caprichosos en la crónica de los eventos. Vanessa Bauche hace un
buen trabajo de caracterización. Por ello es una lástima
que un guión sin sobriedad la limite a repetir de una aparición
a otra la gesticulación nerviosa de una bestia acorralada. Corre,
Digna, corre, ironiza más de un espectador.
DIGNA, HASTA EL último aliento.
Cineteca Nacional. Domingo a las 12, 16, 18:30 y 21. Lunes, 13, 16:30,
19 y 21:30 horas.
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