OCDE

En educación, México gasta, no invierte

LAURA POY SOLANO

A pesar de que el incremento en el nivel educativo de la población influye de forma considerable en el desarrollo de la productividad laboral y, con ello, en el crecimiento económico de un Estado, en la última década México fue el único integrante de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) donde la productividad laboral contribuyó menos al desarrollo económico.

De acuerdo con un informe sobre indicadores educativos presentado por el organismo internacional, en el que se evalúa la repercusión de la educación en el crecimiento económico y en el desarrollo del capital humano, el incremento del producto interno bruto per cápita del país es resultado, casi en su totalidad, del aumento en el número de personas en edad de trabajar en relación con la población total, es decir, por el crecimiento demográfico, así como por el incremento de las personas que logran conservar sus empleos.

El estudio denominado Panorama educativo 2004, difundido por el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, señala que en México se canaliza muy poco a inversión y una "proporción muy grande" al gasto corriente, ya que dentro de este último "el renglón de salarios absorbe una parte excesiva de los recursos, por encima de la media de la OCDE, lo que representa un factor negativo".

Agrega que tan sólo para los niveles básico y medio se destinan 97.2 por ciento del total de los recursos a gasto corriente y 93.6 por ciento de éste se canaliza al pago de salarios, mientras en educación superior 95.7 por ciento de la inversión se destina a gasto corriente y, de éste, 76.8 por ciento es para cubrir la demanda salarial.

En cuanto al gasto educativo indirecto, es decir, el apoyo a los alumnos y sus familias, destaca que es muy inferior al promedio de los países de la OCDE, pues la inversión destinada a otorgar becas de apoyo sólo representó 2.9 por ciento del gasto público en ese nivel, frente a 9.7 por ciento promedio.