México D.F. Domingo 14 de noviembre de 2004
El mandatario local pretende implantar un maximato
con el candidato priísta, dicen
En Sinaloa está en juego el proyecto presidencial
de Juan S. Millán: opositores
El PRD pierde fuerza ante el llamado voto útil
en favor de Acción Nacional
CLAUDIA HERRERA BELTRAN Y JAVIER VALDEZ ENVIADA
Y CORRESPONSAL
Culiacan, Sin., 13 de noviembre. El nivel de hegemonía
que mantiene el PRI en la entidad, concretamente el poder del gobernador
Juan S. Millán, así como el impacto de las recurrentes acusaciones
sobre narcopolítica, y hasta la capacidad de atraer clientela
de las pequeñas empresas del estado, serán medidas en las
elecciones de este domingo.
Hasta el final de las campañas proselitistas, dirigentes
nacionales panistas -partido que se ubica inmediatamente abajo del PRI
en los resultados de las encuestas para gobernador- lo remarcaron: la contienda
es con Millán -mencionado como presidenciable para el 2006-,
y para el cual un triunfo holgado en Sinaloa es fundamental para sus aspiraciones
políticas.
Priístas inconformes señalaron que Millán
pretende implantar una suerte de maximato en la entidad con la candidatura
de Jesús Aguilar Padilla. Al tiempo que el blanquiazul, el
contendiente con más posibilidades, demostrará si ha logrado
avanzar en una entidad que por décadas ha estado dominada por el
priísmo.
Un
millón 600 mil ciudadanos podrán elegir hoy gobernador, 18
presidentes municipales y 40 diputados locales después de haber
sido testigos de campañas que se desarrollaron en medio de ataques
verbales y denuncias penales en que se vieron involucrados los familiares
de los candidatos.
Candidatos de siete partidos políticos compiten
por la gubernatura, pero la lucha se centra entre dos: el priísta
Aguilar Padilla, considerado hombre de confianza de Millán, y el
panista Heriberto Félix Guerra, ex colaborador de Millán
y casado con una hija del extinto Manuel J. Clouthier, Maquío,
figura clave en la historia del blanquiazul.
Además está el abanderado del sol azteca,
Audomar Ahumada Quintero, quien quedó rezagado en la contienda a
causa de los conflictos internos de su partido y la promoción que
se ha hecho en las últimas semanas del voto útil en
favor del PAN.
Félix Guerra logró remontar al final de
la campaña, pero en la entidad se menciona que no lo suficiente
para derrotar a una aceitada maquinaria priísta, donde aún
imperan con fuerza los controles corporativos.
Todo ello configura un escenario de bipartidismo en una
entidad donde el PRD -de escasa presencia en el norte del país-
había logrado obtener niveles de votación importantes, de
20 por ciento.
Guerra de acusaciones
Pero lo que hizo que estas elecciones alcanzaran mayor
relevancia en el ámbito nacional fueron los señalamientos
de que narcotráfico y política se encontraban ligados.
Dos hechos desataron la guerra de acusaciones en torno
a los nexos de la política con el narco: una balacera en
Culiacán y las revelaciones de que dos candidatos del PAN habían
asistido al sepelio del narcotraficante Miguel Angel Beltrán Lugo,
El Ceja Güera.
El 11 de septiembre un grupo de gatilleros asesinó
en un centro comercial de Culiacán a Rodolfo Carrillo, el menor
de los hermanos que dirigen el cártel de Juárez, fundado
por el fallecido Amado Carrillo Fuentes, El señor de los cielos.
Eduardo Leyson, candidato del PAN a la presidencia municipal
de Culiacán, aprovechó el tema para difundir un espot en
el que advertía a los votantes que el triunfo de los candidatos
priístas podría traducirse en "más narcotráfico
e inseguridad". La directiva nacional del PAN y los panistas después
acusaron de lo mismo al gobernador Millán.
El PRI no se quedó atrás. La dirigencia
nacional del partido presentó ante la PGR una denuncia y solicitó
que se investigara a dos candidatos del PAN en Sinaloa por su presunta
relación con el narcotráfico.
Los priístas usaron como argumento información
divulgada por los medios de comunicación sobre la asistencia de
los aspirantes panistas a diputado local Saúl Rubio, y a la alcaldía
de Sinaloa, Wilfredo Veliz, el pasado 9 de octubre.
Después el líder nacional del PRI, Roberto
Madrazo, declaró en Sinaloa que se debía investigar supuestos
nexos de Manuel Clouthier con el narcotráfico. Según Madrazo,
el extinto candidato presidencial había rentado unas bodegas al
narcotraficante Ernesto Fonseca, Don Neto, en los años setenta.
Dos días antes del proceso electoral se dio el
siguiente episodio, cuando Leticia Carrillo, viuda de Clouthier, presentó
ante la Procuraduría de Justicia estatal una denuncia contra Madrazo
por difamación.
El millanismo
Pero más allá de estos incidentes, este
domingo se definirá en qué medida Sinaloa sigue siendo un
bastión priísta y, particularmente, el futuro del proyecto
millanista, a quien se menciona en la baraja de los que buscarán
la postulación del PRI para la Presidencia de la República
o, en todo caso, la dirigencia del partido.
Los panistas lo dijeron con todas sus letras: la lucha
fue con Millán, ya que Aguilar Padilla es visto como un candidato
a la sombra del gobernador. No menos importantes son las 18 presidencias
municipales en disputa. Después de 1995, en que el PAN logró
gobernar cinco municipios -70 por ciento de la población del estado-,
no ha mejorado sus resultados. Las votaciones del PRD también se
han venido abajo.
En estas elecciones hasta las empresas encontraron una
oportunidad de hacer negocio al lanzar una campaña denominada La
fiesta del voto, que consiste en ofrecer descuentos hasta de 50 por ciento
a aquellas personas que voten este domingo.
Algunos analistas interpretaron esta campaña como
parte de una estrategia del PAN para incrementar la votación y así
limitar el voto duro del PRI.
Así que en este proceso hubo de todo, política,
narcotráfico y negocio.
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