México D.F. Domingo 14 de noviembre de 2004
Los llama a dejar viejas prácticas y trabajar por el país
Culpa la Iglesia católica a políticos argentinos de la crisis en la nación
STELLA CALLONI CORRESPONSAL
Buenos Aires, 13 de noviembre. En un fuerte pronunciamiento, los obispos de la Iglesia católica argentina responsabilizaron a la clase política de la grave crisis que ha sacudido al país en años recientes y condenaron la pobreza y la desigualdad reinantes.
"Estamos en ascenso, pero todavía no salimos del abismo", señalaron los religiosos en su declaración, durante una reunión plenaria de la Conferencia Episcopal Argentina que se realiza en San Miguel. Dicha frase de los obispos tiene cierta similitud con algunas declaraciones del presidente Néstor Kirchner, cuando advierte que sólo se han dado algunos pasos "para salir del infierno en que está sumido el país".
"La dirigencia del país debe ser digna y jugarse por el bien común", manifestaron también en el documento, en el que lanzaron la más severa crítica de estos últimos años contra los políticos, cuyos debates cotidianos reflejan pujas miserables por el poder, pero en las que en raras ocasiones la dramática realidad social se pone en el tapete.
Es un reconocimiento de las dificultades con que ha comenzado la recuperación, que aún no logra corregir la enorme desigualdad social -la más grande en la historia de los pasados 50 años- en el país, la cual se agudizó a lo largo de la década de los 90, al dispararse el desempleo a sus mayores niveles históricos.
En esta ocasión los obispos, quienes en general han denunciado la pobreza que arrojó a los arrabales de la exclusión social a más de la mitad de este país (56.5 por ciento) de casi 37 millones de habitantes, llamaron a los políticos a "abandonar las viejas prácticas" y trabajar por el bien común.
"Su mayor inmoralidad (de la clase política) reside en el hecho de que ello ocurre en una nación que tiene condiciones objetivas para evitar o corregir daños (situación social), pero que lamentablemente pareciera optar por agravar aún más las desigualdades", apuntaron.
De acuerdo con la declaración, la irresponsabilidad de las dirigencias políticas es uno de los factores que más contribuyen a obstaculizar el resurgimiento del país, lo cual, según advierten, sólo se podría lograr "mediante el abandono de viejas prácticas" de luchas por el poder y el clientelismo, que es visible en todos los niveles.
Aunque aquí se reparten más subsidios sociales entre los desocupados -la mayoría de los países latinoamericanos no lo hace-, la recuperación del trabajo ha sido muy lenta, en una nación donde la aplicación "sin anestesia" del modelo neoliberal en la década de los 90 llevó al cierre masivo de industrias pesadas, livianas, comercio y al desmantelamiento de las empresas estatales, todas privatizadas bajo concesiones cruzadas por la corrupción.
El documento fue leído por el arzobispo de Resistencia, Chaco, monseñor Carmelo Giaquinta. Reconoció que hay mejoras económicas, pero que falta mucho para superar la crisis, la cual, desde su punto de vista, tiene "graves efectos económicos y políticos, pero sus raíces más profundas son morales y culturales, y su extirpación supone un largo proceso de conversión de la conciencia de la ciudadanía".
También advirtieron sobre la preocupante desaparición de miles de medianas y pequeñas explotaciones rurales. "La migración forzada de los pequeños productores que van a engrosar los barrios periféricos de las grandes ciudades, la concentración de la propiedad de la tierra en manos de pocos, el despojo de los derechos inalienables del campo y la situación del hábitat de los aborígenes y sus derechos al mismo."
Esto sucede cuando hay una movilización en toda Argentina de las comunidades indígenas, a las cuales les arrebatan sus territorios. Representantes de mapuches -en el suroeste- están actualmente en Roma, junto con el premio nobel de la Paz 1980, Adolfo Pérez Esquivel, luchando por recuperar las tierras que les pertenecen y fueron vendidas al empresario Luciano Benetton, de Italia, quien tiene en la región patagónica casi un millón de hectáreas.
Finalmente, los obispos exhortaron a los políticos "a jugar un papel decisivo en el resurgimiento del país", y expresaron su deseo de que el presidente Kirchner "cumpla su función de conducir a la ciudadanía a un rencuentro real", además de señalar que un "aligeramiento" en la deuda pública "nos daría un resuello", lo que podría analizarse como un aval a las discusiones oficiales con los organismos internacionales.
|