Laura Alicia Garza Galindo

La petrolización de las finanzas públicas

Nadie cuerdo negaría que las finanzas nacionales están petrolizadas hoy en casi 45 por ciento. Esto lo ha provocado el gobierno del "cambio" ante su incapacidad para ampliar la base de contribuyentes al no combatir la evasión y la elusión fiscal, y al usar la mayor parte de los recursos del petróleo y del presupuesto en gasto corriente que sólo beneficia a la alta burocracia y al dispendio, en lugar de incentivar el desarrollo nacional y el empleo. No es justo que a Petróleos Mexicanos (Pemex) se le impida actuar con eficiencia, administrando racionalmente nuestra riqueza nacional y que, en cambio, se privilegie el contratismo a favor de las trasnacionales y de los amigos de Fox.

La mayoría, sin duda, estaremos de acuerdo en permitir que Pemex invierta mayores recursos en sus tareas, las de antes, cuando esta gran empresa realizaba las tareas hoy cedidas a empresas privadas violando la Constitución ƑQuién en su sano juicio puede estar en contra de que Pemex continúe explorando para que se exploten nuevos yacimientos? Nadie, si advertimos que los grandes pozos existentes están siendo explotados aceleradamente. ƑQuién puede estar en contra de que se explote racionalmente el gas para consumo nacional? ƑQuién se opone a que las refinerías existentes y otras que ya deberían estar operando transformen el crudo en gasolina y en petroquímicos de mayor valor agregado, o cogenerando electricidad? Nadie. Sin embargo, a Pemex lo han orillado a renunciar al desempeño de estas tareas, al obligarlo a dar prioridad a los inconstitucionales contratos de servicios múltiples (CSM) para que sean las trasnacionales y los extranjeros quienes las lleven a cabo, a cambio de grandes ganancias. Endilgando de paso a la empresa grandes deudas a través de los proyectos de inversión con impacto diferido en el registro de gasto (Pidiregas).

Así, el nuevo director de Pemex, el muy prestigiado Luis Ramírez Corzo, acompañado de su asesor extranjero Van Meurs -quien diseñó los CSM y hoy el muy complejo régimen fiscal de hidrocarburos-, insiste de nuevo en entregar a Pemex. No estamos de acuerdo. Por eso, el Senado en pleno evitó que se aprobara su reiterativa propuesta en el nuevo paquete fiscal. Con comedimiento expusimos a nuestros compañeros diputados nuestro deseo de revisar a fondo la muy compleja ley que al respecto llegó al Senado. ƑCómo aprobar lo que desconocemos? Propusimos conformar grupos de trabajo para análisis y además para trabajar propuestas concretas en cinco ámbitos indispensables para recuperar para los mexicanos esta gran empresa nacional.

Proponemos trabajar en: 1) La autonomía financiera de Pemex para propiciar el destete gradual de las finanzas públicas. Hacerlo de golpe al cien por ciento dejaría al presupuesto nacional devastado. Al final del proceso, deberá quedar para el fisco nacional un porcentaje razonable, que continúe impulsando el desarrollo del país y preserve proporcionalmente, la porción participable a estados y municipios; 2) La autonomía de gestión de Pemex para que ésta recupere su libertad soberana de contratar a otras empresas nacionales y extranjeras, pero bajo su rectoría, de manera que no se pierda la soberanía. Es decir, como lo hacía Pemex antes de que arribara el foxismo letal al poder; 3) Un régimen especial de fiscalización y transparencia de Pemex, depositado en la Auditoría Superior de la Federación, para evitar así el jugoso contratismo y, sobre todo, la extracción irracional de sus recursos económicos por la Secretaría de Hacienda; 4) Que el Congreso determine la plataforma de extracción y de exportación de Pemex porque de continuar al ritmo actual pronto la nación se quedará sin estos recursos no renovables; y 5) Una comisión de control y compensación a los daños al medio ambiente nacional y de impulso a las fuentes de energía renovables.

La nueva propuesta de régimen fiscal para Pemex impulsada por el gobierno federal es nociva y depredadora; no resiste el mínimo análisis sin que afloren los elementos que respaldan estos calificativos, a saber:

1. No se promueve la exploración, sino la explotación acelerada. Desde el año 2000 Pemex produce 3 millones de barriles diarios de petróleo (mbdp); en septiembre de este año la producción fue de 3.5 millones. En la propuesta de ley, 2.9 millones de barriles diarios se consideraría producción existente y pagaría 74.8 por ciento de impuestos, mientras que los restantes 600 millones se consideraría producción nueva y sólo pagaría 25 por ciento de impuestos;

2. Se sanga al erario. Se exenta del pago de impuestos a los primeros 30 barriles de crudo en la totalidad de los 4 mil 941 pozos petroleros que se afirma existen y en pozos de gas, al primer millón de pies cúbicos de gas natural no asociado que equivalen a 200 barriles diarios de petróleo (se ignora el número de pozos de gas), cuando el propósito presumible de la exención era hacer rentables sólo los pozos en franca declinación.

3. Deducciones ilegales para desfalcar al erario. La nueva propuesta de ley sobrestima el costo de producción del barril de petróleo, al costearlo en 5.30 dólares -cuando el costo real promedio de extracción es de 2.50 dólares- con el fin de que Pemex y sus asociados deduzcan una mayor cantidad de sus inversiones para pagar así menos impuestos.

Estos son sólo tres ejemplos de la nueva propuesta de ley. Como hemos advertido, se busca ampliar los CSM para la explotación del gas en la cuenca de Burgos y la explotación del crudo en todo el país. Le seguiremos informando.